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viernes, 12 de julio de 2019

“Sal de tu mente, entra en tu vida. Una teoría no terapéutica del todo” I parte: Sobre los usos en contexto como método universal


“Sal de tu mente, entra en tu vida.
Una teoría no terapéutica del todo”

I parte: Sobre los usos en contexto como método universal
Ps. Bryan Félix Aguirre Jaqui.

(Continuación)

“Mira cómo lo hago yo”; exclamó el caballero de la tendida extraña (a nuestros ojos, extraña sólo en un principio):
“Cuando tiendo la ropa, no confundas que mi intención sea la de desarrollar un estilo formal o a priori que norme o explique el tender, lo que yo hago es tender normalmente la ropa, sólo que mi objetivo es otro, el de analizarlo”. El joven protagonista del segundo patio () le replica: “¿Pero cómo?, si es casi infinito los estudios antropológicos, psicológicos y sociales, además de otras disciplinas, sobre el estudio del lenguaje. Además, los lingüistas son considerados los estudiosos del lenguaje en sí mismo, lo que supone que estos son los más aptos de haber desentrañado la esencia del lenguaje, o las esencias que pueda tener, ¿Qué haría de tu análisis, algo diferente a toda esta maquinaria histórica de disquisiciones y contraste sobre el estudio del lenguaje?”. Con vehemencia, el caballero y filósofo responde: “¡Donde nuestro lenguaje hace presumir un cuerpo y no hay un cuerpo, allí todo el mundo quisiera decir, hay un espíritu! ¡La filosofía del lenguaje y no su mitología, es una lucha contra el embrujo de nuestro entendimiento por medio de nuestro lenguaje! Los lingüistas y hasta los psicólogos creen que es posible capturar la esencia del lenguaje, y sus teorías se ha pulido de tal forma que se ha institucionalizado estas gafas empañadas, todo porque los paradigmas sobre el mundo, obedecen a un paradigma generalizado, por nuestro embrujo, a saber, la concepción representacional de la realidad, mentalista, esencialista, dualista, espiritual, etc.”. Luego de un silencio prosigue: ¡Mira todas las teorías filosóficas y teóricas sobre el mundo, mira la ontología, mira la ética, mira la estética, ¡Mira la psicología!… en ellas, miras más allá de tus narices, como queriendo encontrar en ellas la esencia a todo, la imagen del mundo, y sin embargo te topas con un debate interminable, te topas con que no es posible solucionar a estos “supuestos” problemas genuinamente filosóficos! ¡Y más aún, cuando estos problemas o estos hilos de tender la ropa, son contrastados sobre tus narices, de los que supuestamente salieron y quieren comprender, y te ves frustrado puesto que no comprenden lo que tus narices están oliendo, te sientes extraño! ¡Fue un gran logro, que te des cuenta de ello, eres un inconforme de casi miles de años de conformidad! Al parecer, lamentablemente, ¡Todo el mundo quiere encontrar la forma de tender la ropa para irse de vacaciones lo más rápido posible!”

(protagonista del segundo patio) le respondiste: -“Le sigo”-. Entonces te trepas sobre el muro y te dispones a ver como tiende la ropa. Prosigue el filósofo caballero:
“Sigo tan natural en el lenguaje, no me siento extraño como te sentiste, de cierta forma este es el orden del lenguaje… mas no creas que existe un sólo orden, acuérdate que cuando tu lenguaje es natural no estás pensando en obedecer ininterrumpidamente las supuestas normas de algún orden general. Te cuento que en un principio quise intentar encerrar una imagen del lenguaje y creí hacerlo, y cuando me fui de vacaciones, entonces me di cuenta por muchos sucesos, que había errado. Pero no del todo, el objetivo siguió siendo el mismo: entender la realidad según los límites de nuestro lenguaje. Sin embargo, me comencé a sentir extraño con la concepción que había empleado, la concepción que te mencioné antes. Entonces, me costó muchísimos años poder llegar a sentirme natural, a la par, de entender el lenguaje, de capturar su esencia o esencias”-.
El silencio cabizbajo del caballero posibilitó que le respondieras tu duda: -“Entonces dices que a pesar de ser tan natural entender el lenguaje de esta forma en que lo haces, se demoró y costó mucho poder llegar a ella, ¿cómo crees que un joven cómo yo, pueda llegar a ese nivel de entendimiento en pocas horas a diferencias de las decenas de años que te llevó a ti? ¿Cómo entonces harías que las demás personas puedan no sentirse extrañas, o por lo menos, se den cuenta de lo extraño de sus anteojos empañados?”-.
De inmediato te responde:
-“¡Con instrumentos de análisis! ¡Con métodos! Antes no los habían, se carecía del instrumental para salir de esos embrollos, es posible desenredarse con los métodos de análisis gramatical; de los usos de los significados de las palabras iguales por parecidas; de los paradigmas y como salirse de sus garras; de sustituir el retroceso mental por lo conductual; del detallar ahí donde queremos que haya esencias, hasta caricaturizarlas; sobre el retroceso del origen u orígenes etimológicos de la palabra cuando creamos que hay una profundidad en ella; con el método del empleo común de cada término en un contexto, etc. Solamente así llegamos a esta forma de tender, es más, esta forma de tender son todas esas formas descritas de método, instrumental y análisis… Mira cómo tiendo la ropa… No trato ni de definir cuántos tipos de oraciones hay, ni de volver un cordel mental el término pensar para que cada ropa se tienda por ahí, ni de creer que es posible la realidad por medio del lenguaje…”.
El caballero se dispuso a tenderla, en su malla iba de un lugar a otro, ponía con tanta naturalidad la ropa, los conjuntos, pasaba de un cordel a otro cordel, al parecer, ponía un polo marrón en un cordel, y otro polo marrón en otro, no trataba de ponerlo en el mismo, es que no eran iguales sino semejantes o diferentes-parecidos… ahí consistía lo esencial del mundo, del lenguaje, del pensamiento o de la realidad, de que nada es común o esencial a muchas cosas, sino semejante, por tanto, no puede existir un solo color de cordel para todas las hileras, ni mucho menos hileras de cordeles por cada término, no hay una esencia entendida como fin último del lenguaje… seguía tendiendo, y seguía tendiendo, y seguía tendiendo y siempre sacaba polos más o menos parecidos y los tendía en otros cordeles siguiendo la malla pues eran semejantes, y a veces ropas distintas los tendía en un solo cordel pues a pesar del ser ropas distintas tenían “la misma función o significado en el contexto del cordel”, y más o menos, tendía una ropa nueva, un jean, un polo con doble manga, una media tobillera, una chompa sin mangas, u otras formas de ropa, todo ello dependiendo del contexto y a través de la historia, había nueva ropa, había nuevas prácticas sociales y esta siempre está mutando sus prácticas en cordeles nuevos y distintos
Tú dices: “Por lo que veo, así nunca acabarás de tender la ropa, de acaparar todos los cordeles, se van creando más” (o de tender el lenguaje, de entender todos los juegos de cordeles o lenguajes)”.
El caballero te responde: “El día en que me vaya de vacaciones en el entendimiento de los distintos juegos de cordeles o juegos de lenguaje, ese día ya ni será necesario irme de vacaciones. Luego de esta respuesta contundente, supongo que has de pasar saliva con dificultad.

Por lo tanto, te dices : “Entonces entender la esencia del lenguaje es justamente entender que no hay esencias “en” él; lo esencial de él, es que no hay esencia y siguiendo los métodos de este hombre, puedo decir que veces que use el término esencia en lo que me estoy diciendo, fue diferente en todo uso del término, y más distinto aún, del término esencial (piensas que uno, significa la imagen general o principio primero, el otro significa normas, formalidades, apriorismos; esencial significa naturaleza lógica pero lógica no tradicional sino de los juegos de lenguaje, y por último, aquel significa como el primer significado). Lo que hacemos con las palabras no son nominar o representar la realidad, sino usarlas para poder comunicarnos, y utilizar una palabra y la misma en otra situación, el significado lo da la situación misma, el uso que se le dé… y no el significado de la palabra en sí… no hay cosa esencial en el significado de una palabra, así como no es posible categorizarlas, y mucho menos tratar de decir que hay tantos tipos de oraciones o cosas que decimos con ellas… ufff... ¡cuántas cosas decimos además de lo que nos pueda decir la aserción, exclamación, cuestión, etc.!, ¡Qué cosas han hecho los psicólogos de entender  su fenomenología sólo con categorías gramaticales de proceso, sustancia, adjetivación! Entonces… no hay lenguaje y tipos de oraciones, sino que hay tipos de lenguaje como tipo de proposiciones existen, no es posible delimitar un juego de lenguaje, estos pasan de un cordel a otro de manera imperceptible y natural, no se siente extraña esa forma”. Se van creando nuevos juegos de lenguaje, el rezo existe desde un momento en la historia, así como un determinado lenguaje científico… no es posible hacer una ciencia gramatical del lenguaje como sistematizarlo todo, es infinito hasta eterno… sin embargo –preguntándole al caballero-, ¿Esa concepción antiesencialista hace suponer de manera contundente el absurdo de alguna esencia psicológica, como lo es la mente como concepto aislado y significación fuera y dentro de cualquier juego de lenguaje?”
Te responde: “Te dices en tu tentación ¡Pensar en una actividad mental! Porque pensar no es una actividad, acción o verbo corporal, y deberías preguntarte ¿Es pensar una actividad en sí? Ordena a alguien ¡Piensa de este modo! Y al cumplir la orden, alguien se habla así mismo o podría hablar a otra persona de una forma especial, ¿cumple por ello, dos actividades?... No, pues se le enseña a alguien el uso del término pensar en una circunstancia especial, puede saber cómo llegar de una calle de lima a otra, pero no sería capaz de dibujar un mapa de ésta, puede saberse sentarse en la mesa, pero no sabría que es mesa o no tendría que describir antes la situación… SE USA LA PALABRA!... cuando aprendemos los usos de la palabra pensar, emoción, sentir, alegrar, las usamos, para comunicarnos con los demás, no describimos (el sentir es…, la mente es…, el pensamiento es…) nada dentro nuestro, no es su objetivo, y el hacerlo sería caer en la tentación y el embrujo de nuestro lenguaje y en la posterior creación de sus esencias (la descripción de que algo es, o existe es un sinsentido puesto que algo es en la medida que lo es con las actividades o usos de las personas más no algo no es en sí mismo)...
Prosigue nuestro filósofo:
…¡No se aprende que existen las sillas, se aprende a sentarse en ellas! ¡No se aprende que existen los términos mentales, se aprende a usarlos en determinadas sensaciones, a reemplazarlas! ¡No son hechos mentales, son términos, categorías que refieren a muchos usos distintos pero semejantes! ¡Pero a una silla la puedes palpar, a la mente no la puedes porque es distinta de las categoría de los objetos físicos, las acciones, u otros eventos, la mente significa muchas cosas que requieren de las primeras, pero no son estas mismas ¡…

… ¡Mira cuando uso los términos mentales, a tantas cosas a las que significo, a veces tan contrarias y distantes! Entonces más o menos, para motivos de la comprensión de esta obra (obra “usada” como tender la ropa de esta forma), comienza a ponerse claro el panorama, la mente es una categoría lingüística que significa muchos eventos conductuales, muchos juegos de lenguaje, y no hay nada común a ellos (mente) sino semejante (la relación entre el individuo y el medio)… mente, pensar, pensamiento, percepción, atención, emocionarse, sensible, imagen mental, idea, imaginación, razón, etc., son categorías lingüísticas que significan diversos usos a eventos psicológicos semejantes, en donde el aprendizaje del lenguaje, y una comprensión de la complejidad de lo psicológico, esto es, del cómo llegamos a filosofar o a comprendernos a nosotros mismos, puedan darnos luz del craso error de confundir el comportamiento con algo común o esencial a tal. ¡Piensa, esto es, reacciona con tu lenguaje ante alguna situación especial! ¡Que lo silencioso de, algunos usos del pensar, no te confunda… di pensar en voz alta y gradúalo hasta silenciarte por completo ¿Cuál es la diferencia? ¿Es abismal? ¿Es ontogénicamente diferente hasta contrario como lo dirían los clásicos psicólogos? ¿Acaso no estás de acuerdo de que los niños aprenden a pensar o a hablar así mismo de manera más silenciosa para fines de didáctica y aprendizaje a través de años de educación? Primero se habla para pensar después. O cuando haces teatro actúas “como si” fueras otra persona ¿Qué cosa misteriosa puede caber ahí? Sólo sigues el guión y en estas circunstancias especiales haces esto y esto, imaginar es también hacer “como si” se hiciera otra cosa, y mucha terminología mental refiere esto… es comportamiento tan simple… Pensar, en siguiendo la lógica de estos juegos, es escucharte “como si” te estuvieras hablando; imaginarse, recordar, a veces, es comportarse “como si” se estuviera viendo tal cosa, como si se estuviera escuchando tal cosa, etc. ¡Y puedes comportarse como si estuvieras en otras circunstancias por medio de tu lenguaje! Cuando escuchas el nombre de tu madre ¿A quién te imaginas de manera involuntaria? ¿Puede decirse que ello es un fenómeno complejo especialmente espacial o un simple condicionamiento inmediato y de primeras etapas de desarrollo? Además, es posible referirnos a eventos mentales como eventos voluntarios, halla la diferencia entre “ten dolor” (involuntario) a “cáusate dolor” (voluntario), el segundo es una experiencia temporal, el primero no (es nada), sin embargo, es posible usarlo para referirnos a eventos ya sucedidos (involuntariamente)… ¡Cuánto les falta, a ustedes, a ustedes los psicólogos, saber de lo que supuestamente estudian! ¡En psicología existen métodos experimentales y confusión conceptual!” Hay a veces diferentes términos que funcionalmente significan lo mismo, y otras veces los mismos términos refieren distintos comportamiento en contexto. ¡Todas sus clasificaciones o taxonomías están erradas!
Tú le dices: “Entonces, estoy dispuesto a tender de la forma en que lo haces”.
Te responde: “Pero, cuando sea necesario, no te preocupes por el orden de tendido, tú y los demás los aceptamos como tal puesto que estas no son reglas que puedan contarse, las reglas están implícitas en formas de las prácticas mismas, las costumbres. Sin embargo, es menester aprender estos nuevos anteojos amarrados a nuestro cuello, para que, cuando sea necesario, nos lo pongamos para poder disolver cualquier esencia que pueda ser enredada a través del tiempo causada por cualquier persona común, teórico, filósofo, etc.… Entonces, desde este momento, empezarás a disolver los problemas actuales esenciales en la vida, el conocimiento y entre ellos la Psicología, y los que aparecen posteriormente (Neurociencias, reduccionismos, expansionismos)… es necesario pues, que por un momento te quites esos anteojos nominalistas y pictóricos, quizá… jamás vuelvas a ponértelos”.


“Sal de tu mente, entra en tu vida. Una teoría no terapéutica del todo” I parte: Sobre el mito como autoengaño universal

“Sal de tu mente, entra en tu vida.
Una teoría no terapéutica del todo”

I parte: Sobre el mito como autoengaño universal
Ps. Bryan Félix Aguirre Jaqui.

Objetivo del texto:
El presente texto trata de un ensayo literario luego de revisar Investigaciones filosóficas y Zettel dl filósofo Ludwig  Wittgenstein. Tiene como objetivo el iniciar las dudas con referencia a la crisis conceptual en Psicología, por el cual la mayoría de otras disciplinas y profesiones también pasan. Muchos problemas nacen de enredos conceptuales. La ciencia u otro tipo de “teoría” se supone que trata de entender el mundo de las cosas, con el problema de que, al hacer ello, las confunde más en 3 formas: dice más de lo que teoriza, no dice todo lo que teoriza, o dice algo distinto de lo que quiere teorizar o entender. Por ello, estas dos partes tratan de un esfuerzo ensayístico de reacción intelectual (y emocional) de un “psicólogo”, ante las ideas del máximo exponente de la filosofía analítica y uno de los filósofos más importantes del siglo pasado.


Acompáñenme a relatarles una historia en donde ustedes serán los principales protagonistas…

- Imagínate que alguien estás parado en un segundo piso y ve algunos patios de casa. En forma general, se nota la existencia de tres patios. La primera tiene varios cordeles como líneas al costado de las otras (casi como todo el mundo lo hace) que es posible percibir sus límites: es el patio de “Esencio”. En la segunda, sólo hay un cordel con un largo patio que no es posible ver el final: el patio de “Mentalito”; y en el tercer caso, varios cordeles pero de una forma particular (como una malla) tal cual no sea posible percibir cuantas conexiones y hasta donde acaba la malla en el horizonte: propiedad del amigo “Ludwig”. Así, se inicia esta historia fascinante. Tú, desde arriba, ves que una persona se dispone a colgar la ropa en cada caso. En el primer patio, Esencio cuelga la ropa con respecto a cada línea de cordel, en la primera línea se cuelgan las medias de un color particular, en la otra, otras medias pero de color rojo, en la tercera se cuelgan los pantalones, en la cuarta se cuelgan los ternos negros, en la quinta se cuelgan las cortinas y así sucesivamente hasta poder encontrar todos los tipos de prenda y los colores básicos que hemos establecido para así colgarlas todas. En el segundo caso, Mentalito cuelga las zapatillas, los ternos, los polos, los pantalones, las sábanas, medias hasta las cortinas en un único cordel hasta no acabar, “algo así como si las cosas de la vida marchasen de manera normal”. En el tercer caso, ocurre algo peculiar, Ludwig cuelga la ropa y mientras lo hace, pasa de una malla a otra, no importando el tipo de prenda, cuelga un terno y una media en un determinado pedazo de cordel, a veces cuelga mucha ropa en un pedazo de cordel y de la más variada, siempre pasando desapercibido de un cordel a otro sin tener problemas y completando más o menos el cordel que se pierde al horizonte. Pero sucede que esta persona trae camisas marrón, luego marrón combinado con azulino, otras veces pantalones con algunos detalles y todos estos de manera diferente, formas y colores, no deja de traer siempre prendas nuevas y extravagantes.

Entonces, sucede que la persona del segundo patio, Mentalito, de un solo cordel interminable, se le ocurre querer ordenar, sistematizar o de alguna forma entender la ropa y esta pueda colgarse de una forma mejor. Digamos que su cordel, es el cordel de la vida, donde “todo transcurre” con naturalidad sin ponerse a pensar y comprender lo que sucede en ella. Por esto, no quiere decir que Mentalito tenga problemas cuando las tiende de manera ininterrumpida. Sólo digamos que se le ha ocurrido recién ordenar su ropa y quiere saber cuál es ese orden que encierre “la esencia”, de cuando las cuelga con normalidad e ininterrumpidamente. Esto es, Mentalito “quiere teorizar sobre la tendida de ropa”. Entonces, le pregunta a la persona del patio de la izquierda, del primer caso, a Esencio, de los cordeles uno tras otro. Éste le dice que el orden de la ropa que la persona del segundo caso cuelga es posible, así como lo hace él, de una forma que puedan definirse tipos de cordeles de acuerdo a lo común a todos ellos, si son camisas, un cordel de camisas, si son ternos, un cordel de ternos, si son medias, un cordel de medias, si son polos, un cordel de polos y así sucesivamente y también de acuerdo a los colores. Además, eso hará posible que lo ordenase de una forma que al fin podrá acabar de colgar la ropa puesto que observará en su patio, los límites que encierran toda la ropa que pueda haber con dicha división (para luego irse a tomar unas vacaciones). La persona del patio del medio (del segundo caso), se entusiasmó al ver tal proeza, entonces sin preguntar a la otra persona del tercer patio, a Ludwig, puesto que le era en ese entonces “un desconocido”, se dispuso a concebir la división de cordeles ordenados por tipo, a creer en esa forma de ordenamiento, fue instruido para dicho ordenamiento. Sin embargo, justo en el momento de disponerse a ordenar (puesto que antes no obedecía a algún patrón de colgar u ordenar), sucedieron algunos percances:

  1. Anteriormente, nunca tuvo problema alguno en ordenar la ropa que siempre recibía así por así, no trataba de entender el por qué de la ropa o su significado, el tender le era fácil, corriente, ordinario, y podía desenvolverse en su tender continuo sin inconvenientes a pesar de no entender ordenamiento alguno. Sin embargo, cuando intentó tender la ropa “por cordeles cada prenda”, se dio cuenta lo incómodo y extraño que se sentía al tender su ropa en cordeles diferentes, como si estuviera cortando la hilaridad y normalidad de un proceso continuo a un proceso discontinuo e insuficiente (Habla con alguien por 05 minutos, pasado ese tiempo, trata de explicar, ordenar o entender lo hablado de acuerdo a las “categorías gramaticales clásicas” de verbo, adverbio, sustantivo, etc. … , ¿cómo te sientes?, ¿es posible eso? Claro que no).
  2. Este estilo supuestamente "formal", no eran tan "normal" como en el primer caso: le era normal tender diversa ropa de todos los colores, formas, tallas y diseños, y ahora no le era posible clasificarlos al detalle de acuerdo con dichas formas, a veces tenía polos manga larga, polos que se parecían a chompas, polos con capucha, polos manga cero, de diferentes colores, etc., y así hasta nunca acabar. No le era posible, de acuerdo al consejo, clasificarlos según lo común a todos ellos, tenía diferentes cosas y sólo apreciaba semejanzas (esto es, diferencias parecidas) entre su ropa, y no equivalencias. Llegó a percatarse que, según una división de acuerdo a lo común, a lo único, ¡a cada prenda de ropa únicamente le pertenecía un cordel y sólo uno!, entonces el problema era mayor. Se sentía raro porque no le era continuo el colgar además de que no era posible determinar alguna división por lo común, y que al fin y al cabo, nunca iba a terminar de colgar toda la ropa puesto que ni llenaba algún cordel de dos a más prendas, y así se paso día y noche, semanas y semanas, meses, años, no era posible terminar con esa forma de clasificación, no le encontró solución al ordenamiento, se sentía extraño porque había cada prenda por cada cordel, y este debate de si el polo de este cordel es el único polo o el polo verdadero o la esencia del polo y no los otros, ya lo había desgastado un par de siglos. Más aún sentía no acabar pues conforme pasaba el tiempo “aparecían otros tipos particular de prenda, así como desaparecían otros”.
  3. En este primer tipo de ordenar para entender la ropa que cuelga de manera ininterrumpida, terminó en confundirse cada vez más (situación que no se encontraba en el principio) y sin embargo, se desplazaba algunas veces de dicha forma porque ya lo había aprendido así. Cada vez que no quería entender la ropa que había colgado y sólo tenderla, no sucedía ningún problema, era muy claro para él hacer ello sin sentirse extraño, sino, muy natural (es decir, (a) entender, estudiar o teorizar cómo se cuelga la ropa, es diferente a, (b) colgarla de manera natural). Pero cuando se disponía a querer entender lo colgado o lo que va a colgar, terminaba en las mismas prácticas formales de trabajar más creando más cordeles, por lo que nunca se pudo explicar porque el otro caso sí lo podía hacer ante la creencia (y recuerde bien lo que cree él): ¡¿Por qué él puede entenderlo así, si es la misma ropa?! ¡Quiero estar de vacaciones¡ ¡Quiero entender la esencia de colgar la ropa, y dejarla así como está ella, como debe¡

Cuando exclamo esto, se pudo escuchar la voz de la otra persona en el otro patio. Ludwig dijo: “Mira bien, no es una persona la del primer patio, es un pasaje de una leyenda, de un mito, a lo mucho, de la situación de tus ancestros; además es posible decirle que fue una ilusión de tu propio colgar de ropa. Así sucede pues, con todos”. Nuestro protagonista Mentalito respondió – “¿Quién ha dicho eso? No, al parecer tú eres el fantasma, creí solamente que existíamos la otra persona del primer patio y yo. Nunca he escuchado tu voz, por lo que la leyenda o la ilusión eres tú”. Luego Ludwig le respondió: -“Eso te pasa por que no has estado preparado, por otro lado, colgar la ropa y encontrar prendas tan semejantes, nos hacen parecer que es posible algo en común, como un cordel para todos ellos, o un hilo rojo para cada aguja. Bueno, al parecer has podido llegar hasta ahí, pero es posible que estés en tus límites, cansado del debate teórico interminable de qué prenda es el polo en sí, o qué pantalón es el pantalón verdadero. Te recomiendo que vuelvas a tu colgar anterior y no trates de entenderlo como tal. ¡Aquello se ha vuelto algo intolerante¡”-.

Luego de percatarse que la voz venía del patio de la derecha y de sorprenderse que había otro patio, cuestionó: “¿Y tú como cuelgas tu ropa en el patio?, supongo que sólo estás colgándola sin ordenarla, así uno no se hace problemas”. Ludwig respondió: “Las dos cosas, las he ordenado y al mismo tiempo me es muy claro entenderlo o teorizarlo y seguir con la sensación natural de tenderlo normalmente”. Y de forma inmediata, nuestro protagonista del patio del medio tenía que saber cómo había hecho, y sin preguntarle la forma del cómo se debería de tender, pues saltó en el muro de su patio y asomó la cabeza para avizorar a un hombre alto de una seriedad imborrable que tendía de la forma más extraña la ropa que no hubiera podido imaginársela. En un principio, dudo y titubeó de dicha forma (antes mencionada), pero al percatarse más de ello, se dio cuenta de la naturalidad de ese ordenamiento en malla. Era un ordenamiento que, el que lo practicaba, no se sentía extraño, sino tan natural como si esta fuera la forma esencial de nuestra práctica de tender.

Entra en escena una nueva persona, la que miraba los patios desde el segundo piso, esa persona viene a constituirse el autor de quien escribió este cuento: Yo (… fíjate como “Yo”, significa “esta persona que…”, y no lo que dicen por ahí algunas teorías). Digo: “Lo que te dice ese hombre es verdad, yo de acá no veo tres patios, sólo dos, el que tú estás, y el del hombre que te está hablando, Ludwig. Al parecer, no existe tal cosa como el patio en donde se arreglan en una división común, todas las prendas hasta encontrar el límite de éstas… tú lo has creado en tu mente, el tender ropa por mucho tiempo te ha hecho parecer esa ,manera formal de hacerlo, es más, crees que ordenar es sinónimo de alguna estructura formal, y al parecer, acabaste mal, justo por haber empezado mal”-. Entonces replicó nuestro Mentalito: -“Pero lo he hecho bien, la prenda a la que llamo “pensar”, trato de ponerlo en el cordel llamado “pensar”, “la prenda a la que llamo pensamiento trato de ponerla en el cordel “pensamiento”; sin embargo, cuando me refiero a la prenda “recuerdo”, “mente”, “consciencia”, no me es posible ordenarlas porque siento que también deberían de estar en el cordel de pensar o de pensamiento, o no sé, que estos estén en este cordel. A veces creo que en el cordel de “mente”, tienen que estar varias prendas de distintos nombres por que cuando uso dicha palabra, remito varios significados, o peor aún, muchas veces pensé que todas las prendas deberían de ordenarse según un sólo cordel que agarrase la esencia del lenguaje, quise a veces llamarla física, a veces ciencia, en algunos casos gramática, muchas veces lógica; y sin embargo no quedo de acuerdo. Pero esto no como lo que hago en la cotidianidad que me es natural cuando no es mi intención ordenar, sino de que cada prenda y conjunto o palabra y oración (del lenguaje), sea el casillero fiel y ordenado de la representación de la prenda en sí misma (de la realidad) por mi imagen o pensamiento (mental)”.

“¡No hay nada más allá de tu lenguaje como la realidad misma proyectada por tu pensamiento ¡– exclamó Ludwig. Y Yo exclamé: -“Desde luego podrás saber quién es este sujeto misterioso, pero lo más importante es saber: ¿Quién crees que es la persona que creyó en una falsa imagen del lenguaje? ¿Quién crees que es la persona que en un momento se encuentra en dos posturas totalmente distintas? ¿Quién es la persona que no deja de embrujarse con las esencias y que ahora, pide claridad y luz a sus reflexiones? Esa persona eres tú, quien lee, tú eres mi protagonista de esta historia, el del segundo patio. Tú quien lees esto eres Mentalito. Y de ahora en adelante, serás el aprendiz de colgar la ropa en orden (o entender el significado de cada palabra), de la persona del tercer patio, de quien en su momento fue, es, y seguirá siendo, el filósofo más importante de la historia.

Pero primero, métete empáticamente en el lugar del personaje protagonista de la historia: Mentalito. Cuando hablas en tu cotidianidad, lo haces tan natural, colgando la ropa una tras otra, algunos conjuntos, y pasas de una a otra o de otros conjuntos a otro de manera silenciosa, consciente o inconsciente. En estos momentos de que estás leyendo esto, estás pasando de ropa en ropa o de conjunto en conjunto y no tienes ningún problema, esto es, no necesitas un ordenamiento posterior (anterior) para poder después entender lo que experimentaste en el momento de que estuviste leyendo, sólo lo leíste. Pregúntate si necesitaste de normas a priori como lo es la enseñanza de la gramática para entender el lenguaje, es posible una afirmación, pero recuerda que hay personas que hablan bien un segundo idioma pero no saben nada de gramática, además de que la gramática es posible considerarse como un lenguaje primitivo referencial para desenvolverse más o menos, los niños con las prácticas de los adultos. Por otro lado piensa en el reduccionismo de una gramática, cualquiera que sea, lo más compleja posible, para entender las prácticas humanas cada vez más realmente es insuficiente (por ello recurren a la “Pragmática” que dota realmente de significado). Por otro lado, utiliza las categorías gramaticales a ver si pueden coincidir con la lógica de tu comportamiento. Es evidente el error. Así como lo es procurar que un entendimiento formal y posterior del lenguaje nos posibilitaría desenvolvernos solamente en él. Es por ello que no trates de buscar una esencia del lenguaje, porque si bien es cierto, la hay, pero no en la forma de unas categorías a priori o normativas para ello (¿sería posible una ciencia del lenguaje propiamente?, es otro debate), no trates de colgar toda la ropa o entender el lenguaje, para así irte de vacaciones, quiero decir, que nunca se va de vacaciones cuando se trata de entenderlo:
“Imagínate el lenguaje hace 50 años, o los lenguajes de todo el mundo, o los infinitos juegos de lenguaje que se están creando con las nuevas prácticas, ¿sería posible tender toda la ropa e irnos de vacaciones?”.

(Continuará).

Novedades 2019 para el blog Liceo Contextual

Reciban un saludo de la Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología. A nombre del Consejo Directivo 2017-2019, anunciamos que el Mg. Diego Torres Marruffo dejo de ser editor del presente Blog, que dirigió desde noviembre de 2017 hasta mayo de 2019. Le deseamos los mejores éxitos en su trayectoria científica.

Anunciamos también al nuevo editor del blog, el Ps. Bryan Aguirre Jaqui, Psicólogo social y penitenciario, expositor en congresos nacionales e internacionales. Felicitamos su designación y le deseamos fortuna en la administración y edición del blog.

Continuando con los cambios para el blog, se han precisado algunos aspectos que pasaremos a detallar:

Nombre: el nombre oficial del blog es "Liceo Contextual"

Objetivo: Divulgar escritos académicos sobre el conocimiento científico y tecnológico derivado de las psicologías conductistas. Estos escritos académicos pueden ser: Ensayos filosóficos, teóricos, empíricos, de opinión, introductorios, etc. Asimismo, también se incluyen reseñas o traducciones sobre libros o artículos, y memoria sobre eventos académicos.

Notas de publicación (actualización):

  1. Las publicaciones no pretenden ser artículos científicos, contrario a lo que se pueda entender, las publicaciones tienen un formato distinto, generalmente con un contenido más ligero, una cualidad establecida para llegar a un público específico, aquel que pretende tener un acercamiento hacia las ciencias de la conducta. Dicho de otro modo, nuestros contenidos aspiran a ser herramientas para el lector.
  2. Cada entrada publicada es exclusiva del autor, como se mencionó en la introducción, la asociación agrupa diferentes ópticas conductuales y por ello cada publicación tiene una presentación distintiva al autor que la pública. Respetamos las diferentes opiniones expuestas mientras estén relacionadas con los fines específicos del blog. Sin embargo, dichas opiniones son responsabilidad únicamente de quienes las escriben.
  3. Puedes colaborar con nosotros, Para nosotros es importante reconocer tu trabajo y difundirlo a través de nuestras redes sociales.
  4. Extendemos el campo, parece que el análisis de la conducta todavía sigue siendo poco conocido para otros campos en las ciencias, es por ello que estamos deseosos de compartir experiencias académicas con entradas que aporten a este blog y viceversa.

Normas específicas de publicación (actualización):
  1. Toda persona puede colaborar con una entrada al blog.
  2. Las entradas están sujetos a revisión por un jurado que el editor de turno designa pudiendo ser interno o externo a Liceo Contextual.
  3. La temática se enfoca principalmente en el análisis de la conducta y su divulgación.
  4. Los temas pueden ser variados y no exclusivos del análisis de la conducta, sin embargo, debe incluir su justificación para ser incluido en el blog.
  5. Las entradas pueden ser escritas en castellano e inglés (este último con un resumen escrito en castellano).
  6. El formato empleado para los trabajos será el estilo APA sexta edición en su versión en español.
  7. Si es aceptado el trabajo, se entrega un pequeño incentivo ordinario de 10 soles, conforme al reglamento interno de la Asociación Liceo Contextual. Condiciones: 1) el incentivo ordinario solo se entrega como máximo 2 veces en un mes al mismo autor. 2) el incentivo se puede entregar a máximo 2 autores de una publicación en un mes. En caso la publicación tenga 3 o más autores, estos recibirán dos incentivos ordinarios únicamente. (Actualización) *El incentivo ordinario actualmente solo se entrega a personas que tengan una cuenta en el banco BCP o residan en Lima. Se está trabajando en habilitar el envió de incentivos ordinarios fuera de Perú, disculpe los inconvenientes.
  8. Los editores de turno pueden retirar el documento una vez publicado por razones de plagio o algún otro hecho ilícito.
Envió de ensayos: Puede enviar su ensayo, en formato word, al correo del editor bryaguyrre@hotmail.com. En caso no tenga una respuesta en máximo 5 días, puede enviarlo a liceocontextual@gmail.com para que se notifique al editor inmediatamente.
¿Como cito un ensayo del blog?: Puede citar en formato APA 6ta edición de la siguiente manera: Apellido, A. (Fecha). Título del post [Mensaje en un blog]. Nombre del blog. Recuperado de htpp://
Ejemplo:
Gutierrez, D. (8 de febrero de 2016). ¿Por qué un conductista se siente tan cómodo haciendo terapia contextual?. Liceo Contextual. Recuperado de https://liceocontextual.blogspot.com/2016/02/por-que-un-conductista-se-siente-tan.html

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Atte. Jhonatan Tirado Malpartida
Presidente de la Asociación Peruana Contextual Conductual de Psicología
Consejo Directivo 2017 - 2019.