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miércoles, 21 de agosto de 2019

Sobre el artículo "El supuesto de la continuidad conductual entre especies y la comprensión de la conducta humana”


Ensayo escrito por Alberto Valencia Aponte y Darwin Gutiérrez Guevara, miembros de Liceo Contextual.

Se realiza una breve presentación y análisis de los puntos más relevantes del artículo “El supuesto de la continuidad conductual entre especies y la comprensión de la conducta humana” publicado por los psicólogos Ricardo Pérez Almonacid y Telmo Peña.

Respecto a la continuidad entre la conducta humana y no humana, es decir, una supuesta semejanza de los principios psicológicos en ambos grupos, podemos encontrar tres posturas dentro de la comunidad conductual: a) procontinuidad, en la cual se acepta que principios y procesos de la conducta animal explican la conducta humana; b) anticontinuidad, en la cual se señala que se requieren principios y/o procesos propiamente humanos; y c) agnosticismo, en el cual se puede plantear nuevos principios para dar cuenta de la conducta humana, pero no se consideran necesariamente exclusivos de la especie (Dymond et al., 2003, citado por Pérez-Almonacid y Peña, 2011).

Skinner (1953) argumentando a favor de la tesis procontinuidad ofrece dos razones: a) continuidad filogenética: existe continuidad evolutiva entre humanos y no humanos; y b) simplicidad: la ciencia avanza de lo simple a lo complejo (y lo más simple es asumir que los procesos son los mismos). Pérez-Almonacid y Peña (2011), empleando el análisis de argumento propuesto por Toulmin (2007), señaló que el argumento skinneriano procontinuidad sintetizado en: “la conducta humana se distingue por su complejidad, su variedad y sus mayores logros, pero los procesos básicos no tienen porque ser necesariamente diferentes” (Skinner, 1953, p.38), no es concluyente sino simplemente estratégica para el momento histórico en el cual se encontraba dejando espacio para excepciones, en las cuales la representatividad del fenómeno se contraponga a la simplificación. Para esto se hace énfasis en la diferencia entre procesos y principios, entendiendo por los primeros las relaciones entre la actividad del organismo y condiciones o características de eventos ambientales; y por principio, la síntesis de regularidades producto del estudio sistemático de estos procesos. De esta forma, se podría tomar al argumento de Skinner como un principio práctico y provisional que sea útil para posteriores investigaciones.

Figura 1. Esquema argumentativo de la postura skinneriana a la relación entre conducta humana y no humana, tomado de Pérez-Almonacid y Peña (2011)

Los contraargumentos ante la postura procontinuidad se presentan en tres componentes:

a) Aceptar el origen común de todos los animales no implica aceptar que no haya diferencias entre los procesos conductuales humanos y no humanos: los procesos conductuales son relaciones funcionales entre la actividad de los organismos y los eventos ambientales, ante lo cual queda abierta la posibilidad de diferentes procesos conductuales dependiendo de las circunstancias ambientales de cada taxón evolutivo.

b) La identidad de los principios genéticos (de origen) de los procesos conductuales no excluye que puedan identificarse diferencias: Entendemos por asunto u origen genético los procesos conductuales de adquisición y mantenimiento de funciones y respuestas de estímulo. En el estudio de procesos conductuales humanos se ha privilegiado aquellos que tienen semejanza con el patrón de origen y mantenimiento que se observa en el laboratorio animal; esto ha llevado a concluir que el principio genético en animales equivale a todos los procesos conductuales concebibles en la conducta humana (Pérez-Almonacid y Peña, 2011)

c) La simplicidad científica puede ser una falacia si riñe con la representatividad del fenómeno: comúnmente son dos los usos del criterio de simplicidad: 1) el metodológico, tomar un fenómeno más simple para facilitar su estudio, pero que contenga las propiedades relevantes del fenómeno que interesa; 2) interpretativo: frente a la posibilidad de dos o más hipótesis es más conveniente apelar a la menor cantidad de entidades, causas o procesos. Esto ha llevado a que se busque en las investigaciones de conductas más complejas la misma perspectiva que se usó para la investigación inicial (simple), descuidando que aquellas diferencias de complejidad, variedad y logros pueden requerir nuevas categorías.

Ante esto, los autores señalan la manera en cómo abordarían dicho problema, dejando en claro que obedece a una confusión categorial que no ha permitido a las posturas antes mencionadas llegar a un estudio sólido de la continuidad conductual entre especies. De esta manera se apuesta, y ofrece como posible solución, por optar por procesos conductuales de diversa complejidad (y no quedarse solo en el estudio de la conducta señalada históricamente como operante) mediante situaciones experimentales simplificadas que no descuiden la representatividad del fenómeno, siendo en el caso humano de índole social, recalcando que cada nivel de complejidad funcional no es describible en términos de variación cuantitativa sino que conforma un nuevo tipo cualitativamente distinguible de organización funcional.

Referencias
Pérez-Almonacid, R., & Peña, T. (2011). El supuesto de la continuidad conductual entre especies y la comprensión de la conducta humana. Suma Psicológica,18(1), 17-34.
Skinner, B.F. (1953). Science and human behavior. New York: The Macmillan Company.

BABY IN BOX - B.F. Skinner 1945


BABY IN BOX
B.F. Skinner Ladies Home Journal, October 1945

Traducción: Darwin Gutierrez Guevara, miembro de Liceo Contextual.

En ese valiente nuevo mundo que la ciencia está preparando para la ama de casa del futuro, la joven madre aparentemente ha sido olvidada. Casi nada se ha hecho para aliviar su problema al simplificar y mejorar el cuidado de los bebés.
Cuando decidimos tener otro hijo, mi esposa y yo sentimos que era hora de aplicar un poco de invención y diseño que ahorre trabajo a los problemas de la guardería. Comenzamos repasando el desalentador calendario de la joven madre, paso a paso. Solo hicimos una pregunta: ¿Es esta práctica importante para la salud física y psicológica del bebé? Cuando no fue así, lo marcamos para su eliminación. Entonces comenzó la confección del aparato ("gadgeteering").
El resultado fue un aparato de bajo costo en el que nuestra pequeña hija ha estado viviendo durante once meses. Su extraordinaria buena salud y felicidad y el placer de mi esposa han superado nuestras predicciones más optimistas, y estamos convencidos de que hay un nuevo trato para la madre y el bebé.


Primero abordamos el problema del calor. La solución habitual es envolver al bebé en media docena de capas de camisa de tela, camisón, sábana y mantas. Esto nunca es completamente exitoso. Es probable que se encuentre al bebé humeando en sus propios líquidos o acostado frío y descubierto. Los esquemas para evitar el descubrimiento pueden ser peligrosos y, de hecho, a veces incluso han resultado fatales. La ropa de día y la ropa de cama también interfieren con el ejercicio y el crecimiento normales y evitan que el bebé tome posturas cómodas o cambie de postura durante el sueño. También alientan erupciones y llagas. No se puede decir nada para el sistema en cuanto a la conveniencia, porque son necesarios cambios frecuentes y lavados.
Pensamos, ¿por qué no prescindir de la ropa, excepto por el pañal, que sirve para otro propósito, y calentar el espacio en el que vive el bebé? Esto debería ser un problema técnico simple en el hogar moderno. Nuestra solución es un compartimiento cerrado tan espacioso como una cuna estándar (Figura 1). Las paredes están bien aisladas, y un lado, que se puede levantar como una ventana, es un gran panel de vidrio de seguridad. El calentamiento es eléctrico y se han tomado precauciones especiales para asegurar un control preciso.


Después de una pequeña experimentación, encontramos que nuestro bebé, cuando salía del hospital por primera vez, estaba completamente cómodo y relajado sin el beneficio de la ropa a aproximadamente 86 ° F. A medida que ella crecía, era posible bajar la temperatura en etapas fáciles. Ahora, a los once meses, estamos operando a aproximadamente 78 °, con una humedad relativa del 50 por ciento.
Subir o bajar la temperatura en más de un grado o dos produce un cambio sorprendente en la condición y el comportamiento del bebé. Esta respuesta es tan sensible que nos preguntamos cómo se puede alcanzar una temperatura agradable con ropa y mantas.
El descubrimiento, que más nos complació, fue que el llanto y el alboroto siempre se podían detener bajando un poco la temperatura. Durante los primeros tres meses, es cierto, el bebé también lloraría cuando está mojado o con hambre, pero en ese caso se detendría cuando lo cambien o lo alimenten. Durante los últimos seis meses, no ha llorado en absoluto, excepto por un momento o remolque cuando está herida o muy angustiada, por ejemplo, cuando está inoculada. El "ejercicio pulmonar", que a menudo se apela para tranquilizar a la madre de un bebé que llora, toma la forma mucho más agradable de gritos y gorgoteos.
Es difícil decir cuánto de esta alegría sostenida debido a la temperatura, porque el bebé disfruta de muchos otros tipos de comodidad. Ella duerme en posturas curiosas, no la mitad de las cuales sería posible bajo mantas bien sujetas.
Cuando está despierta, hace ejercicio casi constantemente y, a menudo, con sorprendente violencia. Los músculos de las piernas, el estómago y la espalda son especialmente activos y se han vuelto fuertes y duros. Es necesario observar esta actuación durante solo unos minutos para darse cuenta de cuán severamente restringido es el bebé promedio, y cuánta energía se debe desviar hacia el único canal restante que llora.
La libertad de vestimenta también fomenta una mayor variedad y comportamiento. Por ejemplo, nuestro bebé absolvió una habilidad divertida, casi parecida a la del uso de sus pies. Hemos ideado una serie de juguetes, que en ocasiones se suspenden del techo del compartimiento. Ella a menudo juega con estos con sus pies solos y con sus manos y pies en estrecha cooperación.
Un juguete es un anillo suspendido de una caja de música modificada. Se puede tocar una nota tirando del anillo hacia abajo, y una serie de tirones rápidos producía la melodía de “Tres ratones ciegos”. A los siete meses, nuestro bebé agarraría el anillo con los dedos de los pies, estiraría la pierna y tocaría la melodía con un movimiento rítmico de su pie.


No estamos especialmente interesados ​​en desarrollar habilidades de este tipo, pero son valiosas para el bebé porque despiertan y mantienen su interés. Muchos bebés parecen llorar de puro aburrimiento: su comportamiento es moderado y no tienen nada más que hacer. En nuestro compartimento, las horas de vigilia son invariablemente activas y felices.
La ausencia de ropa de día y ropa de cama es especialmente importante para el bebé mayor que juega y se queda dormido durante el día. A menos que la madre esté constantemente alerta, es difícil cubrir al bebé rápidamente cuando se queda dormido y retirar y colocar las sábanas y las mantas tan pronto como esté listo para jugar. Todo esto ahora es innecesario.
Recuerde que estas ventajas para el bebé no significan trabajo o atención adicional por parte de la madre. Por el contrario, hay un ahorro casi increíble en tiempo y esfuerzo. Por un lado, no hay cama que hacer o cambiar. El “colchón” es un lienzo muy estirado, que se mantiene seco por el aire caliente. Una sola hoja inferior funciona como una toalla enrollable1. Se almacena en un carrete fuera del compartimiento en un extremo y pasa a una cesta de alambre en el otro. Tiene diez metros de largo y dura una semana. Una sección limpia se puede bloquear en su lugar en unos pocos segundos. También se ahorra el tiempo que se suele gastar en cambiarse de ropa. Esto es especialmente importante en los primeros meses. Cuando llevamos al bebé a comer o jugar, la envuelven en una manta pequeña o en un simple camisón. Ocasionalmente, ella se viste “por diversión” o por su período de juego. Pero eso es todo. La manta de embalaje, la hoja enrollable y los pañales habituales son las únicas prendas que realmente se requieren. El tiempo y la mano de obra también se ahorran porque el aire que pasa a través del compartimiento está completamente filtrado. Los ojos, oídos y fosas nasales del bebé permanecen frescos y limpios. Un baño semanal es suficiente, siempre que la región de la cara y el pañal se laven con frecuencia. Estas pequeñas atenciones son fáciles porque el compartimento está al nivel de la cintura.
Se tarda aproximadamente una hora y media cada día para alimentar, cambiar y cuidar al bebé. Esto incluye todo excepto lavar los pañales y preparar la fórmula. No estamos interesados ​​en reducir el tiempo más. A medida que el bebé crece, necesita una cierta cantidad de estimulación social. Y después de todo, cuando se han eliminado las tareas innecesarias, cuidar de un bebé es divertido.
Un dividendo imprevisto ha sido la contribución a la buena salud del bebé. Nuestro pediatra aprobó fácilmente el plan antes de que naciera el bebé, y él ha seguido los resultados con entusiasmo de mes a mes. Aquí hay algunos puntos sobre el puntaje de salud: cuando el bebé tenía solo diez días, pudimos colocarla en la posición boca abajo preferida sin peligro de asfixia, y desde entonces ha dormido así, con las ventajas habituales. Ella siempre ha disfrutado de un sueño profundo y prolongado, y sus hábitos de alimentación y eliminación han sido extraordinariamente regulares. Ella nunca ha tenido un malestar estomacal, y nunca se ha perdido una evacuación diaria.
El compartimento está relativamente libre de aerosoles y de infecciones transmitidas por el aire, así como de polvo y sustancias alérgicas. Aunque ha habido resfriados en la familia, ha sido fácil evitar el contagio y el bebé ha escapado por completo. Los niños del vecindario entran para verla, pero la ven a través del cristal y se guardan sus enfermedades de la edad escolar. Ella nunca ha tenido una erupción del pañal.
También hemos disfrutado de las ventajas de una rutina diaria fija. Los especialistas en niños aún no están de acuerdo en si la madre debe mirar al bebé o al reloj, pero nadie niega que un horario estricto ahorra tiempo, ya que la madre puede planificar su día con anticipación y encontrar tiempo para relajarse o para otras actividades. El problema es que una rutina aceptable para el bebé a menudo entra en conflicto con el horario del hogar. Nuestro compartimento ayuda aquí de dos maneras. Incluso en lugares con mucha gente, puede mantenerse libre de luces y sonidos no deseados. Las paredes aisladas amortiguan todos los ruidos normales y se puede bajar una cortina sobre la ventana. El resultado es que, en el espacio que ocupa una cuna estándar, el bebé tiene en efecto una habitación separada. Nunca nos preocupa que el timbre de la puerta, el teléfono, el piano o los niños que están tocando despierten al bebé, y por lo tanto podemos dejar que establezca cualquier rutina que le guste.
Pero una posibilidad más interesante es que su rutina puede cambiar para adaptarse a nuestra conveniencia. Un buen ejemplo de esto ocurrió cuando dejamos su horario de cuatro a tres comidas por día. El bebé comenzó a despertarse en la mañana aproximadamente una hora antes de que quisiéramos alimentarla. Este hábito molesto, una vez establecido, puede persistir durante meses. Sin embargo, al elevar ligeramente la temperatura durante la noche, pudimos posponer su demanda para el desayuno. La explicación es simple. El bebé utiliza la comida de la noche principalmente para mantenerse abrigada durante la noche. La duración del proceso dependerá en parte de la rapidez con que el aire circundante absorba el calor.
Una ventaja que no debe pasarse por alto es que la insonorización también protege a la familia del bebé. Nuestras intenciones en esta dirección fueron mal entendidas por algunos de nuestros amigos. Nunca nos pusieron a prueba, porque no había ningún llanto con el que lidiar, pero nunca fue nuestra política usar el compartimiento para que el bebé "gritara".
Se debe hacer todo lo posible para descubrir por qué llora un bebé. Pero si la condición no puede remediarse, no hay razón para que la familia, y quizás también el vecindario, deban sufrir. (Por cierto, tal compartimiento podría convencer a muchos propietarios de que no respeten la regla de “no bebés”, ya que otros inquilinos pueden estar completamente protegidos).
Antes de que naciera el bebé, cuando todavía estábamos construyendo el aparato, algunos de los amigos y conocidos que habían oído hablar de lo que nos propusimos hacer se sorprendieron bastante. Los lavaplatos mecánicos, los trituradores de basura, los limpiadores de aire y otros dispositivos que ahorran trabajo eran muy buenos, pero una licitación mecánica para bebés: ¡eso estaba llevando la ciencia demasiado lejos! Sin embargo, todas las objeciones específicas, que se plantearon en contra del plan, se han desvanecido en la luz brillante de nuestros resultados. Un breve conocimiento del esquema en funcionamiento es suficiente para resolver todas las dudas. Algunos de los escépticos más duros se han convertido en nuestros partidarios más entusiastas.
Una de las objeciones más comunes fue que íbamos a plantearnos un “niño indefenso ("softie") que no estaría preparado para el mundo real. Pero en lugar de volverse hipersensibles, nuestro bebé ha adquirido una tolerancia sorprendentemente serena para las molestias. No le molesta su ropa que usa para jugar, no le asustan los ruidos fuertes ni los ruidos repentinos, no se siente frustrada por los juguetes que están fuera de su alcance y toma un montón de golpes de su hermana mayor como un buen deporte. Es posible que tenga que aprender a dormir en una habitación ruidosa, pero siempre es necesario realizar ajustes de ese tipo. Se puede desarrollar una tolerancia para cualquier molestia administrándola en dosis controladas, en lugar de hacerlo de la forma accidental habitual. Ciertamente, no hay razón para molestar al niño durante toda su infancia, simplemente para prepararla para la infancia posterior.
No se trata, por supuesto, de las condiciones favorables a las que se oponen las personas, sino del hecho de que en nuestro compartimento son “artificiales”. Todas se producen naturalmente en un entorno favorable u otro, donde debe aplicarse la misma objeción pero nunca se plantea. Está totalmente en el espíritu del "mundo del futuro" el hacer que las condiciones favorables estén disponibles en todas partes a través de medios mecánicos simples.
Unos pocos críticos han objetado que no les gustaría vivir en un compartimiento de este tipo, sienten que eso los sofocaría o les daría claustrofobia. El bebé obviamente no comparte en esta opinión. El compartimento está bien ventilado y es mucho más espacioso que una litera Pullman, teniendo en cuenta el tamaño del ocupante. El bebé no puede salir, por supuesto, pero eso también se aplica a una cuna. Hay menos restricciones reales en el compartimiento porque el bebé es más libre para moverse. El hecho claro es que ella es perfectamente feliz. Ella nunca ha intentado salir ni se ha resistido a que la vuelvan a colocar, y esa parece ser la prueba final.
Otra de las primeras objeciones fue que el bebé estaría privado de hambre y privado del afecto y del amor materno que ella necesita. Esto simplemente no ha sido verdad. El compartimento no excluye al bebé. La gran ventana no es más una barrera social que los barrotes de una cuna. El bebé sigue lo que está sucediendo en la habitación, sonríe a los transeúntes, juega "peek-aboo" y, obviamente, se deleita en compañía. Y se la maneja, se le habla y se juega con ella cada vez que la cambian o la alimentan, y cada tarde durante un período de juego, que se hace más largo a medida que crece.
El hecho es que un bebé probablemente recibirá más amor y afecto cuando sea fácil de cuidar, ya que es probable que la madre se sienta sobrecargada de trabajo y resentida por las demandas que se le hacen. Expresará su amor de una manera práctica y le dará al bebé un cuidado genuinamente afectuoso.
Es una práctica común aconsejar a la madre con problemas que sea paciente, tierna y que disfrute de su bebé. Y, por supuesto, eso es lo que cualquier bebé necesita. Pero es la madre excepcional que puede surtir esta receta bajo demanda, especialmente si hay otros niños en la familia y ella no tiene ayuda. Tenemos que ir un paso más allá y tratar a la madre con afecto también. El cuidado infantil simplificado le dará a la madre oportunidades para dar amor.
Una queja similar fue que tal aparato alentaría la negligencia. Pero una atención más fácil seguramente permitirá una mejor atención. La madre resistirá la tentación de volver a poner al bebé en una cama húmeda si puede cambiarla por una seca en cinco segundos. Es muy posible que pase menos tiempo con su bebé, pero los bebés no sufren al dejarlos solos, sino por las molestias que surgen al dejarlos solos en una cuna común.
¿Cuánto tiempo tenemos la intención de mantener al bebé en el compartimiento? El bebé responderá a esa pregunta a tiempo, pero casi con seguridad hasta que tenga dos años, o quizás tres. Después del primer año, por supuesto, ella pasará una buena parte de cada día en un parque infantil o al aire libre. El compartimiento toma el lugar de una cuna y tendrá el mismo uso. Eventualmente servirá solo como cuarto de dormir.
Por supuesto, no podemos garantizar que todos los bebés criados de esta manera prosperarán con tanto éxito. Pero hay una conexión plausible entre la salud y la felicidad y el entorno que hemos proporcionado, y estoy bastante seguro de que nuestro éxito no es un accidente. El experimento debe, por supuesto, repetirse una y otra vez con diferentes bebés y diferentes padres. Sin embargo, un caso es suficiente para refutar la afirmación plana de que no se puede hacer. Al menos, hemos demostrado que una mecanización moderada y económica del cuidado del bebé producirá un ahorro tremendo de tiempo y problemas, sin dañar al niño y probablemente otorgando un beneficio duradero.

1El lienzo y la disposición de la hoja "sin fin" pronto se reemplazaron con una sola capa de plástico tejido, que se limpiaría y se secaría instantáneamente.

Original:
Skinner, B. F. (1945). Baby in a box: The mechanical baby-tender. The Ladies Home Journal, 62, 30-31, 135-136, 138. En: https://www.aubreydaniels.com/sites/default/files/institute/skinner_baby_in_a_box-Ladies-Home-Journal.pdf



jueves, 15 de agosto de 2019

El aircrib de Skinner: Una cuna para los rumores


Ensayo escrito por Darwin Gutiérrez Guevara, miembro de Liceo Contextual.

“No estoy loca ni muerta, pero estoy muy enojada” señaló Deborah Skinner Buzan en el periódico inglés The Guardian como una respuesta a la publicación del libro “Opening Skinner’s Box: Great Psychological Experiments of the Twentieth Century”, con el cual se volvió a propagar el conjunto de rumores que la ha perseguido a lo largo de los años. Aunque siempre estuvo acostumbrada a las imprecisiones sobre su vida familiar como un efecto colateral de la fama de su padre, el reconocido psicólogo B.F. Skinner; en el 2004 se sintió agredida al encontrar la reseña del libro, hecha por la propia autora, en un prestigioso diario. Por lo cual creyó que era necesario aclarar el asunto de forma definitiva.

El origen de los rumores
Skinner se encontraba trabajando en la Universidad de Minnesota cuando se convirtió en padre, por segunda vez, de una saludable hija, Deborah. Su esposa Yvonne, conocedora del talento inventor del psicólogo le pidió que diseñe y construya una cuna que redujera la labor doméstica y haga más confortable la experiencia infantil de su hija. Julie S. Vargas (2004), su hija mayor, lo recuerda:
“Cuando tenía cinco años, mi madre estaba embarazada de nuevo. Ella le preguntó a mi padre si podía hacer una cuna mejor que la que yo había usado. Cuando era un bebé, la había preocupado cuando mi ropa de cama terminó sobre mi cabeza. A mi padre le encantaba construir "equipos", así que se puso a trabajar feliz” (p. 138)

Comenzó el diseño y la construcción teniendo en cuenta las sugerencias de su esposa, su propia experiencia con su hija mayor y los comentarios generales de los padres que conocía. En 1945 estuvo lista la cuna que bautizó “aircrib” o cuna de aire y contó con las siguientes características: un clima que controle la temperatura y la humedad adecuada para que no se requieran mantas o abrigos, solo el pañal; un colchón fácilmente cambiable mediante una manivela que movía horizontalmente el piso haciendo que salga el usado y entre uno limpio; una altura media que facilita a los padres dejar o sacar al niño sin dañarse la espalda; techo y paredes aislantes del sonido y un vidrio delantero que deje fuera las interferencias del exterior y los microorganismos permitiendo, al mismo tiempo, al niño observar su alrededor mejor que la cuna tradicional; entre las principales.

A partir de los buenos resultados obtenidos en su casa se animó a escribir un artículo en una revista de crianza: Ladies Home Journal, en el cual presenta al “aircrib” de la siguiente forma:
“Cuando decidimos tener otro hijo, mi esposa y yo sentimos que era hora de aplicar un poco de invención y diseño que ahorre trabajo a los problemas de la guardería. Comenzamos repasando el desalentador calendario de la joven madre, paso a paso. Solo hicimos una pregunta: ¿Es esta práctica importante para la salud física y psicológica del bebé? Cuando no fue así, lo marcamos para su eliminación. Entonces comenzó el "gadgeteering". El resultado fue un aparato de bajo costo en el que nuestra pequeña hija ha estado viviendo durante once meses. Su extraordinaria buena salud y felicidad y el placer de mi esposa han superado nuestras predicciones más optimistas, y estamos convencidos de que hay un nuevo trato para la madre y el bebé” (Skinner, 1945).

Originalmente el título del artículo era “Baby Care Can be Modernized” (El cuidado de los bebés se puede modernizar). Los editores decidieron modificarlo a “Baby in a Box” (Bebé en una caja), lo cual, junto a la elección de la foto (una en donde Deborah aparecía con sus manos sobre el vidrio como queriendo escapar), sirvió para generar una actitud negativa hacia la cuna y eventualmente vincular las cámaras de condicionamiento operante de ratas con el condicionamiento de niños. Había nacido el primer rumor: “Skinner condicionó a su hija”. Julie Skinner Vargas (2004) recuerda:
“El resultado fue el ‘baby tender’, una cuna cerrada que se calentó lo suficiente como para no necesitar sábanas ni mantas. Complacido con su nuevo invento, mi padre escribió un artículo para el Ladies Home Journal. El editor cambió su título a "Baby in a Box", comenzando así la confusión entre la cámara experimental que todos, excepto mi padre, llamaron la "Skinner box", y el ‘baby tender’. De hecho, la nueva cuna fue utilizada como otras cunas, para dormir. Mi hermana tenía un parque infantil como otros bebés de la década de 1940” (p.138).

Una prueba o un experimento
Los defensores del hombre de ciencia enfatizaron abiertamente que siempre se trató de la prueba de un artefacto y no de un experimento sobre la conducta humana. En palabras de Skinner (1945, p.1): “En ese valiente nuevo mundo que la ciencia está preparando para la ama de casa del futuro, la joven madre aparentemente ha sido olvidada. Casi nada se ha hecho para aliviar su problema al simplificar y mejorar el cuidado de los bebés”.
Si bien en términos estrictos nunca hubo un control sobre la conducta a partir de consecuencias ambientales (el estudio de la conducta operante, campo en el cual se especializaba), la forma de describir su experiencia con el artefacto y los efectos positivos colaterales en la conducta hicieron más ambiguas sus intenciones:
“La libertad de vestimenta también fomenta una mayor variedad y comportamiento. Por ejemplo, nuestro bebé absolvió una habilidad divertida, casi parecida a la del uso de sus pies. Hemos ideado una serie de juguetes, que en ocasiones se suspenden del techo del compartimiento. Ella a menudo juega con estos con sus pies solos y con sus manos y pies en estrecha cooperación” (Skinner, 1945, p.2).
Tampoco ayudaron a despejar las dudas el uso de términos propios de un ámbito de investigación como “experimentación” o “aparato”, o su interés en “replicar los resultados”:
“Por supuesto, no podemos garantizar que todos los bebés criados de esta manera prosperarán con tanto éxito. Pero hay una conexión plausible entre la salud y la felicidad y el entorno que hemos proporcionado, y estoy bastante seguro de que nuestro éxito no es un accidente. El experimento debe, por supuesto, repetirse una y otra vez con diferentes bebés y diferentes padres. Sin embargo, un caso es suficiente para refutar la afirmación plana de que no se puede hacer” (Skinner, 1945, p.4).

Aunque se pueden entender de un hombre de ciencia poco hábil en materia de relaciones públicas, su redacción hace posible sacar a relucir que el objetivo no era solo el perfeccionamiento de un artefacto sino la mejora en las habilidades infantiles a partir de la cuna como parte de la crianza. Esto se puede observar en los lugares comunes de la respuesta del propio psicólogo en una conferencia (Aparicio, 2018) y el empleado por sus defensores, que hacen énfasis, además de la “normalidad” de Deborah y la tranquilidad que trajo a la familia Skinner, en las habilidades intelectuales que desarrolló de adulta.
Dejando de lado la famosa publicación, según un reporte del Psychology Today, el “aircrib” tuvo apreciaciones como: “¡La era de la máquina viene a la guardería!” y "una idea tremendamente interesante". La novedosa cuna llegó a comercializarse y alrededor de 300 niños la usaron, sobre todo personas vinculadas al mundo académico. Los autores del reporte lograron ubicar a 50 niños que usaron la cuna, los cuales señalaron resultados positivos (Epstein, 1995).

Es relevante señalar que ambos objetivos, el vinculado al probar la cuna en sí misma y el relacionado a la cuna como una tecnología de crianza, cuentan con intenciones loables y nunca pusieron en riesgo la integridad del niño. Sin embargo, resaltar los beneficios positivos de la cuna en las futuras habilidades adultas tiene como efecto colateral abrir la puerta a supuestos efectos negativos sobre las mismas, caras de la misma moneda que comparten un fatalismo “freudiano” en donde las vivencias infantiles otorgan el éxito o fracaso al individuo. Es importante tener en cuenta el papel fundamental de las vivencias de los primeros años, solo que el fatalismo al caricaturizar dicha relación cierra la puerta a la investigación científica seria, incluso dentro del conductismo operante, que busca el papel facilitador de las experiencias de cada etapa de la vida, con relaciones más complejas que un sí o no y que ameritan tiempo y dedicación. De esta manera, tanto críticos como defensores han colaborado inadvertidamente en fabricar una “cuna” para los rumores que siguen presentes hasta nuestros días.

El rumor libre y la respuesta definitiva
Una vez abierta la posibilidad de efectos negativos de la cuna, como tecnología de crianza, poco a poco se agregaron diversas tramas que supuestamente describían dichas afectaciones. Entre las más conocidas se encuentran una psicosis, una denuncia en contra de su padre y un suicidio; en algunos casos cada uno de forma individual y en otros mezclados, con agregados según amerite la situación. Deborah señala que los rumores estuvieron rondando desde hace mucho tiempo:
“Mi padre regresaba a casa de las conferencias para informarle que tres personas le habían preguntado cómo estaba yendo su pobre hija. Recuerdo a amigos de mi familia que regresaban de Europa para contarles que alguien que habían conocido allí les había dicho que yo había muerto el año anterior. El rumor, luego supe, estuvo presente en las clases de psicología en todo Estados Unidos. Una tímida compañera de escuela me dijo, años después, que ella había sorprendido a su profesor de psicología de la universidad contando el rumor sobre mí…” (Skinner-Buzzan, 2004)
En el nuevo milenio llegó un libro que no solo propagaba los rumores, sino que le daban un supuesto aire de rigurosidad al provenir de una autora de prestigio (Lauren Slater), con diversos premios, y un estilo de redacción en forma de cuentos. 
Aunque en el libro se aclara que se trataron de rumores, la reseña en el diario The Observer daba pie a la ambigüedad. Deborah escribió una contundente aclaración en The Guardian:
“El libro sensacionalista de Slater repite algunas de las cosas antiguas, pero ofrece algunos rumores que son completamente nuevos para mí. Según mis primeros dos años, informa, mi padre me mantuvo en una pequeña jaula cuadrada que estaba equipada con campanas y bandejas de comida, y organizó experimentos que entregaron recompensas y castigos. Luego está la historia de que después de que mi padre me "soltó", me volví psicótica. Bueno, no lo hice. Que lo demandé en un tribunal de justicia también es falso. Y, al contrario de lo que se dice, no me disparé en una bolera en Billings, Montana. Nunca he estado en Billings, Montana (…) ¿Por qué las reseñas no deberían dar los rumores como hechos, ya que eso es lo que el libro hizo en sí mismo? La simple realidad es que Lauren Slater nunca se molestó en comprobar la verdad de ellos (aunque afirma haber intentado rastrearme). En cambio, ella optó por perjudicar a mi familia ya mí y, al mismo tiempo, degradar la historia intelectual de la psicología.” (Skinner-Buzzan, 2004).
Pese a lo anterior el libro fue nominado para un premio Kirsch del Los Angeles Times por escritura de ciencia y tecnología, y fue nombrado como el libro Bild Der Wissenschaft del año 2005 en Alemania.

¿Skinner amaba a sus hijos?
Uno de los puntos más interesantes para Alexandra Rutherford, autora del libro Beyond The Box, de la polémica cuna tiene que ver en cómo “las ideas de Skinner dejaron el laboratorio para convertirse en parte de la vida cotidiana del público de posguerra”, y “cómo las teorías de comportamiento enfrentaron problemas de la vida real” (Rutherford, 2009). Debido al estatus de celebridad de Skinner, que le había otorgado con recelo la sociedad, todo debate aparentemente académico terminó enredándose en la vida personal del científico. La sociedad buscaba alguna excusa para mantener su estilo de vida, amenazada por los descubrimientos de un científico. Elamerican way” estaba en peligro.

De esta forma toda discusión implícitamente desvío su atención hacia el amor que Skinner sentía hacia sus hijos. Ante la pregunta: ¿un científico que cotidianamente investiga sobre el control de la conducta (control en su sentido negativo, propio de los gobiernos totalitarios) puede evitar ejercerlo sobre sus seres queridos?, si la respuesta era “no” la complementación con los rumores anteriormente mencionados era inevitable.

Los defensores nuevamente tuvieron que acceder a las reglas de juego, es decir, evidenciar el amor de Skinner y sus buenas intenciones. Deborah señaló:
“Mi infancia temprana, es cierto, fue ciertamente inusual, pero estaba lejos de no ser amado. Yo era un bebé muy mimado. Llámelo como quiera, "aircrib", "baby box", "heredero" (no es el término de mi padre) fue una maravillosa alternativa a la cuna con forma de jaula. Las intenciones de mi padre eran simples y se basaban en eliminar lo que él y mi madre consideraban los peores aspectos de los arreglos para dormir típicos de un bebé: ropa, sábanas y mantas. Estos no solo tienen que lavarse, sino que restringen el movimiento de brazos y piernas y son un método muy imperfecto para mantener a un bebé cómodo. Mi madre estaba feliz. Tenía que darme menos baños y, por supuesto, tenía que lavar menos ropa y mantas, por lo que le daba más tiempo para disfrutar a su bebé” (Skinner-Buzzan, 2004).

De igual forma su hija mayor, también en el 2004, destino un artículo completo para relatar sus experiencias durante su infancia. En algunas secciones abogando por el carácter noble de su padre:
“Mi padre amaba a los niños, especialmente a los suyos. Pasaba mucho tiempo con mi hermana y conmigo mientras crecíamos. Tal vez debido a sus propias frustraciones al aprender a usar herramientas cuando era niño, nos enseñó a mi hermana ya mí a usar herramientas manuales. Nos enseñaron cómo taladrar un agujero antes de colocar un tornillo. Deborah y yo teníamos nuestras propias herramientas manuales cuando éramos niños pequeños, y mi padre incluso me construyó una mesa de trabajo separada en nuestra casa de verano cuando tenía alrededor de 13 años. Tenía un tornillo de banco y un juego de herramientas Craftsman ordenadas por correo a Sears (…) A menudo mi padre me llevaba a mí o a Deborah a dar un paseo por allí. En la otra dirección, un camino de cuatro kilómetros a través de bosques y prados rodeaba el embalse de Cambridge. Las caminatas alrededor del embalse tomaron más tiempo. Mi padre usó las caminatas más largas para explicar el material en el que estaba trabajando para un libro o artículo. Años después, cuando leí las publicaciones de mi padre, reconocí las discusiones, como las del "homúnculo" o el "operacionismo" de las conversaciones durante esos paseos” (Vargas, 2004, p. 138)

¿Es necesario que el psicólogo científico sea, además de competente en sus labores investigativas, una ‘buena persona’? Todos estamos seguros de que en el mundo nunca sobrarán ‘buenas personas’ (lo que sea que se entienda) pero qué hubiese pasado si, a diferencia de Skinner, esto no hubiera sido así. ¿Toda una empresa investigativa en psicología tendría que haberse cerrado o, en el mejor de los casos, pospuesto? ¿cuánto esfuerzo de los estudiantes para seleccionar qué o no leer en el campo de la investigación depende del historial de “buena intención” de los autores o, simplemente su popularidad, (como el que quizá a movilizado a algunos a leer este escrito) en vez de una búsqueda genuina por la rigurosidad, lógica o sistematicidad del contenido? ¿Qué hubiera pasado si solo uno de los niños que usó la cuna sí hubiese desarrollado una psicosis o algún otro problema de salud mental? Mientras tanto el “aircrib” de Skinner, cuna de aire o “Baby Box”, sigue en la galería del Centro de Historia de la Psicología en Akron (Ohio) para recordarnos la fragilidad de los programas de investigación (Joyce & Faye, 2010).



Referencias
Aparicio, D. (2018). La cuna de Skinner, el invento que lo persiguió por el resto de su vida. Recuperado de https://www.psyciencia.com/la-cuna-de-skinner-el-invento-que-lo-persiguio-por-el-resto-de-su-vida/
Epstein, R. (1995, November 1). Babies in boxes. Psychology Today. Recuperado de http://psychologytoday.com/articles/pto-19951101-000010.html
Joyce, N., & Faye, C. (2010). Skinner Air Crib. Recuperado de https://www.psychologicalscience.org/observer/skinner-air-crib
Laura Slater (s.f.). En Wikipedia. Recuperado el 20 de junio de  https://en.wikipedia.org/wiki/Lauren_Slater#cite_note-LATimes1-2
Rutherford, A. (2009). Interview with author of Beyond the Box. Avances en la historia de la psicología. Recuperado de https://ahp.apps01.yorku.ca/2009/05/interview-with-author-of-beyond-the-box/

Skinner-Buzan, D. (2004, March 12). I was not a lab rat. Guardian. Recuperado de http://www.guardian.co.uk/education/2004/mar/12/highereducation.uk
Vargas, J. S. (2004). A Daughter’s Retrospective of B. F. Skinner. The Spanish Journal of Psychology 7, (2). 135-140. En: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15581234



Futuro del conductismo en Perú: La fundación y misión de la asociación Liceo Contextual

Título: Futuro del conductismo en Perú: La fundación y misión de la asociación Liceo Contextual

Autor: Jhonatan Juan Tirado Malpartida
Adscripción: Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología

*Conferencia leída en el Congreso Internacional de Psicología, de la FAPS – UNFV, el 29 de noviembre de 2018, con una duración de 10 minutos.

** Versión ampliada para su publicación, del 27 de marzo de 2019.


Buenas tardes a todos los presentes, es para mí un honor presentar esta conferencia en esta mesa institucional. Por el tema del tiempo daré una lectura a mi presentación:

Mi nombre es Jhonatan Tirado, soy actual presidente de la Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología, por el periodo 2017 -2019. Fue fundado el 17 de diciembre de 2015 por profesionales y estudiantes provenientes de la Universidad Nacional Federico Villarreal, La Universidad Nacional Mayor de San Marcos y otras universidades nacionales, particulares o del extranjero. Nuestros fines (Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología, 2015) son los siguientes:
a)     Promover la investigación básica en psicología desde enfoques que se inscriban a la filosofía conductual.
b)     Promocionar la relación entre la ciencia básica y la aplicación del conocimiento psicológico en la resolución de problemas sociales, a través de la construcción de modelos de interfase, evitando el reduccionismo de cualquiera de las disciplinas científicas involucradas y/o extrapolación directa del conocimiento en ciencia básica.
c)     Promover la divulgación y aplicación de intervenciones basadas en evidencia, en los diferentes ámbitos sociales.
d)     Implementar el uso del análisis funcional como metodología evaluativo-interventiva en las diversas aplicaciones del conocimiento psicológico en sus modalidades individuales.
e)     Incentivar la preferencia por modelos explicativos no mediacionales respecto a modelos descriptivos en los contextos aplicativos que laboran los miembros.
f)      Generar el análisis crítico y revisión de las intervenciones que usan modelos explicativos mediacionales dirigidas a la resolución de problemas sociales, para el incremento de la eficacia, eficiencia y efectividad de intervenciones no mediacionales.
En concreto son promover la investigación, divulgación y capacitación basada en alguna de las psicologías conductistas existentes (Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología, 2015). Nos reconocemos como una asociación que agrupa a los psicólogos cuya actividad se inscribe en alguna de estas psicologías conductistas, por lo cual hay variedad profesional tanto en especialidades interdisciplinarias como, por ejemplo: la salud, la educación, las organizaciones, el ambiente penitenciario, etc. así como en los paradigmas, como son la psicología conductual skinneriana, la psicología conductual contextual o la psicología interconductual, por mencionar algunas. Para una detallada clasificación de las psicologías conductistas hemos revisado el clásico libro Handbook of Behaviorism de O’Donohue y Kitchener (1999). Pese a las diferencias en actividad profesional, especialidad y paradigmas, hemos trabajado en conjunto estos tres años de vida de la asociación, a cumplirse el 17 de diciembre de 2018, bajo un conocido lema común “la unión hace la fuerza”.
Nuestros asociados han crecido profesionalmente, mediante la realización de especializaciones profesionales internacionales, con las visitas de destacados psicólogos como Fabian Olaz, Carmen Luciano, Ricardo Pérez-Almonacid, Jorge Barraca y Michel Reyes. También se destaca la participación en postgrados de ciencias del comportamiento en universidades mexicanas por nuestros miembros Diego Torres y Darwin Gutiérrez. También hemos seguido el camino del autoaprendizaje mediante la realización de grupos de estudio, círculos de lectura, capacitaciones locales, participación en simposios, seminarios y jornadas sobre aspectos teóricos y aplicativos desde las psicologías conductistas. En este recorrido, nos hemos relacionado con especialistas e investigadores de Argentina, España y México. También debo mencionar el contacto con amigos/as de nuestra ciudad y en las provincias del Perú, especialmente de Piura. Como consecuencia de todas las experiencias de aprendizaje vividas en estos años, elabore este discurso cuyo objetivo no es la predicción del escenario futuro del conductismo en nuestro país, sino la de exponer un plan de acción que nosotros trataremos de seguir para hacer realidad ese futuro proyectado, en conjunto con nuestros colegas del interior y exterior del país. Estas propuestas están basadas en la reflexión del Dr. Telmo Peña (2016) sobre el destino del análisis de la conducta. Este plan está basado en dos grandes objetivos: 1) La divulgación de innovadores modelos tecnológicos que cuentan con evidencias de solucionar problemas personales y sociales, 2) La generación de genuino conocimiento científico mediante la investigación.
1)     El respeto que otros profesionales de las diversas interdisciplinas (medicina, ingeniería, docencia, etc.) tienen sobre la efectividad de la práctica profesional del psicólogo en general, se debe en gran parte a la generada por las psicologías conductistas. Un ejemplo que ilustra este reconocimiento es la clásica y famosa modificación de conducta, un modelo tecnológico cuya efectividad se ha demostrado en múltiples ámbitos sociales y a diversos problemas individuales (Kazdin, 2012). Así como esta tecnología fue divulgada y aplicada desde los años 50, es necesario que los psicólogos conductistas divulguen más sobre nuestros modelos tecnológicos en los diversos escenarios interdisciplinares en los que actuamos. En este punto quisiera poner en evidencia el avance de prácticas seudocientíficas en todos los ámbitos sociales, como la educación, la clínica o la sociedad en general. Estas prácticas seudocientíficas son un peligro para los usuarios directos (llámese, paciente, cliente, empleado, alumno, etc.), y es nuestro deber advertir de sus consecuencias, y a su cambio, incentivar la aplicación de nuestros modelos tecnológicos. Ejemplos de modelos tecnológicos hay muchos, pero quisiera destacar un caso en el ámbito social de la clínica y la terapia.
Un ejemplo innovador actual de modelo tecnológico son las terapias contextuales (Pérez-Álvarez, 2014). Actualmente en nuestro país hay un boom de difusión de las terapias contextuales, entre las más conocidas: Terapia de aceptación y compromiso, Activación conductual, la terapia integradora de pareja y familia y la psicoterapia analítico funcional. Algunas características de estas son las siguientes:
a)     El fundamento teórico es la teoría operante y la teoría de los marcos relacionales, que es una extensión investigativa experimental al estudio de la conducta verbal.
b)     Abarcan problemas individuales e interpersonales donde la clásica terapia de conducta no evidencia una solución sustancial a estos problemas.
c)     Cuenta con evidencias su efectividad en múltiples poblaciones y a diferentes problemáticas.
d)     Incorporan estrategias y técnicas provenientes de otros modelos terapéuticos u otras prácticas sociales.
e)     Proponen un lenguaje puente para la comunicación con el usuario, en la búsqueda de que pueda entender el tratamiento.
f)      Debido a su coherencia epistemológica, no deben denominarse terapias cognitivo-conductuales.
Respecto a este primer apartado, si bien mencione que el objetivo es la divulgación, recojo un comentario hecho por el Dr. Anthony Biglan, quien escribió el libro “Cómo la ciencia de la conducta humana puede mejorar nuestras vidas y el mundo”. En una entrevista (Biglan, 2018) realizada para el portal psyciencia, el menciono:
“Creo que la ciencia conductual necesita una gran coalición que abarque las varias organizaciones de ciencia conductual, y que aprendamos a hablar con una sola voz sobre lo que la ciencia conductual tiene para ofrecer”
“Los científicos conductuales necesitan dar un paso adelante y comenzar a tomar parte en el liderazgo de las sociedades de manera que podamos evolucionar hacia sociedades más protectoras”
El primer paso es la divulgación, pero el objetivo más ambicioso es proponer nuestros modelos tecnológicos como políticas públicas.
2)     Lamentablemente en nuestro país la producción de investigación científica es pobre en general, no digo que no existan esfuerzo de los investigadores, sólo que es poca. Esto se debe a que no se ha impulsado la carrera del investigador, así como la creación de centros o laboratorios especializados. Se puede culpar al estado, a las empresas, etc. pero en mayor medida, a la universidad peruana. El caso de la psicología no es la excepción, aunque en comparación de otras disciplinas en nuestro país, la producción científica es mayor (Livia, 2008). Las psicologías conductistas, cuyo sentido de existencia está íntimamente ligado con la investigación, no puede renunciar a este compromiso. Hacer ciencia no es exclusivo de países anglosajones, un ejemplo es México, con el cual guardamos parecidos, pero nos llevan muchos años de ventaja en el tema de la investigación del comportamiento. Tan solo observe el programa del último congreso mexicano de análisis de la conducta de 2018, para que se dé cuenta de la ventaja que nos tienen. En este panorama, el futuro del conductismo en el Perú dependerá de si los conductistas hacen investigación experimental, longitudinal y/o transversal, continuando las líneas de investigación que actualmente están en vigencia a nivel continental o mundial (Peña, 2016). Nosotros estamos en la obligación de contribuir al progreso científico de la psicología, por ello no bastan las críticas a las pseudociencias, las críticas sobre lo que se ha investigado desde otros paradigmas, o incluso la divulgación de la ciencia, es necesario que nosotros hagamos ciencias. Para tener un panorama más exacto, se financió una investigación realizada por los psicólogos miembros Richard Mejía y Giuliana Salazar, titulada “Producción científica del movimiento conductual en revistas peruanas indexadas: Un estudio bibliointegrativo” (Mejia-Velarde & Salazar-Alvarez, 2018), donde la conclusión fue que la investigación conductual comparte características de la investigación peruana en general: número limitado de publicaciones, concentrada en humanos y dirigida a contextos aplicativos. Estos resultados nos brindan una primera guía de hacia dónde debe dirigirse las primeras investigaciones, cubriendo campos no abordados en el pasado.
Estos dos objetivos han sido entendidos, dialogados y compartidos por los miembros de la Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología, por lo cual nos comprometemos a ello, buscando la colaboración con los centros, institutos, universidades y/o entidades estatales o particulares con los cuales compartamos estos objetivos. Conocemos la historia de las asociaciones y sociedades que nos antecedieron y prepararon el ambiente sobre el cual nosotros nos hemos formado en nuestra etapa estudiantil (Benites, 2006), por lo cual nosotros reconocemos esas raíces y les agradecemos bastante, destacando a las asociaciones que nos antecedieron: Núcleo de Investigaciones en Ciencias de la Conducta: Asociación (NUCICC); Sociedad Peruana de Análisis y Modificación de Conducta (SPAMC); Asociación de Análisis Conductual Aplicada (ASACAP); Asociación Peruana de Análisis Conductual Aplicado a la Educación (ACAE); Asociación Peruana de Psicología Interconductual (APPSI); Sociedad Peruana de Psicología Interconductual (SPPI) y Círculo de estudios “psicología de enfoque conductual e interconductual para la aplicación” (PSIENCIA). También hacemos una mención especial a la trayectoria del profesor William Montgomery (Quispe Nuñez & Torres-Marruffo, 2016), quien con su activismo impulso directamente la actividad profesional de varios asociados. Ahora nosotros queremos dar el siguiente paso, comprometiéndonos a cumplir los dos objetivos expuestos.
Muchas gracias por su atención.

Referencias

 Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología. (2015). Constitución de asociación civil denominada Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología. Lima: Notaria Ricardo Jose Barba Castro.
Benites, L. (2006). El análisis conductual en el Perú. Avances en Psicología Lanoamericana, 24, 127-147.
Biglan, A. (3 de Enero de 2018). Cambiando el mundo con la ciencia conductual: entrevista con Anthony Biglan. (F. Maero, Entrevistador) www.psyciencia.com.
Kazdin, A. (2012). Behavior Modification in Applied Settings: Seventh Edition (Vol. VII). Illinois: Waveland Press, Inc.
Livia, J. (2008). La producción científica y los estudios de post grado en psicología en el Perú. Interamerican Journal of Psychology, 42(3), 431-445.
Mejia-Velarde, R., & Salazar-Alvarez, G. (2018). Producción Cientifica del Movimiento Conductual en Revistas Peruanas Indexadas: Un Estudio Bibliointegrativo. Interacciones, 4(3), 163-175. doi:10.24016/2018.v4n3.129
O’Donohue, W., & Kitchener, R. (Edits.). (1999). Handbook of Behaviorism. San Diego, CA: Academic Press.
Peña, T. (2016). El destino del análisis de la conducta. Acta Comportamentalia, 24(2), 153-168.
Pérez-Álvarez, M. (2014). Las terapias de tercera generación como terapias contextuales. Madrid: Síntesis.
Quispe Nuñez, L. V., & Torres-Marruffo, D. (2016). William Montgomery: El desafio en la integración de los conductismos. En O. M. Rodrigues Jr. (Ed.), Algunas historias de la psicología de base comportamental en latinoamérica. Sao Paulo: Alamoc.