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viernes, 20 de marzo de 2020

¿POR QUÉ NO SOY UN PSICÓLOGO COGNITIVO? PORQUE LO PSICOLÓGICO ES DISPOSICIONAL I PARTE


Bryan Félix Aguirre Jaqui


Psicólogo social. Miembro Liceo Contextual.

Introducción
Bueno, que tal, en primer lugar el resumen es lo único formal que presentaré. Trataré de ser lo más informal para que este tipo de argumentaciones sean lo más entendible y se socialicen. Este ensayo trata de “filosofar sobre psicología”, es filosofía desde el punto de vista de la filosofía analítica” posterior al Neopositivismo, tomando como representantes máximos de dos escuelas: Ludwig Wittgenstein y Gilbert Ryle.

Un primer paréntesis antes de proseguir es, aunque algo complejo para Alejandro Tomasini, definir a la filosofía analítica como un conjunto de métodos, ideas y perspectivas surgidos en el siglo XX, que dan prioridad al análisis del lenguaje para el conjunto de los problemas filosóficos clásicos y futuros, además del análisis de la ciencia, y otros tipos de argumentos. En general, nos dice que el análisis de estos “problemas” son problemas de conceptos o significados, y estos se esclarecen si se captura el “uso” de estos en las situaciones originales o primeras de su fenómeno, y esta lógica que tiene en el uso es su gramática profunda que puede ser múltiple y compleja. Así, muchos de estos “problemas” de diferencias de opiniones en estos conceptos relevantes se esclarecerían.

Un segundo paréntesis, es el artículo que fomentó el desarrollo de este título: “Por qué no soy un psicólogo cognoscitivo” de B. F Skinner en su libro “Reflexiones sobre conductismo y sociedad”. Por razones parecidas, el título se plantea de la misma forma puesto que en dicho artículo el autor analiza diversos conceptos “mentales” y crítica la perspectiva “solamente” internalista que le da la psicología cognoscitiva, mientras luego hace uso de diversos métodos de análisis que “amplifican” y contextúan cada uno de esos conceptos en las conductas no lingüísticos y lingüísticas a las cuales refieren en dichos fenómenos. ¿Suena parecido con la filosofía analítica? El puntual análisis de B. F. Skinner usa recursos como la evaluación etimológica, el carácter contextual de estos términos, la disgregación de estos fenómenos molares a eventos puntuales, la diferenciación de la lógica para los que es afectivo, observable y no observable y su papel funcional (relevante, secundario, etc.) en el evento psicológico, entre otros. El mismo autor en su libro “Sobre el Conductismo” también utiliza estas metodologías para analizar los principales conceptos mentalistas, lo que lo convierte en dos libros no sólo útiles sino totalmente imprescindibles para los psicólogos y psicólogas. Estos recursos son usados por la filosofía analítica, sin que quiera identificarlos al autor como un filósofo analítico.

Para sintetizar este preámbulo, los objetivos de este ensayo son parecidos y, podría decirse que amplía el análisis del autor en la forma de profundizar en un concepto clave para este tipo de análisis de la gramática de los fenómenos mentales, es decir, de cuando las personas en sus vivencias del día a día, utilizan el lenguaje cotidiano para referirse a mente, voluntad, querer, atender, etc., a saber, este concepto es “lo disposicional”. Pretendo aquí, como lo hizo B. F. Skinner (aunque no explícitamente, y por ello sus críticos lo condenan de un sesgo ambientalista), justificar “lo psicológico como disposicional”.

Finalmente, no uso el término “cognoscitivo” por un tema personal. Identifico con el término “cognitivo” al conjunto de teorías mediacionales que más o menos comparten estas posturas filosóficas dualistas, sea materialistas o mentalistas. Pienso más bien que toda teoría que implica una postura filosófica del ser humano como un ente que conoce el mundo y que actúa en este sobre la base de su propia planificación es una teoría cognoscitiva, por ello, las teorías cognitivas como conductistas son teorías cognoscitivas. Con esto, sigamos con el ensayo.

Es claro que cada escrito tiene como objetivo principal que llegue a ser conocimiento de las masas, pero mucho más que ello, que sea motivo de autocrítica de cada quien y también de crítica del ensayo mismo. Así que por favor, que cada cosa que leas aquí es para que lo sometas a la pregunta: ¿Realmente es así o puede verse desde otro punto de vista?

La pregunta que me hago ahora realmente está planteada en forma de expresar una afirmación. Pero no siempre lo tuve claro, sólo hace 7 años que después de leer sobre filosofía analítica principalmente, es que realmente estoy convencido que no “debo” ser un psicólogo cognitivo.

Que es distinto a “validar” los datos de estos programas de investigación cognitiva. Claramente son válidos, y hasta podrían servir como antecedentes y robustez del conocimiento psicológico (y "por ahí", como "antecedentes" para investigaciones de corte conductual). Por ende, aclaro y a la vez adelanto mi conclusión del presente ensayo: “filosóficamente invalido el cognitivismo, mas no sus datos”.

En sus inicios al leer sobre conductismo y ciencia, bajo el crítico argumento ontológico contra la dualidad mental como una trascendencia que debe ser eliminada de una o cualquier ciencia como lo es la Psicología, más o menos, me estaba orientando hacia el camino del conductismo radical y el monismo que pregonaba, pero fue después que leí a Ludwig Wittgenstein y a Gilbert Ryle principalmente, es por lo que decido que la psicología cognitiva “debería” de (1) reflexionar seriamente y resolver su problema pluralista y aún “misterio sin resolver” de la interacción ontológica (de existencia) mente-conducta; y (2) reflexionar seriamente sobre los conceptos que usa puesto que si bien los justifica metodológicamente, estos pecan de:

(a) Expandir el fenómeno que quiere explicar: Por ejemplo, el concepto de memoria; un análisis filosófico en Ribes en su libro “Problemas conceptuales del análisis del comportamiento” y en su último “Teoría de la Psicología”, la define en seis lógicas disposicionales distintas, aclarando que dicho concepto se ha universalizado a toda “conducta psicológica”, lo que haría absurdo la existencia doble de dicho concepto.
(b) Reducir el fenómeno: para este caso pienso que los conceptos que aluden con atender, presta atención, atiende, etc., es un ejemplo de reducir los fenómenos puesto que el análisis de este generalmente se ha reducido a análisis fisiológicos moleculares, pero “esta gama de conceptos” aluden a muchas cosas y están relacionados con diversas expresiones tanto reactivas como de acción.
(c) Confundir el fenómeno mismo por otra cosa. ¿Y esto por qué sucede? Por que comete errores categoriales que posteriormente trataré de dar entender. Se recomienda para esto y además de otro artículo parecido al presente, el análisis didáctico que realiza Esteve Freixa en su artículo “Qué es conducta”, encontrado en la web.

Pero más que enfocarse en los diversos errores categoriales que explica bien dicho artículo, lo que expondré es la justificación de la conducta como una categoría de disposiciones o disposicional. Un error categorial en ejemplos sencillos, es cuando un sustantivo que es vaso le decimos que es un verbo o acción, o a un adjetivo como grande, lo confundimos como adverbio. ¿Suena absurdo no? Pero veamos eso más complejo. Si este adjetivo se usa en sentido metafórico como “grandemente”, se convierte gramaticalmente en un adverbio real puesto que podría estar describiendo una acción

Más de cerca, ¿una categoría diagnóstica de la psicopatología en forma de “adjetivo” está describiendo un sustantivo llamado “persona”? Podríamos pensar que es así, podríamos usarlo así, pero realmente no es así. Se trata de otra lógica. Superficialmente está en “forma adjetivizada”, y su lógica realmente rebasa las categorías gramaticales clásicas. Podríamos decir que es una categoría de “circunstancia o condición” con influencias biológicas en pocos de dichos “cuadros”. ¿Y los adjetivos de personalidad son iguales? Claro que no. ¿Y los adjetivos cotidianos para diversas conductas? También tendría otras lógicas gramaticales. Todo ello ha sido ahondado por los filósofos analíticos, y otras veces, por conductistas.

Una vez que logremos entender a carta cabal esto, podríamos nosotros mismos analizar y descubrir cuando se cometen estos errores categoriales (que es “tratar a un concepto como una lógica que no le pertenece”) tanto los filósofos, científicos, personas o hasta nosotros mismos. Porque así es el lenguaje, “está embrujado” (Ludwig Wittgenstein).

Iniciando esta aventura de ideas, darlas de conocimiento para expertos será común, pero para iniciadores en las disciplinas, algo que poco a poco se darán cuenta: “que de algo se pueden tener diversas perspectivas, paradigmas, enfoques, teorías, bases filosóficas, etc.”. Como quieran llamarlo, realmente desde las ciencias sociales hasta las ciencias más exactas, se conoce que han existido formas diversas de abordar hasta los fenómenos más fácticos, accesibles y simples.

Con esto no estoy defendiendo un “pluralismo relativista” del conocimiento, sólo estoy salvándolos del “realismo ingenuo” el cual dice que la realidad puede ser conocida directamente y “es tal cual es” como la conocemos. Realmente hay una “dosis” de “carga teórica” que los filósofos del conocimiento y la ciencia en general han polemizado ampliamente. Ojo, esto no significa que el saber sea relativo, pues existen criterios más o menos aceptados de porqué el conocimiento científico es “mejor” en el sentido de confiable en la explicación de los fenómenos, y por ende en la derivación de tecnología efectiva que nos hace la vida mucho más fácil. No es mi intención abordar una teoría de la verdad, “aún”.

Estos criterios y este análisis sociológico son arduos. Pienso que no he leído ampliamente pero sí lo suficiente para expresárselos. Les animo a ampliar todo lo anteriormente escrito.  Como débil conclusión del extenso párrafo anterior, puedo decir que la idea de que “la conducta es disposicional”, ha pasado por diversas perspectivas de autores, por el cual argumentaré que cada uno de ellos ha podido aportar algo para su mejor esclarecimiento del concepto (de disposición) y además de su potencial de esclarecer otros conceptos. Esto es así, pasa que es posible que varios autores postulen diversas perspectivas de un concepto, y es posible que un análisis histórico-conceptual, sea provechoso en su (a) “esclarecimiento conceptual” y (b) “potencial de esclarecer otros conceptos”.

Continuando, precisaremos algunas cosas previamente, la idea “conducta-es-disposición”, o lo que es lo mismo, que “lo psicológico tiene una lógica disposicional siendo una de ellas histórica o episódica”, y más precisamente, “…mucho de la fenomenología del comportamiento psicológico de las personas o de lo que hace un organismo en un contexto, tiene diversas lógicas más allá de las lógicas gramaticales conocidas ("proceso", "sustancia", "acción", "adjetivo", "adverbio"), identificadas como conjuntos de episodios de comportamientos que facilitan o interfieren en la actualización  de una determinada conducta en particular, u otras disposiciones".

Y sobre este entendimiento, podemos también “extrapolar” y entender el comportar psicológico de los sujetos infrahumanos”. ¿Parece chino no? Pues recuerden esto escrito siempre, más luego les será muy esclarecedor y hasta subversivo (intelectualmente hablando).

Preciso ahora, ¿qué entiendo por psicología cognitiva? Entiendo por psicología cognitiva todos aquellos enfoques (a) filosóficos, (b) teórico-psicológicos y (c) tecnológicos que postulen a la “mente” como “una entidad” principalmente  independiente de la acción del organismo, pudiendo ser explicativa, mediadora, interviniente, interventora, mediacional, intermedia, procesadora, codificadora, archivadora, etcétera y etcétera. Más precisamente, todo enfoque o perspectiva que explícita o implícitamente se guíe de un presupuesto ontológicamente dualista o de existencia de dos entidades psicológicas “relevantes” siendo por tanto:

(1) Todo filósofo de la mente de todas las perspectivas posibles; 
(2.1) todo teórico cognitivo que postule una teoría general de lo psicológico tomando a la mente como proceso/entidad central; 
(2.2) todo teórico cognitivo que postule una teoría general de lo psicológico tomando al cerebro como proceso/entidad central, siendo en su vertiente dualista o monista de este llamado “cerebrocentrismo”; y (3) todo “teórico” que postule una tecnología o complejo de procedimientos (por eso pongo las comillas, pues estrictamente una tecnología no es una “teoría científica”) con fines de resolver problemas donde “la cognición” sea principal-causal-relevante.

Entonces, podemos continuar diciendo que las teorías cognitivas desde el punto de vista teórico, sí usan métodos rigurosos y sofisticados, esto es, son científicos. Sí señores, son teorías científicas que se enfocan en los “procesos cognitivos” y generan mucha, muchísima evidencia sobre principios, mecanismos y explicaciones puntuales de estos comportamientos verbales, “latentes”, con lógica de proceso y producto. Claro está, lo estoy viendo desde una postura parcial de la filosofía del conductismo. A lo que voy es que no se trata de minimizar ni mucho menos menospreciar a las teorías cognitivas. Es absurdo que desde una postura científica ataque a otra postura científica, lo único que voy a “observar indirectamente” no son sus hallazgos cuantiosos (que de seguro son empíricamente contrastables) y metodología experimental (actualmente muy sofisticada), sino a su confusión conceptual o categorial.

He adelantado que esta no negación, pero sí evitación de abrazar una orientación cognitiva se debe principalmente a encontrarme con la filosofía analítica y les confieso esto: en su mayoría por el esclarecimiento del carácter disposicional de lo psicológico. He ahí el objetivo de este presente ensayo: Evitaría a toda costa una postura cognitiva (que no quiero decir que evitaría leerlo o saber de sus hallazgos) en forma de “asumirla” por un aspecto, criterio o justificación netamente “conceptual”.

Sí señores, para mi opinión personal, el problema del cognitivismo para encumbrarse como una teoría científica, es la “manera ilógica” de cómo usa los términos psicológicos para establecer su teoría. Y por ilógica, es porque no “respeta” las lógicas que “tienen” los usos de los cientos de términos mentales o de la vida mental en el discurrir natural de sus usos en las personas… Todos estos usos refieren a diferentes tipos de disposiciones por la cual, asumo, que aún no han relacionado bien el concepto de “disposicional” previamente expresado y términos como memorizar, inteligente, respetuoso, pensaste, imaginé. Concluyo con esta máxima: 
"Un error categorial es (a) definir lo psicológico como un fenómeno disposicional distinto, al uso original dado en las relaciones humanas; o más aún, (b) definirlo como un fenómeno que no sea  ni disposicional-extraepisódico, sino episódico solamente tanto motor (conductistas ortodoxos) como mental".  Esta idea fuerza resume toda esta introducción.

Para iniciar con el concepto de disposición o factor disposicional, tenemos que en la historia del conductismo este empezó a establecerse independientemente dentro de la teoría y en paralelo y, sin comunicación alguna, con filósofos analíticos de las escuelas de Cambridge y Oxford. Para dejar el interés en la segunda parte del ensayo, que tratará del análisis conceptual del término, dejamos aquí la justificación lógica del porqué deben seguir motivados en su lectura:

Primero: La psicología trata de estudiar el comportamiento humano, en el nivel de las acciones individuales, interpersonales e impersonales que se realiza.

Segundo: La mayoría de estas acciones se identifican, y es la única forma de hacerlo, mediante el lenguaje cotidiano que tenemos las personas para referirnos a ellos. Un grupo de estas personas, son los especialistas encargados para identificar, precisar y referir estos comportamientos para el estudio científico.

Tercero: Los científicos realizaron estas acciones de manera inmediata, a veces inconsciente, y por ello sesgando como se ha mencionado (expansión, reducción y confusión) lo que significa como comportamiento psicológico, que en primera instancia, lo identificamos en la conducta de las personas del día a día por medio de nuestro lenguaje común y cotidiano.

Cuarto: Aunque parezca increíble, los científicos sí han estudiado la conducta con metodologías rigurosas pero con estas nociones a veces ingenuas o complicadas del comportamiento. Por lo que una metodología especial ha debido requerirse.

Quinto: Esta metodología especial, no es teorizar, sino es filosofar sobre el significado de los conceptos primigenios o la fenomenología primera de lo psicológico. Este esclarecimiento conceptual, lógico o categorial fue sistematizado y hondado por los filósofos analíticos y sus métodos especializados.

Sexto: Por ende, la segunda parte tratará de un esfuerzo filosófico de encerrar la lógica gramatical profunda del comportamiento psicológico. Gramatical, pues al fin y al cabo todo “entra y se da entre” el lenguaje y su gramática.

Aunque extenso, necesario el preámbulo para partir adecuadamente hacia los argumentos sobre “el porqué no soy un psicólogo cognitivo, puesto que lo psicológico es disposicional”.

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