“Sal de
tu mente, entra en tu vida.
Una
teoría no terapéutica del todo”
I
parte: Sobre los usos en contexto como método universal
Ps. Bryan Félix Aguirre
Jaqui.
(Continuación)
“Mira cómo lo hago yo”; exclamó el caballero de la
tendida extraña (a nuestros ojos, extraña sólo en un
principio):
“Cuando tiendo la ropa, no confundas que mi intención
sea la de desarrollar un estilo formal o a priori que norme o explique el
tender, lo que yo hago es tender normalmente la ropa, sólo que mi
objetivo es otro, el de analizarlo”. El joven protagonista del
segundo patio (Tú) le replica:
“¿Pero cómo?, si es casi infinito los estudios antropológicos, psicológicos y
sociales, además de otras disciplinas, sobre el estudio del lenguaje. Además,
los lingüistas son considerados los estudiosos del lenguaje en sí mismo, lo que
supone que estos son los más aptos de haber desentrañado la esencia del
lenguaje, o las esencias que pueda tener, ¿Qué haría de tu análisis, algo
diferente a toda esta maquinaria histórica de disquisiciones y contraste sobre
el estudio del lenguaje?”. Con vehemencia, el caballero y filósofo responde: “¡Donde
nuestro lenguaje hace presumir un cuerpo y no hay un cuerpo, allí todo el mundo
quisiera decir, hay un espíritu! ¡La filosofía del lenguaje y no su mitología,
es una lucha contra el embrujo de nuestro entendimiento por medio de nuestro
lenguaje! Los lingüistas y hasta los psicólogos creen que es posible
capturar la esencia del lenguaje, y sus teorías se ha pulido de tal forma que
se ha institucionalizado estas gafas empañadas, todo porque los paradigmas
sobre el mundo, obedecen a un paradigma generalizado, por nuestro embrujo, a
saber, la concepción representacional de la realidad, mentalista,
esencialista, dualista, espiritual, etc.”. Luego de un silencio prosigue:
¡Mira todas las teorías filosóficas y teóricas sobre el mundo, mira la
ontología, mira la ética, mira la estética, ¡Mira la psicología!… en ellas, miras más allá de tus narices, como
queriendo encontrar en ellas la esencia a todo, la imagen del mundo, y sin
embargo te topas con un debate interminable, te topas con que no es posible
solucionar a estos “supuestos” problemas genuinamente filosóficos! ¡Y
más aún, cuando estos problemas o estos hilos de tender la ropa, son
contrastados sobre tus narices, de los que supuestamente salieron y quieren
comprender, y te ves frustrado puesto que no comprenden lo que tus narices
están oliendo, te sientes extraño! ¡Fue un gran
logro, que te des cuenta de ello, eres un inconforme de casi miles de años de
conformidad! Al parecer, lamentablemente, ¡Todo el mundo quiere
encontrar la forma de tender la ropa para irse de vacaciones lo más rápido
posible!”
Tú (protagonista del
segundo patio) le respondiste: -“Le sigo”-. Entonces te trepas sobre el muro y
te dispones a ver como tiende la ropa. Prosigue el filósofo caballero:
“Sigo tan natural en el lenguaje, no me siento extraño
como te sentiste, de cierta forma este es el orden del lenguaje… mas no creas
que existe un sólo orden, acuérdate que cuando tu lenguaje es natural no estás
pensando en obedecer ininterrumpidamente las supuestas normas de algún orden
general. Te cuento que en un principio quise intentar encerrar una
imagen del lenguaje y creí hacerlo, y cuando me fui de
vacaciones, entonces me di cuenta por muchos sucesos, que había errado.
Pero no del todo, el objetivo siguió siendo el mismo: entender la realidad
según los límites de nuestro lenguaje. Sin embargo, me comencé a sentir
extraño con la concepción que había empleado, la concepción que te mencioné
antes. Entonces, me costó muchísimos años poder llegar a sentirme
natural, a la par, de entender el lenguaje, de capturar su
esencia o esencias”-.
El silencio cabizbajo del caballero posibilitó que le
respondieras tu duda: -“Entonces dices que a pesar de ser tan natural entender
el lenguaje de esta forma en que lo haces, se demoró y costó mucho
poder llegar a ella, ¿cómo crees que un joven cómo yo, pueda llegar a ese nivel
de entendimiento en pocas horas a diferencias de las decenas de años que te
llevó a ti? ¿Cómo entonces harías que las demás personas puedan no sentirse
extrañas, o por lo menos, se den cuenta de lo extraño de sus anteojos empañados?”-.
De inmediato te responde:
-“¡Con instrumentos de análisis! ¡Con métodos! Antes
no los habían, se carecía del instrumental para salir de esos embrollos, es
posible desenredarse con los métodos de análisis gramatical; de los usos de los
significados de las palabras iguales por parecidas; de los paradigmas y como
salirse de sus garras; de sustituir el retroceso mental por lo conductual; del
detallar ahí donde queremos que haya esencias, hasta caricaturizarlas; sobre el
retroceso del origen u orígenes etimológicos de la palabra cuando creamos que
hay una profundidad en ella; con el método del empleo común de cada término en
un contexto, etc. Solamente así llegamos a esta forma de tender, es más,
esta forma de tender son todas esas formas descritas de método, instrumental y
análisis… Mira cómo tiendo la ropa… No
trato ni de definir cuántos tipos de oraciones hay, ni de volver un cordel
mental el término pensar para que cada ropa se tienda por ahí, ni de creer
que es posible la realidad por medio del lenguaje…”.
El caballero se dispuso a tenderla, en su malla iba de
un lugar a otro, ponía con tanta naturalidad la ropa, los conjuntos, pasaba de
un cordel a otro cordel, al parecer, ponía un polo marrón en un cordel, y otro
polo marrón en otro, no trataba de ponerlo en el mismo, es que no eran iguales
sino semejantes o diferentes-parecidos… ahí consistía lo esencial del
mundo, del lenguaje, del pensamiento o de la realidad, de que nada es común o
esencial a muchas cosas, sino semejante, por tanto, no puede
existir un solo color de cordel para todas las hileras, ni mucho menos hileras
de cordeles por cada término, no hay una esencia entendida como fin último del
lenguaje… seguía tendiendo, y seguía tendiendo, y seguía tendiendo y siempre
sacaba polos más o menos parecidos y los tendía en otros cordeles siguiendo la
malla pues eran semejantes, y a veces ropas distintas los tendía en un solo
cordel pues a pesar del ser ropas distintas tenían “la misma función o
significado en el contexto del cordel”, y más o menos, tendía una ropa nueva,
un jean, un polo con doble manga, una media tobillera, una chompa sin mangas, u
otras formas de ropa, todo ello dependiendo del contexto y a través de
la historia, había nueva ropa, había nuevas prácticas sociales y
esta siempre está mutando sus prácticas en cordeles nuevos y distintos…
Tú dices: “Por lo que veo, así nunca acabarás de
tender la ropa, de acaparar todos los cordeles, se van creando más” (o de
tender el lenguaje, de entender todos los juegos de cordeles o lenguajes)”.
El caballero te responde: “El día en que me vaya de
vacaciones en el entendimiento de los distintos juegos de cordeles o juegos de
lenguaje, ese día ya ni será necesario irme de vacaciones”.
Luego de esta respuesta contundente, supongo que has de pasar saliva con
dificultad.
Por lo tanto, te dices : “Entonces entender
la esencia del lenguaje es justamente entender que no hay
esencias “en” él; lo esencial de él, es que no hay esencia… y
siguiendo los métodos de este hombre, puedo decir que veces que use el término
esencia en lo que me estoy diciendo, fue diferente en todo uso del término, y
más distinto aún, del término esencial (piensas que uno, significa la imagen
general o principio primero, el otro significa normas,
formalidades, apriorismos; esencial significa naturaleza
lógica pero lógica no tradicional sino de los juegos de lenguaje, y
por último, aquel significa como el primer significado). Lo que hacemos
con las palabras no son nominar o representar la realidad, sino usarlas para
poder comunicarnos, y utilizar una palabra y la misma en otra situación, el
significado lo da la situación misma, el uso que se le dé… y no el significado
de la palabra en sí… no hay cosa esencial en el significado de una palabra, así
como no es posible categorizarlas, y mucho menos tratar de decir que hay tantos
tipos de oraciones o cosas que decimos con ellas… ufff... ¡cuántas cosas
decimos además de lo que nos pueda decir la aserción, exclamación, cuestión, etc.!,
¡Qué cosas han hecho los psicólogos de entender su fenomenología sólo con categorías
gramaticales de proceso, sustancia, adjetivación! Entonces… no hay lenguaje y tipos de oraciones, sino
que hay tipos de lenguaje como tipo de
proposiciones existen, no es
posible delimitar un juego de lenguaje, estos pasan de un cordel a otro de
manera imperceptible y natural, no se siente extraña esa forma”. Se
van creando nuevos juegos de lenguaje, el rezo existe desde un momento en la
historia, así como un determinado lenguaje científico… no es posible hacer una
ciencia gramatical del lenguaje como sistematizarlo todo, es infinito
hasta eterno… sin embargo –preguntándole al caballero-, ¿Esa concepción
antiesencialista hace suponer de manera contundente el absurdo de alguna
esencia psicológica, como lo es la mente como concepto aislado y significación
fuera y dentro de cualquier juego de lenguaje?”
Te responde: “Te dices en tu tentación ¡Pensar en una
actividad mental! Porque pensar no es una actividad, acción o verbo corporal, y
deberías preguntarte ¿Es pensar una actividad en sí? Ordena a alguien
¡Piensa de este modo! Y al cumplir la orden, alguien se habla así mismo o podría
hablar a otra persona de una forma especial, ¿cumple por ello, dos
actividades?... No, pues se le enseña a alguien el uso del término pensar en
una circunstancia especial, puede saber cómo llegar de una calle de lima a
otra, pero no sería capaz de dibujar un mapa de ésta, puede saberse sentarse en
la mesa, pero no sabría que es mesa o no tendría que describir antes la
situación… SE USA LA
PALABRA!... cuando aprendemos los usos de la palabra pensar, emoción,
sentir, alegrar, las usamos, para comunicarnos con los demás, no describimos
(el sentir es…, la mente es…, el pensamiento es…) nada dentro nuestro, no es su
objetivo, y el hacerlo sería caer en la tentación y el embrujo de nuestro
lenguaje y en la posterior creación de sus esencias (la descripción de que algo
es, o existe es un sinsentido puesto que algo es en la medida que lo es con las
actividades o usos de las personas más no algo no es en sí mismo)...
Prosigue nuestro filósofo:
…¡No se aprende que existen las sillas, se
aprende a sentarse en ellas! ¡No se aprende que existen los términos mentales,
se aprende a usarlos en determinadas sensaciones, a reemplazarlas! ¡No son
hechos mentales, son términos, categorías que refieren a muchos usos distintos
pero semejantes! ¡Pero a una silla la puedes palpar, a la mente no la puedes
porque es distinta de las categoría de los objetos físicos, las acciones, u
otros eventos, la mente significa muchas cosas que requieren de las primeras,
pero no son estas mismas ¡…
… ¡Mira cuando uso los términos mentales,
a tantas cosas a las que significo, a veces tan contrarias y distantes! Entonces más o
menos, para motivos de la comprensión de esta obra (obra “usada” como tender la
ropa de esta forma), comienza a ponerse claro el panorama, la mente es una
categoría lingüística que significa muchos eventos conductuales, muchos juegos
de lenguaje, y no hay nada común a ellos (mente) sino semejante (la relación
entre el individuo y el medio)… mente, pensar, pensamiento, percepción,
atención, emocionarse, sensible, imagen mental, idea, imaginación, razón,
etc., son categorías lingüísticas que significan diversos usos a eventos psicológicos
semejantes, en donde el aprendizaje del lenguaje, y una comprensión de la
complejidad de lo psicológico, esto es, del cómo llegamos a filosofar o a
comprendernos a nosotros mismos, puedan darnos luz del craso error de confundir
el comportamiento con algo común o esencial a tal. ¡Piensa, esto es, reacciona
con tu lenguaje ante alguna situación especial! ¡Que lo silencioso de, algunos
usos del pensar, no te confunda… di pensar en voz alta y gradúalo hasta
silenciarte por completo ¿Cuál es la diferencia? ¿Es abismal? ¿Es
ontogénicamente diferente hasta contrario como lo dirían los clásicos
psicólogos? ¿Acaso no estás de acuerdo de que los niños aprenden a pensar o a
hablar así mismo de manera más silenciosa para fines de didáctica y aprendizaje
a través de años de educación? Primero se habla para pensar después. O cuando
haces teatro actúas “como si” fueras otra persona ¿Qué cosa misteriosa puede
caber ahí? Sólo sigues el guión y en estas circunstancias especiales haces esto
y esto, imaginar es también hacer “como si” se hiciera otra cosa, y mucha
terminología mental refiere esto… es comportamiento tan simple… Pensar, en siguiendo
la lógica de estos juegos, es escucharte “como si” te estuvieras hablando;
imaginarse, recordar, a veces, es comportarse “como si” se estuviera viendo tal
cosa, como si se estuviera escuchando tal cosa, etc. ¡Y puedes comportarse como
si estuvieras en otras circunstancias por medio de tu lenguaje! Cuando escuchas
el nombre de tu madre ¿A quién te imaginas de manera involuntaria? ¿Puede
decirse que ello es un fenómeno complejo especialmente espacial o un simple
condicionamiento inmediato y de primeras etapas de desarrollo? Además, es
posible referirnos a eventos mentales como eventos voluntarios, halla la
diferencia entre “ten dolor” (involuntario) a “cáusate dolor” (voluntario), el
segundo es una experiencia temporal, el primero no (es nada), sin
embargo, es posible usarlo para referirnos a eventos ya sucedidos
(involuntariamente)… ¡Cuánto les falta, a ustedes, a ustedes los
psicólogos, saber de lo que supuestamente estudian! ¡En psicología existen
métodos experimentales y confusión conceptual!” Hay a veces
diferentes términos que funcionalmente significan lo mismo, y otras veces los
mismos términos refieren distintos comportamiento en contexto. ¡Todas
sus clasificaciones o taxonomías están erradas!
Tú le dices: “Entonces, estoy dispuesto a tender de la
forma en que lo haces”.
Te responde: “Pero, cuando sea necesario, no te
preocupes por el orden de tendido, tú y los demás los aceptamos
como tal puesto que estas no son reglas que puedan contarse, las reglas están implícitas
en formas de las prácticas mismas, las costumbres. Sin embargo, es menester
aprender estos nuevos anteojos amarrados a nuestro cuello, para que, cuando sea
necesario, nos lo pongamos para poder disolver cualquier esencia que pueda ser
enredada a través del tiempo causada por cualquier persona común, teórico,
filósofo, etc.… Entonces, desde este momento, empezarás a disolver los
problemas actuales esenciales en la vida, el conocimiento y entre ellos la
Psicología, y los que aparecen posteriormente (Neurociencias,
reduccionismos, expansionismos)… es necesario pues, que por un momento te
quites esos anteojos nominalistas y pictóricos, quizá… jamás vuelvas a
ponértelos”.
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