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jueves, 21 de abril de 2016

Mente y Conductismo

Renzo Aguilar Cacho
Miembro de Liceo Contextual




La mente es una palabra popular en la sociedad, muchas personas suelen hablar de mente utilizando explicaciones provenientes de diferentes disciplinas como la filosofía, religión, psicología, etc. Diferentes corrientes de psicología han abordado el estudio de la mente, por ejemplo desde la psicología cognitiva es muy conocida la metáfora de la computadora, la cual compara el funcionamiento de la mente con el accionar de una computadora. Sin embargo, hay muchas controversias respecto a la definición de la mente desde nuestra disciplina. Este artículo pretende cuestionar su definición, asimismo conocer el significado de mente desde el conductismo-contextual.

Conducta verbal y pensamiento
En su libro Learning RFT: An introduction to relational frame theory and its clinical appliaction, Torneke (2010), basándose en la teoría de Skinner, menciona que la conducta verbal opera bajo los estándares del condicionamiento operante, esto quiere decir que existe un estímulo antes de emitirse una conducta verbal y ésta tiene consecuencias, asimismo hay un oyente y un hablante. Por ejemplo, una madre le dice a su hijo “mírame” (conducta verbal del hablante), entonces su hijo la mira (el oyente refuerza la conducta verbal del hablante). Torneke agrega que en el caso del pensamiento sigue los mismos principios de la conducta verbal, en otras palabras, pensar opera también bajo los términos del condicionamiento operante, la diferencia es que el hablante y el oyente son la misma persona.

¿Cómo nace el pensamiento?
El medio ambiente refuerza y castiga al hablante, esto quiere decir que es la sociedad la que ha reforzado la conducta del pensar. Para que esta explicación sea más clara se puede brindar un ejemplo: un niño aprende a contar en voz alta del 1 al 10, entonces los padres refuerzan esta conducta al decirle “¡qué bien cuentas, sigue así!”, no obstante, conforme va pasando el tiempo el niño ya no recibe un refuerzo por parte de sus padres e incluso pueden castigar ese accionar cuando ellos necesitan silencio a su alrededor y su hijo cuenta en voz alta. 

Debido a las consecuencias del ambiente, el niño empezará a contar en voz baja e incluso se percatará que puede contar sin que nadie lo escuche, de esta forma empezará a reforzarse a sí mismo, aprendiendo a contar desde su pensamiento (Torneke, 2010).

Teoría de los marcos relacionales y mente
Se realizaron muchas investigaciones luego del trabajo sobre conducta verbal de Skinner, resaltando la teoría de los marcos relacionales (TMR), la cual fue un hallazgo clave en psicología conductual, proponiendo una explicación que amplia ese hallazgo a todo el lenguaje y la cognición (Hayes, Strosahl y Wilson, 2015). Hayes y Smith (2005) explican cómo opera la TMR mediante un ejemplo; se le enseña a un bebé tres estímulos: 1) un dibujo de un animal imaginario, 2) su nombre y 3) el sonido que emite, en tal caso hay tres estímulos. Se le dice al bebé: “este es un gub-gub (señalando el dibujo), ¿sabes decir gub-gub?”, cuando el bebé aprende esta relación se le enseñará una segunda relación: “este gub-gub hace woo ¿sabes decir woo?”. 

Al finalizar el aprendizaje de la segunda relación, se puede notar que el bebé aprendió las relaciones “dibujo-nombre del animal” y “dibujo- sonido que hace el animal”. Lo que resulta sorprendente es que el bebé asocia otras cuatro relaciones sin que otra persona se lo enseñe: “nombre del animal” - dibujo”, “sonido que hace el animal- dibujo”, “nombre del animal” - sonido que hace el animal”, “sonido que hace el animal- nombre del animal”. Conforme los seres humanos van creciendo apareceran nuevas relaciones, las cuales se agregaran a las relaciones ya aprendidas.

Entonces…
Aún se requieren realizar más investigaciones en torno a la TMR y creo que es importante poder difundirla en la sociedad, la cual suele conocer a la mente como algo mágico dentro del ser humano, algo que no se puede comprender o algo que funciona como una computadora con memoria RAM, disco duro, tarjetas de video, etc. El conductismo provee una aproximación diferente a lo que se denomina pensamiento, siendo la TMR una apuesta por las diferentes relaciones arbitrarias que pueden ocurrir dentro del mundo debajo de la piel.

 Referencias:
  • Hayes, S. C. & Smith, S. (2005). Sal de tu mente entra en tu vida: La nueva terapia de     aceptación y compromiso. Bilbao: Descleé de Brouwer
  • Hayes, S. C. Strosahl, K. & Wilson, K. G. (2015). Terapia de aceptación y compromiso: Proceso y práctica del cambio consciente (Mindfulness). Bilbao: Descleé de Brouwer
  • Törneke, N. (2010). Learning RFT: An introduction to relational frame theory and its clinical appliaction. Oakland: New Harbinger Publications.

Análisis histórico de la Igualación a la Muestra

Bryan Félix Aguirre Jaqui
Miembro de Liceo Contextual



Historia.
Como precedente histórico, en 1801, el francés Itard hacía uso de técnicas pedagógicas para desarrollar el intelecto de su pequeño salvaje (Itard, 1932, en García, 2002) Posteriormente, encontramos trabajos relacionados en animales como antecedentes, antes de pasar al antecedente principal del fenómeno de la discriminación (Furness, con chimpancés y orangutanes 1916; Kohts con un chimpancé, 1928; Yerkes con gorilas, 1928, en García, 2002.).
Preparó tres pedacitos de papel de formas y colores bien diferenciados: círculo rojo, triángulo azul y cuadrado negro, y los pegó a la pared. Preparó después tres cartoncitos de igual forma y color y se los entregó al niño para que éste los emparejara correctamente. El pequeño aprendió rápidamente (García, 2002, p. 126).
Como fenómeno, tuvo su origen en los estudios con ratas de Lashley (1938; citado en Carter y Werner, 1978), de la “reacción condicional generalizada”. El procedimiento consistía en establecer relaciones entre un aspecto específico de un estímulo y la respuesta, en la cual, una segunda señal indicaba cuál de los estímulos era el que estaba correlacionado con el reforzamiento. A esta ejecución la nombro reacción condicional, cuyo planteamiento es la base del fenómeno de la discriminación condicional. El procedimiento consistía: cuando el fondo era a rayas, se elegía el triángulo con pico hacia abajo, y cuando el fondo era oscuro, se elegía el triángulo con pico hacia arriba.
Como precursores de este procedimiento, encontramos a Weinstein en 1941y 1954, con sus estudios de objetos tridimensionales con monos. Luego a Riesen y Nissen en 1942 con su estudios sobre el requerimiento del requerimiento de conductas diferentes según distintos estímulos muestras en chimpancés. Entra en escena finalmente, Spaet y Harlow en 1943 con estudios de elección de conductas diferentes y no-diferentes según el color del estímulo en chimpancés, que se considera estudios de orden superior o de segundo orden. Posteriormente hubieron otros ofrecidos por Harlow en 1943, y Young y Harlow en ese mismo año (García, 2002).
"La igualación a la muestra se convirtió de un fenómeno de discriminación, a un procedimiento experimental clásico"
Como nombre, tuvo su origen en Skinner (1950/1975). Ya en los tiempos de 1950, Skinner argumentaba la necesidad de modificar el paradigma de investigación psicológica, definido como el “explicar un evento, en otro lugar, en término diferente y hasta en dimensión diferente –paradójicamente- del lugar en que ocurre en realidad” (p. 193). Esto lo hacía por dos grandes motivos: (a) la no pertinencia de estos estudios (fisiológicos,  mentalistas, conceptuales) para la explicación del fenómeno psicológico como tal; y (b) la necesidad de establecer una “teoría” basada en la explicación de los hechos, y no una “teoría” como consecuencia de la ignorancia de los hechos.
Es en este momento, que Skinner menciona el término: Igualación a la muestra, demostrando varios ejemplos con ensayos de discriminación en palomas, en donde se demuestra esta complejidad de la conducta de elegir – discriminar a donde dirigir la conducta según condiciones secundarias –luces de colores que se alternaban como estímulo muestra . Por ello, Skinner nos demuestra que no son necesarias las teorías del aprendizaje –aunque argumento que sí han sido importantes y no se les niega su avance- pero sí necesaria, una teoría alternativa que nos trascienda (ni viceversa) las respuestas individuales o las respuestas de estímulo-respuesta. Que puede y se está investigando conducta compleja y no de reflejo (fisiológico), que se investiga de manera objetiva  y no circular-inferencial (“hace esto pues le es agradable”) y que se investiga observándose los eventos explicativos como tal y no estructuras conceptuales que implican el problema absurdo – y eterno de la relación materia no materia.
Entonces, la igualación a la muestra es propuesta por primera vez, para justificar la teoría de Análisis Experimental de la Conducta, justamente porque implica (a) un tipo especial de conducta discriminativa, (b) una técnica para el estudio de relaciones de alto orden, (c) estudio de diversos aspectos de la conducta, (d) además del ambiente (Vargas – Mendoza, 2008).
La igualación a la muestra se convirtió de un fenómeno de discriminación, a un procedimiento experimental clásico en más de un conductismo (Pérez, Guerrero y López, 2002), como lo es el Conductismo radical de Skinner y Teoría de la conducta de Ribes y López (1985).
Como discriminación condicional simple, nace con el mismo Skinner, en la cual la respuesta del organismo se incrementa en presencia de un estímulo correlacionado positivamente con el reforzamiento (estímulo discriminativo) y se correlacionaba negativamente con el reforzamiento (estímulo delta).

Figura 1 Igualación a la muestra de primer orden.

Como paradigma básico experimental y primer precursor de relaciones superiores, fue el caso de Murray Sidman (1960) en Tácticas de Investigación científica, donde acuña el término de relaciones de equivalencia, que fue  el descubrimiento de cómo surgían nuevas relaciones entre estímulos previamente o entrenados: la estimulación A (compuesta por los estímulos A1, A2 y A3), la estimulación B (compuesta por B1, B2, B3) y la estimulación C (compuesta a su vez de C1, C2 y C3). Mediante un procedimiento de igualación a la muestra se entrenan diferentes relaciones entre ellos. Se entrenan explícitamente A1-B1 (y el resto hasta An-Bn), B1-C1 (y el resto hasta Bn-Cn). Como resultado de dicho entrenamiento emerge la relación An-Cn (es decir, A1-C1; A2-C2, A3-C3) y Cn-An (García, 2000).
Como situación experimental que se generalizó, una década aproximadamente después, la tuvo con Cumming y Berryman (1965). Se estableció en la presentación de al menos tres estímulos, un estímulo en el centro de la pantalla, nombrado estímulo muestra (EM); dos estímulos al lado del estímulo central, conocidos como estímulos de elección o comparación (ECOs). Uno de los estímulos de comparación es la elección correcta dado el estímulo muestra presente en cada ocasión. Por ello, el estímulo muestra posee propiedades instruccionales o de discriminación, esto es, “indica” cuál de los estímulos de comparación es el estímulo discriminativo.

El desarrollo de la igualación a la muestra en el enfoque conductual ha sido muy variado y amplio. Para fines de profundización, ver el excelente trabajo de Carter y Werner en 1978. Esta metodología ha pasado por diversas etapas en las cuales aún siguen presentándose renovaciones y redefiniciones conceptuales hasta el día de hoy. Finalmente, cabría preguntarse sobre los límites de esta metodología, sin embargo, se sabe que tiene mucho más que demostrar en el complicado camino de la ciencia psicológica.


Referencias
  • Carter, D., y Werner, T. (1978). Complex learning and information proceesing by pigeons. A critical analysis. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 29, pp. 565-601.
  • Cumming, W., y Berryman, R. (1965) .The complex discriminated operant studies of matching to sample and related problems. En Mostofosky, D. (ed.) Stimulus generalization. Stanford: Stanfor University Press, p. 284-230. 
  • García, A. (2002). Antecedentes históricos del uso de discriminaciones condicionales en el estudio de la simetría. Revista de Historia de la Psicología, 23(2), pp. 123-130.
  • García, M. (2000). Relaciones de Equivalencia. Las últimas aportaciones del Análisis de Conducta a la Psicología. Recuperado el 15 de Junio del 2013 de: http://www.uma.es/petra/contextos_nueva/PDF/Garcia_Relaciones_equivalencia.pdf
  • Pérez, A., Guerrero, F., y López, W. (2002) Siete conductismos contemporáneos: una síntesis verbal y gráfica. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 2(1), pp. 103-113.
  • Ribes, E., y López, F. (1985). Teoría de la conducta. Un análisis de campo y paramétrico. México: Trillas.
  • Skinner, B. F. (1975). ¿Son necesarias las teorías del aprendizaje? En B. F. Skinner (Ed.), Registro acumulativo (pp. 77-111). Barcelona: Fontanella. (Trabajo original publicado en 1950).
  • Vargas-Mendoza, J. E. (2008). Igualación a la muestra: lecturas para un seminario. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A. C.