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jueves, 24 de octubre de 2019

Conductología y Materialismo dialéctico: De camino al diálogo


Aleksandr A. Fedorov - Novosibirsk State University   

En palabras de Vygotsky, la psicología marxista avanza a lo largo del camino del Conductismo Americano solamente hasta cierto punto (1926). Yo supongo que Vygotsky estaba equivocado. El Conductismo de su tiempo era tan inmaduro como la psicología marxista, y mucha agua ha corrido bajo el puente desde ese entonces. La Conductología contemporánea es compatible con el materialismo dialéctico. Aquí examinaré tres aspectos. En primer lugar, la interpretación materialista de la causalidad es crucial para ambas. En segundo lugar, la causa y la consecuencia están dialécticamente relacionadas en la selección por consecuencias, así que es, de hecho, un modelo dialéctico de la determinación de la conducta. En tercer lugar, las leyes de la dialéctica son aplicables a la Conductología.

Palabras clave: Conductismo radical, conductología, materialismo dialéctico, determinismo, Skinner.

Cada ciencia necesita filosofía. Quizás, es verdad que en el laboratorio no somos ni idealistas ni empiristas, ni materialistas dialécticos, sino experimentalistas, pero como Skinner escribió “una teoría nunca es derribada por los hechos, sino solo por otra teoría” (Skinner, 1961, p. 240). Una teoría sustenta hechos, y la filosofía sustenta una teoría. Por consiguiente, la filosofía es inescapable, y la conductología[1] esta forzada a buscar su filosofía como cualquier otra ciencia.
Existen muchas interpretaciones de los trabajos de Skinner, y el materialismo conductual es la más auténtica (Ullman, 1998). Mi principal tesis es que el materialismo dialéctico es compatible con la conductología, pero hay algunos problemas aquí.
a)    Primeramente, los materialistas dialécticos a menudo se inclinan a interpretar la teoría de Skinner como materialismo mecanicista (Leontiev, 1978). Ellos están obviamente equivocados en este caso (si queremos dar a entender materialismo conductual).
b)   En segundo lugar, hay muchas formas de materialismo dialéctico y algunos de ellos son incluso incompatibles con el materialismo en sí mismo. Muchos materialistas dialécticos incautamente usan términos psicológicos tradicionales (mente, conciencia, motivo y así sucesivamente), y esto conduce a un desorden. Por ejemplo, Reese considera que el materialismo dialéctico es una forma de contextualismo (Reese, 1993). Además sabemos que las interpretaciones contextualistas del conductismo radical existen, también. Por ejemplo, Jacobson escribió que “el contextualismo es esencialmente sinónimo con el conductismo radical, un término que es algo engañoso” (Jacobson, 1997, p. 439). Sin embargo, fue Watson quien con justicia afirmó: “el Conductismo es un vino nuevo que no puede ser vertido en botellas viejas” (Watson, 1929). Esto también es verdad con respecto al materialismo dialéctico (en ciencias conductuales especialmente). Este necesita un nuevo vocabulario, y la teoría de Skinner puede proporcionarlo.
Así que ¿qué es el materialismo dialéctico? “Dialéctico” significa (1) que el universo es un todo integral en el cual las cosas son interdependientes en vez de una mezcla de cosas aisladas unas de las otras, y (2) que el mundo material se encuentra en un estado de movimiento constante. El “Materialismo” sostiene que la única cosa que existe es la materia. El Materialismo dialéctico combina elementos del naturalismo de Marx, la filosofía hegeliana y el positivismo francés (Wallon, 1963).
¿Qué significa el materialismo dialéctico en las ciencias conductuales? Es falaz creer que es la aplicación directa de la teoría del materialismo dialéctico a los problemas del comportamiento. Como Vygotsky escribió: “estamos en la necesidad de una hasta ahora no desarrollada pero inevitable teoría del materialismo biológico y del materialismo psicológico como una ciencia intermedia que explique la aplicación específica de las tesis abstractas del materialismo dialéctico al campo determinado de fenómenos (Vygotsky, 2005, p. 173). Vygotsky calló en una red de términos tradicionales, pero su idea principal es clara, El materialismo dialéctico en las ciencias conductuales es el materialismo conductual. Por alguna sorprendente casualidad, los conductologistas le dieron el mismo nombre a la filosofía científica que subyace a la conductología. Ullman sugiere los siguientes términos: materialismo científico (la orientación materialista entre los científicos naturalistas), materialismo seleccionista (la orientación materialista entre investigadores en las ciencias de la vida); y materialismo conductual (la orientación materialista en conductología) (Ullman, 1998).
Para los verdaderos materialistas dialécticos, los atributos “materialista-dialectico” o “Marxista” de hecho significan “científico”. Por ejemplo, Vygotsky escribió “todo lo que fue y es genuinamente científico le pertenece a la Psicología Marxista. Este concepto es más amplio que el concepto de una escuela o incluso una corriente. Esto coincide con el concepto de científico per se, sin importar dónde y por quien haya sido desarrollado” (Vygotsky, 2005, p. 188). La conductología es el estudio científico de la conducta (dentro del marco skinneriano basado en contingencias), así que podemos examinar cuidadosamente si la conductología contiene elementos dialécticos. Si Vygotsky estaba en lo correcto, los encontraremos.
Sin embargo, déjesenos dar un paso atrás. Ya he escrito que los psicólogos materialistas dialécticos se inclinan a interpretar la teoría de Skinner como materialismo mecanicista, pero esta no es la única acusación del conductismo.
Teplov escribió “La psicología materialista dialéctica se opone directamente al conductismo. La tarea básica de la psicología soviética es descubrir la explicación materialista de la psique del hombre y la conciencia” (Teplov, 1957, pp. 258-259). También afirmó que el conductismo surgió del idealismo, porque este afirma que “la psique y la conciencia son solo accesibles al conocimiento introspectivo y por consiguiente no pueden estudiarse mediante un método objetivo” (Ibid., p. 259). Si existe verdad en estas afirmaciones, se refiere al conductismo metodológico. Skinner afirmó: “el pensamiento no es una causa mística o un precursor de la acción, o un ritual inaccesible, sino acción en sí misma, sujeto a análisis con los conceptos y técnicas de las ciencias naturales y en ultimo instancia a ser explicado en términos de variables controladoras (Skinner, 1957, p. 449). Es más, “ningún conductista serio alguna vez ha argumentado que la ciencia debe limitarse a sí misma a los eventos públicos” (Skinner, 1957, p. 449). Por lo tanto, la conductología toma el punto de vista de que los eventos privados incluyendo el pensamiento son accesibles a los métodos de las ciencias naturales.
Otro prominente psicólogo materialista-dialéctico señaló que: “el conductismo sigue el esquema mecanicista: estímulo-respuesta. Su descripción de las conexiones externas entre estímulo y reacción está en consonancia con la metodología pragmática generalmente positivista” (Rubinstein, 1957, p. 272). Por lo tanto, los materialistas dialécticos afirman que el conductismo no solo es mecanicista, sino también positivista. Pero como Smith mostró, el conductismo radical está alineado con el materialismo, no con el pragmatismo o el positivismo (Smith, 1986). Skinner mismo escribió: “el fisicalismo del positivista lógico nunca ha sido un buen conductismo” (Skinner, 1967, p. 325).
Hay una razón por la que Teplov, Leontiev y Rubinstein rechazaron tanto al conductismo. Y la razón es que la psicología y la conductología son inconmensurables (Fraley y Vargas, 1986). Esta inconmensurabilidad brota principalmente del dualismo que es predominante en psicología, aunque a menudo de manera latente. A pesar del hecho de que los psicólogos soviéticos formalmente se disociaron ellos mismos del dualismo e interpretaron los procesos psíquicos materialistamente como el producto de la materia altamente organizada, eran todavía dualistas que usaban terminología mentalista. Nosotros deberíamos entender que la psicología materialista dialéctica no es una ciencia natural. Los puntos de vista de Kedrov sobre la posición de la psicología entre las ciencias fueron generalmente aceptados. Él siguió la división del mundo en tres dominios hecha por Engels (naturaleza, sociedad y pensamiento) y sugirió una clasificación triangular de las ciencias (Kedrov, 1985; Braun & Baribeau, 1984).


 Figura 1. Clasificación de Kedrov de las ciencias.

Un círculo unifica a las ciencias en el orden de emergencia de las formas de la materia
(Naturaleza -> sociedad -> pensamiento / ciencias naturales -> ciencias sociales -> filosofía)

    Vemos que la psicología cae fuera de este círculo de ciencias



No es ni una ciencia natural ni una ciencia social ni una ciencia filosófica, aunque tiene los lazos más cercanos con la filosofía (Kedrov, 1985). Al mismo tiempo, la conductología es indudablemente una ciencia natural, así que es incompatible con la psicología desde el punto de vista materialista dialéctico.
Pero cuando comparamos la conductología y la psicología materialista dialéctica, la figura clave es ya mencionada, Vygotsky. Me gustaría proporcionar una cita más bien larga donde las posiciones de Skinner y Vygotsky son yuxtapuestas:
  La solución de Vygotsky tiene algo en común con la de Skinner: Con el propósito de explicar el origen de las funciones mentales superiores, él consideró necesario salir fura del sujeto. Estas funciones se consideran que son productos que se originan en la cultura y que fueron hechos subjetivos a través de procesos de interacción social. Las funciones mentales superiores – el lenguaje y los signos, incluso la conciencia misma con su estructura semiótica – no son nada más que formas refinadas de interacción. Una segunda característica que traza Vygotsky un tanto cerca a la posición de Skinner es lo que nosotros podríamos llamar “instrumentalismo”. Su [de Vygotsky] unidad de análisis fue la conducta instrumental. Él pensaba que la posibilidad de transformar el mundo material por medio de herramientas establecían las condiciones para la modificación de la conducta refleja y su transformación cualitativa en la conciencia. Este proceso es adicionalmente mediado por una clase especial de herramientas: aquellas que permiten la realización de la trasformación de los otros. Nosotros llamamos a estas herramientas “signos” y son esencialmente proporcionados por la cultura… [Así,] el camino fundamental del desarrollo es el que es definido por la internalización de esos instrumentos y signos, por la conversión del sistema externo de regulación en medios de auto-regulación. Es esta noción la que crea una separación decisiva entre el instrumentalismo de Vygotsky y el de Skinner, porque Vygotsky pensaba que los sistemas de auto-regulación, cuando eran internalizados, dialécticamente modificaban la estructura externa de la conducta, que no podía ser entendida más como una expresión de los reflejos. En otras palabras, la conciencia, que era para él [Vygotsky] “contacto social con uno mismo”, ejerce una influencia causal sobre la conducta (Riviere, 1990, p. 204).

Podemos ver aquí que Riviere cree que las posiciones de Vygotsky y Skinner son más bien cercanas. Y podemos concluir que la teoría histórica-cultural de Vygotsky quizás tenga mucho que ofrecer a la conductología para alcanzar una mejor comprensión de la naturaleza de la conducta. En relación al agencismo de Vygotsky, sin embargo, deberíamos decir que no hay una solución generalmente aceptada en ese caso. Riviere escribe que, en palabras de Vygotsky, la conciencia ejerce una influencia causal sobre la conducta. Pero ¿puede la conciencia ser una agencia, si “la conciencia no ocurre como una categoría específica, como un modo especifico de ser” como Vygotsky escribió en “La conciencia como problema de la psicología de la conducta”? Vygotsky afirmaba que la conciencia es “una estructura muy compleja de comportamiento” (Ibid.), y Skinner señalaba que el “yo” era “un dispositivo para representar un sistema de respuestas unificado funcionalmente” (Skinner, 1953, p. 285). En mi opinión, ellos están de acuerdo en puntos de vista sobre esta cuestión, y me atrevo a decir que para Vygotsky la conciencia no es una agencia, aunque sus trabajos contradictorios permiten llegar a la conclusión absolutamente diferente. A este respecto, Skinner tiene una ventaja indudable e inestimable sobre Vygotsky: él creó un lenguaje científico consistente, mientras Vygotsky usó términos tradicionales y así su trabajo quizás sea leído de esta manera u otra. Sin embargo. El trabajo de Vygotsky puede ser considerado como un manual para la aplicación del método dialéctico a la psicología, y los conductólogos pueden beneficiarse de ello.
Resumiendo este punto, podemos comparar las posiciones de Skinner y Vygotsky usando las leyes de la dialéctica.
Antes de todo, Riviere correctamente advierte que ambos “van fuera del sujeto” con el propósito de explicar la conducta humana. De hecho, es la aplicación de la ley de la negación, que es la primera ley de la dialéctica. Por un lado, Skinner y Vygotsky niegan la entidad interna, la cual es la causa de sí misma. Por otro lado, ambos niegan la psicología antigua.
Entonces Vygotsky trata de usar la ley de la negación de la negación. Estrictamente hablando, se adentra en el sujeto regresando a las causas internas. Como Riviere indica, “el sistema de auto-regulación, cuando es internalizado, modifica dialécticamente la estructura interna del sujeto” (Riviere, 1990, p. 204). Y exactamente en este punto Vygotsky comete un error. No tomó en cuenta que el retorno al lenguaje antiguo era imposible. Él sigue la dirección correcta, pero en un bus equivocado. Puede sonar suficientemente extraño, pero un conductista también tiene que adentrarse en el sujeto, si trata de seguir la dialéctica. Y es el problema de lo privado que concierne al problema de “ir hacia dentro”. Podemos construir un argumento lógico.
1.    Skinner considera el ser de los eventos privados. De hecho, ellos son condiciones corporales y conducta encubierta.
2.    Nada puede existir fuera de la interacción. La conexión mutua y la condicionalidad mutua de los fenómenos de un mundo material es uno de los axiomas del materialismo.
3.    Los eventos privados existen, consecuentemente ellos son causas de algo y efectos de algo.
La conducta encubierta tiene una influencia sobre la conducta abierta. Pero deberíamos entender que los eventos privados no son causa de la conducta en el sentido en que causa es usada en la psicología tradicional. Ante todo, la causalidad no es necesariamente directa. Skinner escribió que “los eventos privados en el mejor de los casos no son más que un enlace en una cadena causal, y usualmente ni siquiera eso. Podríamos pensar antes de actuar en el sentido de que podemos comportarnos de manera encubierta antes de comportarnos de manera abierta, pero nuestra acción no es una “expresión” de la respuesta encubierta o la consecuencia de ella (Skinner, 1953, p. 279). Así que Skinner piensa que los eventos privados podrían ser al menos “un enlace en una cadena causal”. Y en segundo lugar, la causalidad no es necesariamente total. Tiene un estado probable.
Skinner señaló que “nosotros no podemos dar cuenta de la conducta de ningún sistema mientras permanezcamos totalmente dentro de él” (Ibid., p.35). Pero ¿podemos estudiar la conducta permaneciendo totalmente afuera? Tendremos que aplicar la ley de la negación de la negación y entrar en un sujeto en busca de una descripción más completa de la conducta. Pero cuando se entra, tenemos que recordar que “Un evento puramente privado no tendría lugar alguno en un estudio de la conducta, o quizás en cualquier ciencia, pero los eventos que son, por el momento al menos, accesibles solo al individuo mismo a menudo ocurren como enlaces en cadenas de otro modo públicas y deben entonces ser considerados. En el autocontrol y el pensamiento creativo, donde el individuo en gran parte está enfrascado en manipular su propia conducta, es probable que este sea el caso” (Ibid., p. 229). No tenemos que guardar espacio alguno para el dualismo. Los eventos públicos y privados no son físicos o mentales. Y si un evento privado no puede ser distinguido por alguna estructura o naturaleza especial, no podemos decir que no tiene un efecto causal sobre la conducta
En el asunto podemos concluir que:
a)    La imagen distorsionada del conductismo radical de Skinner domina la psicología materialista-dialéctica.
b)   La psicología materialista-dialéctica se atascó en la terminología mentalista. Ello puede estar relacionado con el hecho paradójico de que Marx no era un materialista consistente, y la psicología era un blanco fácil para esta inconsistencia al compararla con las ciencias naturales. De hecho, el naturalismo de Marx es distinto tanto del idealismo como del materialismo, y los unifica a ambos (Marx, 1959).
c)    A pesar de ello, el materialismo dialéctico es materialismo científico, por encima de todo. El método dialéctico demuestra poder y eficiencia en las ciencias naturales (v.g., biología y física), y la conductología, como una ciencia natural, puede apoyarse en este método también.

Por consiguiente ¿debería la conductología dialogar con el materialismo dialéctico? Yo tengo el punto de vista de que si debería. Y la cosa más esencial que la conductología debería aprender de este dialogo es porque el materialismo dialéctico fracasó como materialismo. La doctrina materialista-dialéctica trató de adherirse a las mismas ideas que el materialismo conductual:
a)    monismo materialístico;
b)   determinismo;
c)    seleccionismo;
d)   estudio de la conducta humana dentro del ambiente;
e)    énfasis en el cambio (control) en vez de la descripción.

Entonces ¿por qué el materialismo dialéctico falló como materialismo en el campo de las ciencias conductuales? La respuesta a esta pregunta es algo para el futuro, pero nosotros necesitamos esta respuesta. Los registros históricos sugieren que diferentes conductismos condujeron al cognitivismo, idealismo, contextualismo y así sucesivamente. Existen interpretaciones idealísticas del conductismo radical, y la conductología debería ser conciente de las rutas sin salida.
Las similitudes listadas son más bien generales, así que, en conclusión, me gustaría brindar dos elementos dialécticos más específicos de la conductología.
En primer lugar, la selección por consecuencias es, en esencia, un modelo de interacción. La interacción es una categoría dialéctica que rechaza la noción estereotipada de que causa y consecuencia son dos polos invariablemente adversos. Cualquiera de los lados interactuantes es la causa del otro y es la consecuencia de la influencia simultánea del lado opuesto. Por lo tanto, podemos suponer que la selección por consecuencias es un modelo dialéctico de la determinación de la conducta. Una consecuencia de una cierta conducta (cambio en el ambiente) es simultáneamente la causa de que esta conducta ocurra más a menudo o raramente. No obstante, tenemos que recordar que causalidad e interacción no son intercambiables.
En segundo lugar, las leyes de la dialéctica son aplicables a la conductología. Tomemos por ejemplo los eventos públicos y privados. Skinner escribió “La conducta encubierta a menudo parece ser como la abierta excepto que aquella ocurre a una escala menor” (Skinner, 1957, p. 434). Podemos decir que un cambio cuantitativo de la conducta lleva a un cambio cualitativo: un evento público se vuelve un evento privado (¿ley dialéctica de la trasformación de la cantidad en cualidad?).
Hay tres dominios de la ciencia generalmente aceptados: físico, biológico y conductual. De hecho, esta división es una escalera de la complejidad de la materia. El desarrollo de los eventos físicos lleva a la emergencia de los eventos biológicos, y el desarrollo de los eventos biológicos lleva a la emergencia de los eventos conductuales. A pesar de eso, cualquier evento biológico es al mismo tiempo un evento físico, y cualquier evento conductual es biológico y físico. La conducta encubierta emerge de la conducta abierta, y podemos decir que es una transición del mismo orden que la transición desde, por ejemplo, un nivel físico a un nivel biológico. Si esto es verdad, entonces podemos con justicia aseverar que los eventos privados son eventos conductuales; pero, al mismo tiempo, poseen algunas características que están ausentes en el nivel de la conducta abierta. Por ejemplo, Vygotsky afirmaba que el discurso interno emerge del discurso externo, pero tiene propiedades adicionales, por ejemplo, es abreviado. Es más, si esto es así, entonces los eventos privados abren posibilidades de colaboración entre la conductología y la psicología materialista-dialéctica. En este camino, ambas deberían cambiar. La conductología debería prestar más atención a los eventos privados y la psicología materialista-dialéctica debería ser menos mentalista.


 Referencias

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Braun, C. M. J. y Baribeau, J. M. C. (1984). The classification of Psychologu among the Sciences from Francis Bacon to Boniface Kedrov. The Journal of Mind and Behavior, 5(3), 245-260.
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Jacobson, N. S. (1997). Can Contextualism Help? Behavior Therapy, 28, 435-443.
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[1] Siguiendo a E. A. Vargas, definimos la Conductología como una ciencia que aborda las relaciones de contingencia entre las acciones y otros eventos. También realiza una observación muy significativa de que “su marco de interpretación skinneriano basado en contingencias, con su firme exclusión de la agencia, distingue a la conductología de otras ciencias de la conducta” (Vargas, 2000, p. 44).

martes, 22 de octubre de 2019

Una interpretación conductual de la teoría de Vygotsky del pensamiento, el lenguaje y la cultura


Eric O. Burkholder
University of Nevada
y
Martha Peláez
Florida International Universty

Desde la traducción y publicación del trabajo de Vygotsky al lenguaje inglés en 1962, su trabajo ha sido ampliamente citado y estudiado por psicólogos desarrollistas y educadores de occidente europeos y americanos. Este artículo proporciona una descripción de la teoría de Vygotsky de la cultura y el lenguaje y resalta las similitudes de sus perspectivas (v.g., andamiaje, aprendizaje asistido, habla privada) y los principios conductuales (v.g., moldeamiento, señalización (cueing), encadenamiento y conducta verbal). Si bien existen muchas diferencias filosóficas entre las teorías de Vygotsky y el análisis de la conducta contemporáneo, identificar las similitudes entre estas dos posiciones podría permitir una mayor comprensión del desarrollo humano y un incremento en la investigación colaborativa entre los psicólogos desarrollistas y los analistas de la conducta.

Las perspectivas de Vygotsky acerca del desarrollo se han vuelto cada vez más populares desde la reciente traducción y republicación de su trabajo al inglés en 1962. Existen similitudes entre las teorías de Vygotsky, del lenguaje y la cultura, y la teoría conductual moderna. Identificar estas similitudes podría proporcionar a los conductistas una oportunidad para tender un puente con los intereses e investigación de la psicología desarrollista de tendencia principal.
La teoría de Vygotsky del pensamiento y el lenguaje está basada cultural y ambientalmente. Él ofrece un marco teórico aplicable al desarrollo del niño, las escuelas, y el aprendizaje aplicado. Uno de los supuestos primarios de la psicología de Vygotsky es que comprender las relaciones sociales de un individuo es central para comprender el camino desarrollista de ese individuo (Wertsch, 1985). “La dimensión social de la conciencia es primaria en tiempo y en hecho. La dimensión individual de la conciencia es derivada y secundaria” (Vygotsky, 1979, p. 30). El argumento de Vygotsky es contra la psicología reduccionista tal como el conductismo metodológico sobre la base de que el enfoque E-R descuida el estudio del contexto y la cultura en los que se desarrolla el individuo. Él enfatiza que la cultura cambia la conducta privada y pública del individuo (Wertsch, 1985). Es decir, las interacciones humanas solo pueden entenderse mirando la cultura en la que están embebidas las interacciones.
La filosofía de Vygotsky incluye una psicología interpersonal que involucra el aprender a partir de otros miembros de la sociedad mientras se participa en interacciones sociales. Cualquier cosa que sea expresada por un niño puede ser detectada en primer lugar en su ambiente: “Cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece dos veces, o en dos planos. En primer lugar, aparece en el plano social, y luego en el plano psicológico” (Vygotsky, 1983, p. 163). Hay una fuerte relación entre los planos social y psicológico, en el sentido en que el plano social siempre puede influir en el plano intrapsicológico (Wertsch, 1985). De esta manera, Vygotsky enfatiza el papel del moldeamiento en el proceso de aprendizaje especialmente como lo relata en su descripción de la zona de desarrollo proximal.

Zona de Desarrollo Proximal y Andamiaje
La zona de desarrollo proximal es equivalente al rango de conductas que un organismo puede producir con el instigamiento o las señales por parte de un “miembro más competente de la cultura, tal como otro adulto u otro niño” (Novak, 1996, p. 127). Por medio de este proceso (exposición al instigamiento y las señales) el repertorio conductual independiente sería incrementado por el andamiaje. Andamiaje es muy similar al proceso conductual de moldeamiento. Al cambiar sucesivamente el criterio de reforzamiento, la conducta que se moldea se asemeja más estrechamente a la conducta terminal seleccionada como blanco. Tanto el andamiaje como el moldeamiento son ejemplos de tecnologías derivadas del determinismo ambiental. Es decir, las consecuencias de las interacciones sociales (conducta) actúan como determinantes de la conducta.
La perspectiva de que el ambiente influye y cambia la conducta de maneras diferentes basado en el contexto histórico y presente también ha sido incorporada dentro de la teoría conductual por varios analistas de la conducta desarrollistas (Morris, 1988; Hayes, Hayes y Reese, 1988; Peláez-Nogueras y Gewirtz, 1997). Que la historia del individuo con el ambiente, el estado actual del organismo y otras influencias ambientales se combinen para alterar la probabilidad, la tasa, la forma y la producción de la conducta es un tema predominante en la conceptualización de Kantor (1975) del campo de eventos en el Interconductismo. La idea de que una interacción reciproca ocurre entre la psicología inter e intrapersonal; es decir, conducta pública y privada, ha sido enfatizado por el análisis de la conducta en el estudio de la conducta verbal. La noción de que las experiencias intrapersonales afectan las interacciones interpersonales está embebida en la noción conductual de la conducta gobernada por reglas. Mientras que Vygotsky analizó muchos tipos de fenómenos, aquí examinaremos solo dos aspectos de su teoría, lenguaje y pensamiento, señalando similitudes con los modelos conductuales.

Pensamiento, Lenguaje y Cultura
En la filosofía de Vygotsky, el lenguaje juega un rol central en la teoría del desarrollo cognitivo humano. El lenguaje desempeña múltiples roles que incluyen el moldear culturalmente la conducta abierta de los individuos así como influir en sus conductas encubiertas, tal como el pensamiento. El lenguaje se ha definido como un instrumento psicológico que moldea otras funciones mentales mientras que al mismo tiempo el mismo se moldea socialmente (Kozulin, 1986). Vygotsky creyó que el lenguaje y el pensamiento inicialmente tienen diferentes raíces pero convergen durante el curso del desarrollo y se influencian bidireccionalmente después de eso (Kozulin, 1986).
Para entender la teoría de Vygotsky de la conciencia individual en primer lugar necesitamos conceptualizar el pensamiento como socialmente basado (Vygotsky, 1979). En su perspectiva, las funciones mentales superiores son productos de los instrumentos psicológicos tales como el lenguaje verbal, el lenguaje de signos y la lógica. El uso del lenguaje mediado socialmente permite la comunicación interpersonal. El lenguaje pre-intelectual (v.g., gritar o balbucear) y el pensamiento pre-intelectual (v.g., deseos y necesidades) podrían desarrollarse concurrente, pero separadamente en los niños. 

El pensamiento y el habla empiezan como funciones separadas, sin ninguna conexión necesaria entre ellos, pero alrededor de los dos años de edad, el lenguaje y el pensamiento quedan bajo influencia bidireccional, cuando un niño aprende a usar funcionalmente instrumentos sociales (tales como la conducta verbal). Hasta que el niño es capaz de aprender o relacionar sus acciones con las contingencias socio-ambientales, el lenguaje no puede adquirirse. Alrededor de esta edad, una relación entre el lenguaje y la cognición empieza a desarrollarse. La relación es más que la relación formal entre el signo (o palabra) y su significado. El lenguaje y otras relaciones socialmente aprendidas alteran el pensamiento mediante el establecimiento de reglas lógicas formales (sistemas relacionales derivados) y métodos de solución de problemas que son enteramente verbales en naturaleza (Vygotsky, 1986).
Vygotsky (1986) propone que el primer concepto general adquirido por los niños verbales es la comprensión de que cada objeto debería tener un nombre. Después de que el niño es capaz de nombrar objetos, él/ella puede entonces expresar los pensamientos en la forma de necesidades y deseos. Una vez que el niño es capaz de nombrar, y expresar deseos, el lenguaje y el pensamiento empiezan una interacción recíproca que moldea la forma del pensamiento y el lenguaje a través de la experiencia ambiental y el habla interna. En la teoría conductual se aborda el moldeamiento social de los sonidos vocales apropiados por medio del reforzamiento diferencial.
Los padres o cuidadores brindan más atención a un niño cuando realizan sonidos que se aproximan más cercanamente a las palabras. Después de que el niño ha sido capaz de producir apropiadamente los sonidos de una palabra, ellos obtienen atención social que incrementa la probabilidad futura de respuestas similares (Skinner, 1953). Después de dominar los sonidos requeridos para nombrar un objeto, el niño puedo entonces usar el nombre del objeto en primer lugar como una ecoica (repetir el nombre después de un instigador verbal), luego como un tacto (nombrar un objeto en presencia del objeto) y como un mando (una demanda o pedido de una acción no verbal por parte del oyente). El niño de esta manera aprende a nombrar en objeto en presencia del objeto, y aprende que por medio de pedir un objeto en su ausencia él/ella puede adquirir el objeto mediante el oyente (Peláez, 1986). Por medio de la exposición repetida la persona puede quedar bajo control funcional del objeto (Skinner, 1957).

Habla interna. Vygotsky (1986) afirma que el habla interna (conducta verbal privada) se adquiere de la misma manera en que todas las otras operaciones mentales se aprenden (incluyendo el habla vocal). En la adquisición del lenguaje, el niño empieza a formar palabras y es capaz de usar las formas correctas de la gramática y la estructura antes de que él/ella haya aprendido las reglas formales de la gramática. A medida que el niño se hace más experimentado, él/ella empieza a usar instigadores, señales y conducta verbal externas en la forma de instrucciones para ayudar en la resolución de problemas. Este es el comienzo del habla egocéntrica. El habla egocéntrica es una forma de auto-charla con la función de habla interna, pero una forma externa (una forma de habla que tiene la función de alterar la propia conducta de los hablantes). Ejemplos de habla egocéntrica son leer para uno mismo silenciosamente, pronunciar palabras verbalmente, y contar con los propios dedos, A medida que se desarrolla el habla egocéntrica el niño es capaz de empezar a “internalizar” la forma exterior del lenguaje o usar un habla silente, contar en su cabeza y usar la memoria lógica (operar con relaciones dadas y con relaciones derivadas en la conducta verbal privada). Luego de que la persona queda bajo el control funcional del lenguaje, el lenguaje empieza a tener un gran efecto recíproco con el pensamiento.

El pensamiento y el lenguaje son vistos por Vygotsky (1986) como dos esferas interactuantes. En su perspectiva, el habla se involucra en la mayoría del pensamiento, y el pensamiento se involucra en la mayoría del habla. No obstante, el desarrollo del pensamiento y el habla no son paralelos. Por ejemplo, existen aspectos del pensamiento, tales como las emociones (v.g., cólera, alegría, disgusto), que se pueden discutir verbalmente, pero no son verbales en naturaleza. Es decir, podemos describir nuestras propias emociones, pero la experiencia de las emociones no es necesariamente verbal.
Inversamente, hay partes del habla en la conceptualización de Vygotsky que no requieren del pensamiento, tal como recitar un poema bien conocido o una oración. Mientras estas esferas son mayormente superpuestas, los procesos del pensamiento y el habla no son los mismos, aunque ambos son influenciados “indirectamente por el proceso del pensamiento verbal” o habla interna (Vygotsky, 1986).

Un ejemplo de esta interacción sería una persona que huele un tipo particular de flor y entonces recuerda (a través de una historia de condicionamiento) a un amante perdido hace mucho tiempo que solía adornar su casa con este tipo de flor. A medida que la persona usa el habla interna para crear el dialogo imaginario de este recuerdo, él/ella podría experimentar tristeza al darse cuenta que no debería haber terminado la relación con esta persona (respuesta emocional). En este caso, el habla interna podría afectar e incrementar las emociones indirectamente. Recíprocamente, el habla sin pensamiento (tal como la recitación de un poema extremadamente conocido) puede ser influenciado por el habla interna mediante la sustitución por palabras (v.g., decir el nombre de los ex-amantes en lugar de una palabra que suena igual en el poema).

En resumen, la bifurcación de la función y la estructura del habla interna empieza al mismo tiempo que la emergencia del habla egocéntrica. Para Vygotsky el desarrollo del pensamiento es contingente sobre el lenguaje, y el lenguaje está socialmente determinado. De esta manera el ambiente de un niño, y la cultura, desempeñan un rol esencial en el desarrollo del lenguaje y el pensamiento.

Skinner y Vygotsky

Existen similitudes entre el habla interna de Vygotsky y la conducta verbal privada de Skinner. Tanto Skinner (1957) como Vygotsky (1986) afirman que el pensamiento es un proceso aprendido a partir de la comunidad verbal, y aprender a pensar no es diferente de la adquisición del lenguaje u otra conducta socialmente aprendida. Skinner va tan lejos como para decir que la conducta verbal no tiene propiedades especiales y no obedece leyes especiales cuando se le compara con otros tipos de conducta (p. 438). El habla egocéntrica de Vygotsky se considera lenguaje (o conducta verbal), pero la función de la conducta abierta egocéntrica (se desarrolla simultáneamente con el habla interna) es diferente de la función de la conducta verbal vocal (v.g., habla directa).
La función del habla egocéntrica es modificar la conducta del hablante (Vygotsky, 1986). Esta noción de una función cambiada, con la internalización del habla, es consistente con la afirmación de Skinner de que cualquier hablante puede ser su propio oyente, y que el individuo se enfrasca en una auto-edición. La similitud de las dos posiciones en la adquisición del lenguaje y el pensamiento, o conducta verbal pública y privada, es central para ambas teorías porque ellas comparten filosóficamente una causalidad basada externamente (es decir, determinismo ambiental).

Un skinneriano que interpreta el ejemplo anterior podría concluir que una persona que huele un tipo particular de flor recuerda a un amante perdido hace mucho tiempo que solía decorar su casa con este tipo particular de flor porque la respuesta se encuentra bajo control estimular del olor de la flor. Si la persona usa el habla interna para crear el diálogo imaginario de este recuerdo (oír en ausencia de la cosa oída), él/ella podría experimentar tristeza o una emoción similar dándose cuenta que la persona ya no está presente (respuesta emocional influenciada por la ausencia de una fuente de reforzamiento). En este caso, el hablante que actúa como su propio oyente podría producir un estímulo verbal que evoque una reacción emocional por parte del oyente (en la misma piel). Recíprocamente la conducta verbal (tal como decir accidentalmente el nombre del ex-amante en lugar de una palabra que suena similar en el poema) puede ser influenciada por múltiples fuentes de control y fuerza de respuesta.

Tanto Skinner como Vygotsky omiten algunos procesos mentales de sus interpretaciones del pensamiento y el habla interna, o conducta verbal privada (Vygotsky, 1986; Skinner, 1976) tal como las emociones. Las emociones son consideradas por Skinner como una reacción (o subproducto colateral) a estímulos ambientales. Skinner (1957, p.155) afirma: “La reacción emocional suele ser un subproducto de alguna otra función verbal” y Vygotsky (p. 78, 88) argumenta que las emociones son parte de nuestro pensamiento, el cual es indirectamente influenciado por el habla interna, pero no son verbales en naturaleza. Consecuentemente, tanto Skinner (p. 215) como Vygotsky (p. 88) afirman que las emociones pueden influir en la conducta verbal tal como ellas pueden ser influenciadas por la conducta verbal, pero no son verbales en naturaleza

CONCLUSIÓN

Si bien existen diferencias entre la teoría analítica conductual y la teoría desarrollista de Vygotsky, se resaltaron las similitudes. Estas similitudes ofrecen posibilidades existentes de investigación colaborativa y expansión de la metodología y teoría conductuales en la psicología del desarrollo. El énfasis de Vygotsky en el contexto, el entorno y su uso de la cultura, hace su enfoque teórico a la psicología del niño particularmente interesante, y un buen ajuste dentro del marco general de la psicología conductual. Más aún, el foco de Vygotsky sobre los orígenes sociales del funcionamiento mental superior parece teóricamente consistentes con los aspectos de la teoría conductual de la conducta verbal.

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