“La
Noción del YO desde el Budismo y el Triflex de ACT”
Diana Yasmin Llamocca Ciriaco
Estudiante de Psicología del VIII ciclo de la Universidad
Autónoma del Perú.
Se
puede entender, desde el budismo, el concepto del “yo” como algo infinito, ya
que según el Dalai Lama; este no presenta ni principio ni fin. Por consiguiente,
descubrimos el universo desde un “ego” que hemos creado paso a paso.
Ahora
bien, desde tiempos remotos, cuando aún el hombre vivía en las cavernas
(trogloditas), buscaba “sobrevivir” y de alguna manera adaptarse a su ambiente,
el cual no solo le proveía las condiciones necesarias para abastecerse (agua,
fuego, animales, vegetales y frutos) sino que también “peligros” que
involucraban la muerte.
En
el presente siglo, el ser humano más que poder sobrevivir está sumergido en una
búsqueda inmersa hacia la felicidad, tratando de localizarla en vanidades efímeras;
encontrándose así cada vez con más sufrimiento, el cual llega solo después de haberle
brindado cierto dote de “placer o satisfacción momentánea”.
En
el vídeo “Happines” de Steve Cutts, se observa como el autor ha querido plasmar
la cruda realidad humana, utilizando de forma metafórica a los roedores. En
consecuencia, se aprecia como uno en particular está detrás de lo que la
sociedad impone como “felicidad”. Sin lugar a dudas, se trata de un juego en el
que es imposible ganar, es decir, una especie de círculo vicioso que te
mantiene dando vueltas, corriendo hacia algo que solo existe en su materialidad,
pero no en su esencia.
Es
así que este roedor va atravesando cada situación que se encubre de felicidad
sin quedar conforme, o como se diría en el lenguaje cotidiano; “satisfecho”. De
modo que el consumismo insaciable (compras y artículos innecesarios) y las
adicciones (licor, drogas, etc.) lo retiran de la realidad, para después
arrojarlo a su medio existente, dejándolo con una especie de vacío interno.
No
obstante, algo que se debe remarcar y no se debe pasar por alto, es la “prisa”,
misma que se ve traslapada en el siglo XXI, dado que nos ciega de la
contemplación y el proceso. En cierta medida, cada uno de nosotros busca algo o
espera encontrar algo, sin embargo, no todos lo hacen en el mismo ritmo, la
sociedad que refuerza la inmediatez empuja al abismo a muchos, de esta forma
las personas suelen aferrarse completamente a los resultados que desean
alcanzar, sin disfrutar del camino que los lleva hacia ese “algo”.
Agregando
a lo anterior, queda al descubierto el “trabajo”, manifestándose como una
especie de esclavitud moderna, de la que no todos pueden rehusarse, dado que
este mismo trabajo les provee de dinero, lo que implica un medio para compensar
sus necesidades, lo cual da como resultado; la “estabilidad”.
Por
consiguiente, consideremos vivir la vida con ética, no como forma de
imposición, deber u obligación, dado que ello restringe nuestra
libertad. De acuerdo a la filosofía budista, la ética debe ser practicada como
algo que nace de nosotros mismos, de forma consciente, solo así podremos
construir nuestra verdadera libertad.
No
obstante, para llevarlo a acabo, es necesario tener un sentido de vida, puesto
que, nosotros además de impactar a los otros con nuestro actuar, nos impactamos
a nosotros mismos. Siguiendo en la misma línea, es absurdo tratar de buscar la
felicidad en el exterior, puesto que no la hallaremos y probablemente
terminemos acabados como aquellos roedores. Continuando con el Dalai Lama, es
más sabio poder enfocarnos en hallar nuestra paz interior, y proyectarlo en
nuestras acciones, aquellas que se espera no sean egoístas, injustas e
invalidantes.
Para
finalizar; y haciendo hincapié al Triflex de ACT, esta terapia contextual de
tercera generación, tiene como principal objetivo ayudar a los pacientes o
consultantes a crear una vida plena, valiosa y significativa al mismo tiempo.
Pero… ¿Cómo se logra eso?
La
respuesta, sin lugar a dudas, está en el Triflex de ACT, aquí los seis procesos
centrales terapéuticos de la terapia se agrupan en unidades “funcionales”.
a) Apertura
(Defusión cognitiva y Aceptación) implica que uno se despegue de sus propios
pensamientos o sentimientos, aquellos que usualmente se toman como propios,
fiables y verdaderos, cuando en su mayoría de veces no lo son. De este modo, se
abre espacio para permitirnos sentir y pensar sin hacernos dueños absolutos de
aquello que grita nuestra “mente” y nos lastima.
b) Estar
presente (Yo-Contexto y Contacto con el momento
presente) es un ejercicio arduo cognitivo por mantenernos presentes en el aquí
y ahora, sin ir a prisa hacia el futuro y sin retroceder para sumergirnos en el
pasado. Según Harris (2009) Significa “estar presente”.
c) Hacer
lo que importa (Acción comprometida y valores)
involucra el uso del lenguaje y el compromiso, es decir, verbalizar y hacer
acciones valiosas que nos llevaran hacia donde queremos llegar (objetivos,
metas) de una forma saludable.
Harris, R. (2009). El Triflex de ACT [Figura]. En R. Harris, ACT simplificado (p.16). Oakland, CA: Nuevo heraldo
Por
tanto, la filosofía budista y la filosofía contextual conductual poseen relaciones
estrechas aparte de mostrar un camino idóneo al vivir diario, está en nuestras
manos la responsabilidad de hacer uso de ellas o no.
“El
cambio verdadero viene de dentro, deja lo de afuera como esta” – Dalai Lama.
"Hay
tanto vivir en un momento de dolor como en un momento de alegría" – Strosahl
Referencias bibliográficas:
Varela, F. (1999). Dormir, soñar, morir.
Nuevas conversaciones con el Dalai Lama. Editorial Dolmen Ensayo.
Harris, R. (2009). ACT simplificado: una introducción
fácil de leer sobre la terapia de aceptación y compromiso. Oakland, CA:
Nuevo heraldo.
Cutts, S. [Steve Cutts]. (24 de noviembre del 2017). Happiness [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=e9dZQelULDk