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domingo, 16 de febrero de 2025

ACT: Contextualismo Funcional y Teoría de los Marcos Relacionales (una breve introducción). El caso de dos categorías transdiagnósticas

 

 Por: Diana Yasmin Llamocca Ciriaco.

 

Como se había mencionado anteriormente, la ACT asienta sus fundamentos teóricos en el contextualismo funcional, de esta manera se basa en una filosofía pragmática, considerándose como “verdadero” aquello que funciona y desechando verdades absolutas (Hayes, 1993; Hayes et al., 2014; Pérez, 2014). Es preciso señalar que el término “contextualismo” fue acuñado por el filósofo norteamericano Stephen Pepper (1942) en su libro titulado “World hypotheses: A study in evidence” mediante el cual resume y explica cuatro importantes hipótesis globales del siglo XX: formismo, mecanicismo, organicismo y contextualismo.

Ahora bien, la metáfora raíz del contextualismo es el evento histórico, no obstante, para el contextualista un evento histórico no significa un evento pasado que está olvidado y debe ser resucitado (algo que generalmente se hace a la hora de representar eventos históricos). Por el contrario, el verídico evento histórico es aquel evento actual (presente) dinámico, dramático y activo. Por ende, se le puede llamar “acto” (act) a dicho evento, teniendo en cuenta que no es un acto concebido en sí mismo o aislado; por el contrario, es un acto dentro de un contexto. En otras palabras, el contextualismo se afianza en el evento presente cambiante (Pepper, 1942; Maero, 2022).

De acuerdo a Harris (2009) el contextualismo tiene un enfoque holístico porque tiene como punto primordial la totalidad del acontecimiento. En vista de ello, la naturaleza del acto se va a definir por sus pretendidas consecuencias, es decir, por lo que se busca con la conducta ejercida en el medio. Aunque, sin un objetivo expuesto previamente, ningún comportamiento modelado por consecuencias sería efectivo (Hayes, 1993).

Según Hayes et al. (2014): “En el contextualismo funcional los acontecimientos psicológicos son considerados como interacciones de organismos completos en un contexto histórico y situacional” (p. 56). Siendo “la acción en un contexto”, una unidad organizadora en la Ciencia Conductual Contextual. Es determinable que conducta y contexto se definan recíprocamente, cada uno en función del otro.

Por otra parte, el contextualismo funcional tiene como objetivo fundamental no sólo predecir y explicar el comportamiento, sino también en influenciar y cambiar las conductas (Maero, 2022). Por dicha razón, la ACT asienta sus bases en el contextualismo funcional, porque centra al cliente en las consecuencias de su acción, tratando de valorar y resaltar la globalidad que supone dentro de su contexto. En ese sentido, los terapeutas ACT buscan influir en los propósitos que cada cliente tiene en su vida, y cómo estos propósitos están repercutiendo en su mundo de la experiencia directa y en su mundo interno (lenguaje humano). En resumen, la palabra “contexto” trasciende a ser un término funcional, que incluye la historia como las situaciones que tienen relación con la conducta (Hayes et al., 2014).

 

Teoría de los marcos relacionales

La Teoría de los Marcos Relacionales es una teoría contextual funcional del lenguaje y la cognición humana, posicionándose como un área crucial para investigaciones del comportamiento humano. La TMR persigue brindar una explicación con sustento científico que ayude a entender por qué algunas especies evolucionaron más que otras, tratando de comprender las raíces de los logros y del sufrimiento humano (Hayes et al. 2001; Hayes et al. 2014).

La TMR es el resultado de una ardua investigación experimental, enfocado a la fundamentación y desarrollo de la ACT, de esta manera se centra en la capacidad humana para crear relaciones entre eventos y emanar funciones nuevas, que no han sido enseñadas ni reforzadas previamente (Pérez, 2014). Así, estudia empíricamente los procesos de desarrollo acerca del lenguaje y la cognición, tales relaciones pueden ser de tipo “diferente” (un celular es diferente a un armario), igual (una manzana es igual a una pera, en que ambas son frutas y se pueden comer), opuesto (grande es lo opuesto de pequeño, triste es lo opuesto de estar feliz), comparación (julio es menos alto que Marcos), pertenencia (las rodillas son de las piernas) o la toma de posición en la base del yo (yo estudié Geometría y tú estudias Computación; yo estoy en Lima y tú estás en Ayacucho).

Dentro de la gran cantidad de relaciones establecidas, la TMR ha estudiado especialmente los marcos relacionales consistentes en la vinculación mutua, vinculación combinatoria y transformación de funciones. Por un lado, la vinculación mutua contiene una relación bidireccional entre dos eventos; de la relación en una dirección (un billete de cincuenta dólares es mayor que un billete de cinco dólares) proviene una segunda relación en otra dirección (un billete de cinco dólares es menor que un billete de cincuenta dólares). La vinculación combinatoria supone una relación transitiva en la que dos relaciones se pueden combinar para dar una tercera; si Marcela está en cuarto semestre, julio dos semestres menores que Marcela y Pedro un semestre mayor que julio, entonces Marcela está un semestre más adelante que julio. Lo resaltante de estas relaciones es que constituyen procesos no enseñados que no han sido reforzados. Por último, la transformación de funciones se refiere a cambios en las funciones de estímulos por formar parte de un marco en el que están relacionados con un tercero.

En concreto, la RFT no ha descubierto algo novedoso, pero ha demostrado cómo se presentan estos marcos relacionales en la vida diaria de todo ser humano. La RFT no separa los procesos internos (pensar, sentir, imaginar, etc.), ya que al igual que la conducta observable, considera los eventos privados como conducta, por tanto, rechaza que el mundo mental sea una causa de la conducta externa. En suma, la RFT implica una nueva concepción de la psicopatología, adquiriendo un enfoque transdiagnóstico y promoviendo la flexibilidad psicológica (Clavijo, 2004).

 

Evitación experiencial y fusión cognitiva: Categorías transdiagnósticas en el ACT

 

Desde tiempos primitivos el hombre ha intentado entender por qué es vulnerable a padecer enfermedades mentales; grandes e imponentes culturas del mundo trataban de dar una explicación haciendo referencia a los dioses, a las fuerzas sobrenaturales o a los demonios (Salaverry, 2012). En la actualidad, gracias al avance de la ciencia psicológica, se han abierto nuevas posibilidades que darían una respuesta al sufrimiento humano, y, por ende, una nueva perspectiva para entender, por qué surgen y se mantienen, en la persona, muchos de los trastornos registrados en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) (Peréz, 2014).

Hace unas décadas, surgió una nueva ola de terapias, denominadas contextuales y de tercera generación, que prosiguen a las terapias de primera y segunda generación (Peréz, 2014). Dentro de las terapias contextuales tenemos las siguientes; Activación conductual (AC), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), Terapia Dialéctico Conductual (DBT), Psicoterapia Analítica Funcional (FAP), entre otros. Lo expuesto, hace evidente la evolución que han tenido las terapias cognitivo conductuales en los últimos tiempos, asimismo, refleja la preocupación científica por buscar nuevas formas de tratamiento que sean más eficaces para la humanidad (Álvarez, 2019).

De acuerdo a Harris (2009) la ACT está fundamentada en el análisis del comportamiento aplicado (ABA) y en la teoría del marco relacional (TMR), que engloba el comportamiento del lenguaje humano, tanto como, la cognición. Además, trabaja bajo una filosofía denominada contextualismo funcional (CF). Esta terapia explica el sufrimiento humano mediante dos procesos normales (procesos cognitivos) de la mente humana normal: la fusión cognitiva (FC) y la evitación experiencial (EE) (Hayes, 2014).

Es necesario resaltar que tanto la FC y la EE dan lugar y están implicados en los procesos de inflexibilidad psicológica (psicopatológicos), los cuales son seis: fusión cognitiva, evitación experiencial, pérdida de contacto flexible con el presente, apego al yo conceptualizado, falta de claridad con los valores y acción disfuncional, dichos procesos se encuentran interconectados y tienen su base en la TMR (Pérez, 2014). No obstante, ACT ofrece una concepción de psicopatología alternativa a los sistemas nosológicos (DSM - CIE), de forma más específica, se desenvuelve bajo un modelo transdiagnóstico, que involucra una nueva concepción a los cuidados de salud mental (González et al., 2018).

En sus inicios ACT centra su planteamiento en torno a la formulación de casos; los problemas de las personas giraban sobre una clasificación funcional que se denominó trastorno de evitación experiencial (TEE) o evitación experiencial destructiva (EED), el cual se definió como una manera de actuar adherido al seguimiento de reglas; no estar en contacto con experiencias privadas aversivas o desagradables (pensamientos, emociones, sensaciones, recuerdos, etc). Por consiguiente, las personas que evitaban estos sucesos, a menudo, a largo plazo terminaban con un nivel elevado de insatisfacción personal, dado que sus conductas estaban guiadas por el seguimiento generalizado de reglas (Clavijo, 2004). Se encontró que el TEE era un elemento común en diversos trastornos según los criterios taxonómicos de la CIE o del DSM. En ese sentido, los trastornos de ansiedad, la preocupación excesiva, la depresión, el desempeño laboral deficiente, el abuso de sustancias, la esquizofrenia, las conductas sexuales de alto riesgo, el trastorno límite de la personalidad, el estrés postraumático, entre otros, estarían altamente asociados con la evitación experiencial (Hayes et al., 1996; Boulanger et al., 2010; Harris, 2009; Luciano et al., 2016).

Por su parte, la fusión cognitiva (FC) cumple un concepto base dentro de la ACT, ya que se pueden analizar los problemas psicológicos con el seguimiento inflexible de reglas verbales (Hayes et al., 2011). Desde un punto conductual-contextual, los pensamientos no son causas de la conducta, porque también son conductas que exigen una explicación, por ello los analistas buscan exponerla en términos de contingencias ambientales (Freixa, 2003). De acuerdo a Hayes et al. (2014) la FC “consiste en mezclar los procesos verbales cognitivos con la experiencia directa, de manera que el individuo no puede diferenciar entre ambos” (p. 358). Agregado a ello, la FC suele darse en un contexto de “literalidad”, mediante el cual la persona responde a un evento privado de igual forma que lo haría frente a referentes de estos enunciados (Hayes & Wilson, 1995).

Considerando que la evitación experiencial es uno de los factores más importantes en la Psicopatología, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) sostiene que un problema de salud mental se distingue por una alteración significativa de la cognición, la regulación de las emociones y de la conducta, provocando afectación en otras áreas importantes del individuo. Por otro lado, la OMS (2022) afirma que existe un conjunto de factores individuales (psicológicos y biológicos), sociales, comunitarios, culturales, familiares y estructurales que podrían ser protectores para la persona, o, por el contrario, representar un riesgo en la adquisición de conductas desadaptativas. Por ello, quienes se encuentren expuestos a situaciones más adversas como la pobreza, la desigualdad, la violencia y la discapacidad representan un mayor peligro (OMS, 2008). Los datos indican que los trastornos psíquicos, neurológicos y por el consumo de sustancias psicoactivas representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales, de igual importancia, las personas con trastornos psicológicos severos fallecen de 10 a 20 años antes que la población global (OMS, 2022). A su vez, Steel (2014) señala que las cifras de prevalencia de los trastornos mentales continúan aumentando, causando costes económicos en Europa y América.

En cuanto a la fusión cognitiva (FC) se conceptualiza como el acto de creer el contenido literal del lenguaje humano privado (pensamientos, creencias, sentimientos, reglas verbales, etc.) omitiendo las contingencias del entorno, es decir, la persona que está en este estado se encuentra unida a sus pensamientos y es posible que no sea consciente de aquello que está pensando, en ese sentido, la fusión cognitiva significa que los pensamientos dominan el comportamiento. La literalización de los pensamientos origina que no se pueda estar en el presente, puesto que, la capacidad simbólica del lenguaje humano, atraerá experiencias del pasado o propulsiones futuras (Harris, 2009; Hayes et al., 2011; Ramos et al., 2018). Estudios empíricos demuestran que la fusión cognitiva está relacionada a la ansiedad y a la depresión, asimismo, se ha encontrado que la FC se asocia con la rumiación y la culpa (Herzberg et al., 2012; Dinis et al., 2015; Bardeen et al., 2016). Concretado por la OMS (2022), en el año 2019 una de cada ocho personas en el mundo padecía un trastorno mental, entre ellos los más frecuentes eran los trastornos depresivos y la ansiedad, que fueron más prominentes en el 2020 a raíz del confinamiento por covid-19. Específicamente, en el año 2019, 301 millones de personas sufrían un trastorno de ansiedad, y 280 millones de personas padecían depresión.

De igual importancia, en cuanto a la evitación experiencial, en el continente americano la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2009) puntualiza que los trastornos mentales representan el 22.4% del tributo total de enfermedades, además son una parte robusta de la morbilidad que se atiende en los centros de atención primaria. Así bien, en muchos países de América el presupuesto destinado a la salud mental aún no supera el 1% del presupuesto general de salud, ello evidencia una carencia en cuanto a la atención descentralizada en la comunidad. En la misma línea, Kohn et al. (2005) sostienen que la brecha de atención de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe es grave, puesto que, del número total de adultos diagnosticados con enfermedades mentales, tales como; depresión mayor (58.9%), ansiedad generalizada (63.1%), trastorno de pánico (52.9%), trastorno obsesivo-compulsivo (59.9%) y trastorno por consumo de alcohol (71.4%) no recibieron el tratamiento oportuno cuando lo necesitaban. De manera similar, León (2021) señala que cerca de 16 millones de jóvenes en América Latina y el Caribe sufren algún trastorno mental diagnosticado. No obstante, el Caribe mantiene una media más alta, sobre el 15% y 18% que el resto de regiones del continente.

Con respecto a la fusión cognitiva (haciendo alusión a la depresión y a la ansiedad debido a la asociación entre dichos trastornos con la FC), a nivel latinoamericano; según la investigación realizada por Kohn et al. (2005) se estima que en el Municipio de Bambuí en Brasil 5.1% de la población masculina y 10.2% de la población femenina padece depresión mayor. Mientras que en Santiago de Chile la tasa de prevalencia es de 2.7% en hombres y 8.0% en mujeres. Al mismo tiempo, en Colombia la prevalencia de depresión mayor es de 5.3% en hombres y 10.2% en mujeres. Por otro lado, en la ciudad de Sao Paulo la tasa de prevalencia del trastorno de ansiedad generalizada es de 0.7% en hombres y 1.1% en mujeres. Mientras tanto, en Santiago de Chile, la prevalencia de este trastorno es de 3.2% en hombres y 6.9% en mujeres. Naturalmente, es evidente que el trastorno por depresión mayor y el trastorno por ansiedad generalizada es más común en personas del sexo femenino. De manera similar, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2020) realizó un sondeo para analizar el efecto del covid-19 en la salud mental de los adolescentes y jóvenes de América Latina y el Caribe, se encontró que 27% de los jóvenes reportan un mayor porcentaje de ansiedad y 15% depresión. Asimismo, se detectó que 43% de mujeres y 31% de hombres se sienten pesimistas frente al futuro.

A nivel nacional, con relación a la EE y FC, el Ministerio de Salud (MINSA, 2021) asegura que en la región costeña peruana ha recibido más de 156 mil casos de ansiedad, 77 mil casos de depresión y 18 mil casos de consumo de sustancias psicóticas y alcohol. En contraste, el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM, 2021) afirmó que, en la sierra peruana, dado que la incidencia por abuso de alcohol es alta, la prevalencia de vida de la población rural es de 28.1%, a su vez, la prevalencia de vida por depresión moderada o severa es de 14.6%. De igual forma, la prevalencia de trastornos mentales en Puerto Maldonado es de 25.4%, en Iquitos es del 24.4%, en Tumbes del 23.8%, y en Pucallpa del 21.9%.

A nivel regional, según datos estadísticos del MINSA (2021) una de cada 8 personas (11.8%) en Lima ha padecido un trastorno mental en el 2020. Debido al covid-19, la tasa de ansiedad también se elevó en las personas adultas; 5% en hombres y 8% en mujeres. Remarcando, se encontró que en el 2018 el MINSA reportó un total de 1384 intentos de suicidio, los resultados indicaron que las principales causas fueron la violencia intrafamiliar, los problemas de salud mental (Depresión, Ansiedad, Trastorno Límite de la personalidad, entre otros) y problemas económicos.

Por todo esto, en el Perú, es necesario abordar estudios teóricos o experimentales que profundicen en estas variables transdiagnósticas, con el fin de impulsar la investigación psicológica con un enfoque conductual contextual.

 

Referencias bibliográficas:

Álvarez, H. (2019). Terapias Contextuales. Una propuesta clínica desde una perspectiva Post Skinneriana. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 22(2), 1068-1083.

Bardeen, J., y Fergus, T. (2016). The interactive effect of cognitive fusion and experiential avoidance on anxiety, depression, stress and posttraumatic stress symptoms. Journal of Contextual Behavioral Science, 5(1), 1-6. https://doi.org/10.1016/j.jcbs.2016.02.002

Boulanger, J., Hayes, S. & Pistorello, J. (2010). Experiential avoidance as a functional contextual concept. Emotions Regulation and Psychopathology, 21(1), 107- 134. https://psycnet.apa.org/record/2009-21674-005

Clavijo, A. (2004). La definición de los problemas psicológicos y conducta gobernada por reglas. Revista latinoamericana de Psicología, 36(2), 305-316.

Dinis, A., Carvalho, S., Pinto Gouveia, J. & Estanqueiro, C. (2015). Shame memories and depression symptoms: The role of cognitive fusion and experiential avoidance. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 15(1), 63-86.

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. (2020). El impacto del COVID-19 en la salud mental de adolescentes y jóvenes.

Freixa, E. (2003). ¿Qué es conducta? International Journal of Clinical and Health Psychology, 3(3), 595-613. http://www.aepc.es/ijchp/articulos_pdf/ijchp-89.pdf

González, D., Cernuda, J., Alonso, F., Beltrán, P. & Aparicio, V. (2018). Transdiagnóstico: origen e implicaciones en los cuidados de salud mental. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 38(133), 145-166.

Harris, R. (2009). ACT simplificado: una introducción fácil de leer sobre la terapia de aceptación y compromiso. Nuevo Heraldo.

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Hayes, S. & Wilson, K. (1995). The role of cognition in complex human behavior: A contextualist perspective. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 26(3), 241-148. https://doi.org/10.1016/0005-7916(95)00024-T

Hayes, S. Strosahl, K. & Wilson, K. (2014). Terapia de Aceptación y Compromiso: Proceso y práctica del cambio consciente. Desclée De Brouwer.

Hayes, S., Strosahl, K. & Wilson, K. (2011). Acceptance and commitment therapy. The process and practice of mindful change (2ª ed.). Guilford Press.

Hayes, S., Wilson, K., Gifford, E., Follette, V. & Strosahl, K. (1996). Experiencia en la evitación y trastornos del comportamiento: Un enfoque funcional dimensional al diagnóstico y tratamiento. Diario de Consultoría y Psicología Clínica, 64(1), 1152-1168.

Herzberg, K., Sheppard, S., Forsyth, J., Credé, M., Earleywine, M. & Eifert, G. (2012). The Believability of Anxious Feelings and Thoughts Questionnaire: A psychometric evaluation of cognitive fusion in a nonclinical and highly anxious community sample. Psychological Assessment, 24(1), 877-891. https://doi.org/10.1037/a0027782

Kohn, R., Levav, I., Caldas, J., Vicente, B., Andrade, L., Caraveo, J., Saxena, S. & Saraceno, B. (2005). Los trastornos mentales en América Latina y el Caribe: asunto prioritario para la salud pública. Revista Panamericana de Salud Pública, 18(4-5), 229-40.

Luciano, C. (2016). Evolución de la Terapia de Aceptación y Compromiso. Análisis y Modificación de Conducta, 42(165-166), 3-14.

Ministerio de Salud (2018). Plan Nacional de Fortalecimiento de Servicios de Salud Mental Comunitaria 2018-2021. Biblioteca del Ministerio de Salud.

Ministerio de Salud (2021). Centros de Salud Mental. Página del Ministerio de Salud.

Organización Mundial de la Salud (2008). Derechos humanos, salud y estrategias de reducción de la pobreza. Serie de publicaciones sobre salud y derechos humanos, 5(1), 1-90.

Organización Mundial de la Salud (2022). Trastornos mentales: datos y cifras. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders

Organización Panamericana de la Salud (2009). Epidemiología de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe. Eventos y publicaciones, 28(2), 184.

Pérez, M. (2014). Las terapias de tercera generación como terapias contextuales. Síntesis, España.

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Salaverry, O. (2012). La piedra de la locura: inicios históricos de la salud mental. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 29(1), 143-148.

Steel, Z., Marnane, C., Iranpour, C., Chey, T., Jackson, J. W., Patel, V. & Silove, D. (2014). The global prevalence of common mental disorders: A systematic review and meta-analysis 1980–2013. International Journal of Epidemiology, 43, 476-493. https://doi.org/10.1093/ije/dyu038

 

Harris, R. (2009). ACT simplificado: una introducción fácil de leer sobre la terapia de aceptación y compromiso. Oakland, CA: Nuevo Heraldo.

Hayes, S. (1993). Analytic goals and the varieties of scientific contextualism. In Contextualism (pp 11-27). Reno, context press.

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Maero, F. (2022). El contextualismo: una introducción y traducción. Revista Horacio, 3(1), 1-61.

Pepper, S. C. (1942). World hypotheses: A study in evidence. Berkeley, CA: University of California Press.

Pérez, M. (2014). Las terapias de tercera generación como terapias contextuales. Editorial Síntesis.

 

 

martes, 4 de febrero de 2025

Homenaje a Rubén Ardila

Por Gian del Río de Liceo contextual.

 

El martes 14 de enero del 2025 se supo de la noticia del fallecimiento de Rubén Ardila: Doctor en psicología, analista de conducta, el cual contribuyo con artículos, libros e investigación experimental sobre el comportamiento animal y humano. Desde la institución Liceo-Contextual queremos hacer un resumen sobre algunos aportes conceptuales, experimentales y teóricos que nos han permitido introducirnos a la psicología Científica. El Dr. Ardila nació un martes 7 de Julio de 1942, en medio del conflicto de la segunda guerra mundial.  Dentro de su vida, sus primeras lecturas fueron autores como; “Guillermo Valencia”, “Julio Verne” “Homero” “Shakespeare”, etc. De esta manera, se generó un conocimiento general de la importancia de ser una persona que busca constantemente la cultura. Como él mismo menciona en su autobiografía: “Me dediqué a buscar en biblioteca de la ciudad estos libros y en muchos casos a comprar los que se encontraban en librerías” (2012, p. 27). Su primer encuentro con literatura cercana a la ciencia fue con Charles Darwin, “El origen de las especies” donde se refutó las creencias religiosas de su tiempo. Gracias a la influencia de estos autores, en 1960 inició su primer año en psicología en la Universidad Nacional de Colombia.

En aquella época dicha casa universitaria tenía una malla curricular con orientación psicoanalítica. Como se mencionó anteriormente, el Dr. Ardila ya tenía influencias cercanas a la ciencia y por ende se dedicó a cuestionar dicha tradición por sus influencias, sin embargo, mostró una aptitud crítica basada en la propia lectura que tuvo de otros autores como; “Erich Fromm”, “Adler”, “Jung” y neo-freudianos. A causa de este constante conflicto, escribió una obra literaria llamada: “Cuando agonizan todos los dioses”, el cual cuenta la historia de un joven biólogo que lucha por elegir entre el amor, la ciencia, y se decide al final por la segunda opción.  Defendió su tesis titulada: “La profesión de la Psicología” (1964), en la cual investigó cómo se encontraba el status de la profesión psicológica en el mundo. Empezó su carrera universitaria dictando cursos de psicometría y pudo tener la oportunidad de viajar a Europa donde obtuvo mayor influencia sobre esa psicología que intentaba ser ciencia. Es así que en 1966 tuvo acceso al primer libro sobre aprendizaje de Hilgard. Ese mismo año ingresó a la Universidad de Nebraska en Lincoln, para obtener un Post-Grado de psicología experimental.

Dentro del periodo de estancia post-doctoral fue que tuvo el primer encuentro con la obra de Skinner, empezó su análisis sobre dicha teoría con el libro “Ciencia y conducta humana”, también, pudo escribir un artículo titulado: “Behaviorismo; hacia una psicología científica (1965). Al concluir su doctorado, en 1971, ocupó el cargo de director del departamento de psicología de la Universidad Nacional de Colombia, mientras daba clases en la Universidad de Bogotá. Asimismo, contribuyó a la Revista Latinoamericana de Psicología y publico el libro “Psicología Fisiológica”.

Posteriormente, se convenció de la necesidad de una psicología científica gracias a las actividades que se dieron por parte de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP). En este periodo académico escribió libros tales como; “Psicología Experimental. Manual de laboratorio” (1971), “Los pioneros de la psicología” (1971) y “Psicología Contemporánea. Panorama Internacional” (1972).  Años después también publicó “Psychology in Latin America. A bibliography” (Ardila y Finley, 1975).

En nuestro medio peruano reconoció la importancia de Reynaldo Alarcón y otros autores latinoamericanos para poder consolidar una comunidad científica.  Para culminar esta sección, se menciona que en 1973 visitó la Universidad de Harvard donde conoció a Skinner y tuvo una amistad hasta el día de su muerte en 1990.

El Dr. Ruben Ardila contribuyó con la búsqueda del significado del aprendizaje y la recopilación de las teorías conductuales que intentaban explicar los principios del condicionamiento. Su obra “Psicología del aprendizaje”, es un manual en el cual se puede observar distintas tópicas conductuales y experimentos para poder explicar la conducta. En 1988 publicó “Filosofía de la psicología”, contribuyendo con el Filósofo Mario Bunge acerca del estado filosófico de distintas ópticas en la psicología.

Preocupado por los conflictos constantes entre orientaciones psicológicas. Intentó proponer una unificación de varios puntos en común (sobre todo del análisis conductual) el cual tenía varias disputas por la Hegemonía Paradigmática propuesta por Thomas Kuhn. En 1990 propone las ventajas de una síntesis del comportamiento experimental. Las cuales son:

1) Explicación del comportamiento.

2) El método experimental.

3) Énfasis en el aprendizaje

4) Énfasis en el ambiente

5) La tecnología comportamental.

En este libro de 1988, dio sugerencias de lo que faltaba por hacer para la búsqueda de este anhelo.

También se interesó por temas tales como: “Homosexualidad y Psicología” (2008). “El Mundo de la psicología” (2011), y en el 2025 se publicaría: “The Future Of Psychology. Some of the Most Distinguished Psychologists of the World Reflect About the Future of their Discipline” (2025) por la editorial Springer.

Rubén Ardila visitó la Universidad Mayor de San Marcos (2015), gracias a la organización de una conferencia para resolver los mitos y verdades sobre el pensamiento skinneriano. En dicha ocasión, varios miembros de Liceo-Contextual pudimos escuchar y hablar con el autor acerca de su visión del paradigma conductual.

Existe una inmensa cantidad de libros y artículos que ha publicado.

Este breve repaso por su obra, se constituye un homenaje, líneas sentidas a un investigador que dedicó toda su vida a la psicología.

Su aptitud critica, su superación de una forma de ver nuestra disciplina hacia la ciencia, es una enseñanza para las futuras generaciones que estén interesadas por el comportamiento animal y humano y sus principios.

Descansa en Paz Rubén Ardila.

 

 

 

Referencias

Ardila, Rubén (1970). Psicología del Aprendizaje. Editorial Inca Garcilaso de la Vega.

Ardila, Rubén ( 1971). Psicología Fisiológica. Editorial Trillas. Segunda Edición.

Ardila, Rubén (2012). Autobiografía. Un punto en el tiempo y en el espacio. Manual Moderno.

Ardila, Rubén (2011). El mundo de la psicología. Manual Moderno.

Ardila, Rubén (2008). Homosexualidad y Psicología. Manual Moderno. Segunda Edición.

Ardila, Rubén (1990). ¿Qué es la síntesis experimental del comportamiento?. Anuarios de psicología, 45, 101-107.

 

 

lunes, 4 de septiembre de 2023

  PRONUNCIAMIENTO

Lima 3 septiembre 2023

CARTA N° 033-2023-P-APCCP

Reconocimiento a la trayectoria de Departamento de Análisis y Modificación del Comportamiento (DAMOC)

Dr. Augusto Mosquera Del Águila

Jefe del Departamento de Análisis y Modificación de Conducta

Estimados miembros de la Asociación, colegas de psicología y profesionales de salud.

Hacemos llegar un reconocimiento a la labor destacada que ha estado ejerciendo el Departamento de Análisis y Modificación del Comportamiento (DAMOC), perteneciente al Hospital Hermilio Valdizán, en favor de la salud mental y el desarrollo de la psicoterapia en nuestro país, cuya trayectoria se forja desde hace más de 45 años capacitando a los futuros líderes de la salud mental en el Perú. Para lo cual, esperamos que sigan manteniéndose como modelo de atención único y especializado en formación y atención en psicoterapia basada en evidencia en una instancia de salud pública.

Estamos en contra de cualquier decisión que pueda atentar contra la continuidad del servicio que el Departamento viene brindando en beneficio de la sociedad, ya que la población tiene el derecho de recibir una atención en psicoterapia accesible y basada en la evidencia.


Dirección de Presidencia
Dirección de Investigación
Dirección de formación profesional

miércoles, 8 de marzo de 2023

¿Qué es la psicoterapia con base científica? Sobre la discusión de las pautas para la investigación en psicoterapia. II parte.

Material original: Buchkremer, G., & Klingberg, S. (2001). Was ist wissenschaftlich fundierte Psychotherapie Der Nervenarzt, 72(1), 20–30. doi10.1007s001150050708

Traducido por: Darwin Gutierrez Guevara.

Reconocimiento científico

 I parte. Fundamentación científica: http://liceocontextual.blogspot.com/2023/03/que-es-la-psicoterapia-con-base.html


II parte. Reconocimiento científico.

La cuestión del reconocimiento científico es fundamentalmente diferente de la cuestión del fundamento científico. El reconocimiento es una cuestión de uno u otro en el sentido de hacer un balance de la evidencia científica disponible para decidir qué procedimiento psicoterapéutico puede considerarse científicamente reconocido, se creó un consejo científico asesor con motivo de la entrada en vigor de la Ley del Psicoterapeuta. en 1999, compuesto por igual número de psicólogos y médicos. Este panel de expertos tuvo como objetivo hacer declaraciones sobre el reconocimiento científico de los procedimientos psicoterapéuticos en gran medida independientemente de los grupos de interés.

 

A continuación, se realiza una búsqueda de criterios o pautas que permitan dar respuesta a la pregunta: ¿Qué psicoterapia de base científica puede considerarse "científicamente reconocida"? ¿Qué criterios, qué enfoques metodológicos son adecuados para reconocer o determinar la eficacia de un método de psicoterapia?

 

"Psicoterapia basada en la evidencia"

 

En Gran Bretaña y más allá, el trabajo de Roth y Fonagy [38] ha atraído mucha atención. Esta es una revisión de la literatura, principalmente sobre las siguientes preguntas:

  ¿Qué intervenciones psicoterapéuticas han demostrado su beneficio para qué grupo de pacientes?

  ¿Existe alguna evidencia de investigación que pueda ayudar a los pagadores de atención médica a tomar decisiones sobre las terapias apropiadas?

 

El informe está desglosado por fallos. Precisamente por las declaraciones resumidas para cada área de trastorno, que en particular también incluyen las cuestiones de la práctica clínica, este trabajo ha atraído mucha atención justificada. Sin embargo, desde el punto de vista metodológico, se trata de un extenso trabajo de revisión en el que los principios de las conclusiones no son del todo transparentes y explicados. Por otro lado, las diversas preguntas e intereses de los terapeutas en ejercicio, los investigadores en psicoterapia y los proveedores de costos se abordan de manera diferenciada. En particular, también se enfatiza la necesidad del desarrollo de guías clínicas, que se basen en la investigación en psicoterapia, pero no únicamente en ella. La "psicoterapia basada en la evidencia" puede considerarse la principal preocupación del libro.

 Tabla 2. Terapias bien establecidas [7]

I. Al menos 2 estudios de diseño de grupo de control de buena calidad que demuestren eficacia en una o más de las siguientes formas:

A. Superioridad a la medicación o placebo psicológico u otra terapia

B. Equivalencia a tratamientos establecidos en experimentos con potencia estadística adecuada (n>30/grupo)

 o

II Una gran serie de experimentos de casos únicos (n>9) que demuestran la eficacia

Estos experimentos deben:

A. Tener un buen diseño experimental y

B. comparar la intervención con otra terapia, como en I.A. Criterios adicionales para I. y II.:

tercero Los experimentos deben realizarse con manuales de terapia.

IV. Deben especificarse claramente las características de las poblaciones de pacientes

V. Los efectos deben haber sido demostrados por al menos 2 investigadores o equipos de investigación diferentes

 

"Psicoterapia en Transición"

 En Grawe et al., en la monografía “Psicoterapia en Transición” los criterios de evaluación para la evaluación resumida de los estudios de psicoterapia [15] son ​​un enfoque para agregar conocimiento sobre la eficacia de la psicoterapia. Este trabajo ha sido ampliamente discutido, por lo tanto, el enfoque para desarrollar perfiles de calidad de los estudios de psicoterapia y presentar los efectos en 10 áreas de cambio sólo debe recordarse aquí. Luego se resumió cada escuela de terapia de acuerdo al número de mejoras significativas en relación con todas las encuestas.

 

“Enfoque de la Asociación Americana de Psicología (APA).

Este grupo de trabajo tiene sus consideraciones y criterios. La primera autoría del presidente Dianne Chambless ha sido publicada en varias ocasiones [7]. El grupo de trabajo de la APA distinguió entre “bien establecido” en oposición a “presuntamente efectiva”. Los criterios se enumeran en las tablas 2 y 3 (traducción alemán de los autores).

De acuerdo con esto, esos métodos de terapia deben considerarse científicamente reconocidos si han demostrado con éxito su superioridad sobre las condiciones de control apropiadas en varios grupos de investigación en ensayos clínicos aleatorios o en estudios de casos individuales experimentales.

 

Críticas al enfoque APA

 Se han planteado objeciones críticas a estos criterios para el reconocimiento científico: se ha argumentado que estos criterios discriminan las estrategias de investigación distintas de los estudios de eficacia. Se asumió una motivación política. La objeción de que el desarrollo de nuevos métodos de psicoterapia podría verse obstaculizado por estándares tan estrictos parece particularmente importante.

 Metodológicamente, se objetó que los criterios mencionados no eran válidos en sí mismos. Sobre todo, Garfield [13] menciona el descuido de la variación del terapeuta y del cliente en la interpretación de los resultados del estudio. Strauss y Kächele [44] enfatizan, entre otras cosas, la falta de representatividad de las muestras de estudio. Los estudios de efectividad en realidad no se tienen en cuenta. Por supuesto, el número requerido de casos de n = 30 no se aplica a todos los estudios, esto por supuesto depende de un análisis de poder estadístico que se requiera. [10] La terapia corresponde al concepto de terapia y al manual de terapia.

 Muchas objeciones críticas son de naturaleza muy fundamental y están formuladas a partir de una comprensión fundamentalmente diferente de la investigación. Los estudios controlados (ECA, ensayos clínicos aleatorizados) sobre procedimientos específicos del trastorno con terapia manualizada se cuestionan fundamentalmente, y desde esta posición se rechazó sistemáticamente todo el proyecto del grupo de trabajo de la APA [4, 19]. Algunos autores critican que un enfoque específico del trastorno en la investigación en psicoterapia es inapropiado. Sobre todo, los representantes de los métodos de psicoterapia que se centran más en las partes sanas de una persona o se centran en la personalidad básica y no en el trastorno critican el requisito de especificidad del trastorno [4]. Goldfried [14] señala acertadamente que existe una tendencia a alejarse de la investigación de "problemas" hacia "trastornos" o incluso "enfermedades" en el sentido del DSM IV/ICD 10 y de la "investigación de resultados" más abierta hacia "investigaciones clínicas" metódicas más estrictas". Un fuerte énfasis en la especificidad del método y la especificidad del trastorno podría conducir a métodos de psicoterapia inespecíficos del método y del trastorno, como los que se utilizan, p. B. Una terapia de apoyo difícilmente tiene la oportunidad de ser investigado. Sin embargo, la psicoterapia de apoyo es extremadamente importante en la práctica y también requiere una formación e investigación sistemáticas [20]. Finalmente, una objeción a la manualización de las terapias es que las terapias manualizadas no consideran suficientemente el caso individual y, por lo tanto, son inapropiadas [13].

 Sin embargo, existen numerosas ventajas de un enfoque como el del Grupo de trabajo de la APA.

 

Beneficios potenciales del enfoque APA

 A la vista de varias décadas de investigación en psicoterapia, es indiscutible que tiene sentido resumir el conocimiento disponible sobre la eficacia de los métodos psicoterapéuticos, lo cual es ciertamente útil para la disciplina en sí, pero también para su presentación externa. La disputa es más bien si los estudios disponibles ya permiten una declaración tan resumida que implica evaluaciones [13] y en qué sentido. Se examina críticamente la eficacia de un método de psicoterapia para cada trastorno mental específico. Por lo tanto, declaraciones generales como “La psicoterapia es efectiva” están obsoletas. Los criterios que conducen al reconocimiento científico se hacen explícitos, transparentes y por lo tanto vulnerables. Básicamente, este es un proceso constructivo. Los “ECA” (ensayos clínicos aleatorizados) se plantean como un requisito central, pero no el único. Se señala que los ensayos clínicos aleatorizados no responden a todas las preguntas, pero son muy importantes. En principio, la atención psicoterapéutica y la formación de los futuros psicoterapeutas debe centrarse en procedimientos científicamente reconocidos. Además, se perfilan con mayor claridad las futuras tareas de investigación en la evaluación de ofertas terapéuticas. Finalmente, criterios como los de la APA también posibilitan procesos de búsqueda de consenso que forman la base de guías clínicas en el sentido de "medicina basada en la evidencia".

 

Tabla 3. Terapias presumiblemente efectivas [7]

I. 2 experimentos muestran que la terapia versus un grupo de control en lista de espera

es más efectivo

 o

II. Uno o más estudios cumplen los criterios I, III y IV, pero no el V (es decir, los estudios provienen de un solo grupo de investigación)

 o

tercero Una pequeña serie de experimentos de casos únicos (n>3), que por lo demás cumplen los criterios para terapias empíricamente validadas de II., III. y IV

 

 

El grupo de trabajo de la APA se ha dado a la tarea de tamizar los estudios disponibles para las distintas áreas del trastorno y comprobar si, en base a estos criterios, las estrategias terapéuticas pueden considerarse "bien establecidas", "probablemente efectivas" o simplemente no aún establecido. En la lista actual [5], solo se enumeran las estrategias de terapia conductual con muy pocas excepciones. Las excepciones son:

 

terapia interpersonal y breve

terapia dinámica de la depresión,

terapia dinámica breve para la adicción a los opiáceos,

terapia interpersonal para la bulimia,

terapia matrimonial orientada a la introspección.

 Incluso si, según los autores, no todos los estudios han sido revisados ​​por completo, esto es, por supuesto, explosivo para cualquier discusión sobre criterios de reconocimiento científico.

 

Lineamientos para el proceso de investigación sobre procedimientos de psicoterapia

 Los criterios para la fundamentación científica y el reconocimiento científico son necesarios para acercarse al objetivo de una descripción más clara del estado actual de la investigación de un método de psicoterapia y una orientación más específica de las actividades de investigación. Los diferentes enfoques metodológicos tienen su propia importancia y pueden complementarse. Entre Kazdin y Kendall [26] redactaron un "proyecto para el progreso en la investigación del tratamiento". Las secciones o pasos de la investigación en psicoterapia ("pasos") que nombraron se enumeran en la Tabla 4. Aquí queda claro que realizar estudios clínicos es un paso importante, pero solo uno de muchos.

 

Modelo de fase de prueba de drogas

 

Un modelo alternativo es el modelo de fase de las pruebas de drogas. De manera análoga a este modelo de fases, también podrían conceptualizarse diferentes fases en la prueba de psicoterapia. La fase I en la prueba de drogas incluye estudios sobre tolerabilidad, farmacocinética y farmacología humana. En personas sanas, los fármacos se administran primero en dosis únicas y finalmente en dosis múltiples. Se realizan pruebas de nivel de plasma y se determinan las vidas medias, lo que permite lograr una descripción del efecto. La fase I suele estar precedida por un trabajo de investigación básica (por ejemplo, experimentos con animales, experimentos in vitro, etc.). En los estudios de fase II, los efectos terapéuticos y los efectos secundarios se documentan sobre la base de estudios de casos individuales, la dosis óptima se busca a través de estudios de búsqueda de dosis y los estudios de eficacia controlados con placebo se llevan a cabo en muestras más pequeñas. Finalmente, en la fase III, se prueba la eficacia con un mayor número de casos y en comparación con placebo o fármacos estándar y se determina el perfil de efecto de un fármaco. En estos estudios, también se investiga el metabolismo y se examina la interacción con otros medicamentos u otros métodos de terapia. La fase III también incluye estrategias de tratamiento a largo plazo para prevenir la recurrencia, etc. En la fase IV, se realizan pruebas para determinar si un método de tratamiento que ha demostrado ser eficaz después de las fases I-III también demuestra ser igual de eficaz en condiciones prácticas con un aumento significativo del número de casos.

 De manera análoga a estas fases de la prueba de drogas, también podrían establecerse diferentes fases de la prueba de psicoterapia. Tal propuesta ya ha sido esbozada por Müller-Oerlinghausen y Linden [30], así como por Metzler y Krause [31]. Sin embargo, la analogía tiene sus limitaciones, como se señaló anteriormente: la psicoterapia no es una droga, no puede ser “administrada” independientemente del terapeuta, ni puede ser “tomada” pasivamente por el paciente. Al igual que en la cirugía, las características y habilidades del terapeuta juegan un papel especial. Además, están las características de la interacción terapeuta-paciente, que son difíciles de captar metodológicamente.

Tabla 4. Secciones (“pasos”) de la investigación en psicoterapia [26]

– Conceptualización de la disfunción

– Investigación sobre el curso de la disfunción

– Conceptualización del tratamiento

– Especificación del tratamiento

– Pruebas del resultado de la terapia (todos los tipos de estudios, ver arriba)

– Investigación del proceso de terapia

– Pruebas de condiciones de contorno y variables moderadoras

 

Fases de la evaluación de la psicoterapia

 A pesar de estas limitaciones, puede ser útil en términos de estrategia de investigación conceptualizar también la evaluación de la psicoterapia en cuatro fases. La Tabla 5 muestra una propuesta correspondiente.

 

Fase I

En los estudios de fase I, los conceptos de psicoterapia se desarrollan y evalúan con respecto a la experiencia clínica (p. ej., literatura histórica), plausibilidad (p. ej., de acuerdo con las teorías psicodinámicas o teorías del aprendizaje, etc.) y en conexión con estudios epidemiológicos o descriptivos del curso sobre el trastorno respectivo como en relación con las necesidades de los explicados a los pacientes.

 

La Fase I también incluye investigaciones sobre la tolerabilidad de un método de psicoterapia. La aceptación de la psicoterapia por parte de pacientes y terapeutas también debe examinarse aquí. Por ejemplo, durante mucho tiempo, el principal obstáculo para el tratamiento de exposición de los trastornos de ansiedad fue la opinión de los terapeutas de que la exposición forzada a los estímulos no es razonable para los pacientes.

 

La Fase I también incluye estudios para examinar si un trastorno específico puede identificarse y tratarse mediante una teoría psicoterapéutica específica. Así surge la cuestión de si las teorías del aprendizaje pueden conceptualizar adecuadamente un determinado trastorno mental. Los posibles efectos y efectos secundarios indeseables se describen mediante casuísticas e informes de experiencia clínica. Para posibilitar la evaluación de un método de psicoterapia, se realiza una manualización del procedimiento terapéutico.

Tabla 5. Fases de evaluación de psicoterapia

Fase

Énfasis principal

Tipo de estudios

Fase I

Desarrollo de conceptos

Explicación de supuestos teóricos

Casuística

Desarrollo manual

Fase II

Estudios no controlados

Estudios de casos individuales que describen el curso.

Análisis pre-post

Estudios abiertos

Estudios de viabilidad

Estudios de resultados de procesos

Fase III

Estudios controlados

Estudios de eficacia/ECA

Estudios de casos experimentales

Estudios de efectividad aleatorizados

Fase IV

Estudios de aplicación en condiciones de rutina

Estudios de efectividad no aleatorizados

Criterios de inclusión ampliados

Condiciones cada vez más naturalistas

Observaciones de aplicación

 

Fase II

 En la fase II, se realizan estudios sistemáticos en pacientes. El concepto de terapia diseñado se aplica a pacientes muy específicos con criterios de inclusión estrechamente definidos y se gana experiencia. En estudios de casos individuales metodológicamente complejos, análisis de series temporales, análisis previos y posteriores, estudios con grupos de comparación emparejados y en estudios abiertos, los efectos y la eficacia, así como los efectos secundarios, registrados como Dependencia, riesgo de suicidio, índices de divorcio, etc.

 

Etapa III

 

En la fase III, la eficacia de la psicoterapia debe ser confirmada mediante estudios de eficacia (ensayo clínico extendido). Esto debe hacerse a través de estudios de intervención prospectivos, aleatorizados y controlados en un grupo objetivo claramente definido con análisis de potencia, análisis de abandonos, control del efecto de selección, evaluaciones por intención de tratar e investigaciones de seguimiento a mediano plazo. Si es posible, también debe llevarse a cabo una investigación de proceso-resultado para registrar los factores que influyen.

 La investigación sobre la eficacia de la psicoterapia puede y debe basarse en la discusión metodológica de la evaluación de la terapia, que puede reivindicar el estatus de una disciplina científica por derecho propio y/o requisitos técnicos para el registro de productos farmacéuticos para uso humano", como criterios de "buena práctica" diferenciados. [ 23] Los principios metódico-estadísticos se formulan como “principios estadísticos para ensayos clínicos” [24]. La discusión sobre las pautas para la investigación en psicoterapia puede y debe comenzar en este punto, entre otras cosas, y hacer útil el intenso trabajo preparatorio en este campo. Estos criterios, que sirven principalmente para proteger a los pacientes participantes, también representan criterios de calidad para los estudios y una apropiada garantía de evaluación; que en principio también debe adaptarse para el área de estudios de psicoterapia. La discusión sobre qué criterios son también aplicables a los estudios de psicoterapia y cuáles no, debe llevarse a cabo en el futuro. Así como la elección de criterios de destino adecuados y la cuestión del cegamiento de la condición de la terapia al evaluar el efecto de la terapia.

 

La eficacia de un método de psicoterapia también puede demostrarse mediante estudios experimentales de casos únicos. [18] El principal problema aquí es que la variabilidad entre pacientes no está bien representada. La selección de los pacientes examinados es crucial. Por otro lado, el curso de la terapia y la variabilidad en pacientes individuales pueden mostrarse mucho más adecuadamente aquí que en estudios de comparación de grupos grandes, incluso con repeticiones de medición frecuentes. Una pregunta particularmente importante que es adecuada para estudios de casos individuales es si la implementación de una intervención provoca cambios en el paciente en comparación con la condición inicial (diseños ABA). Las comparaciones de terapia aleatorias también son posibles si una de las 2 alternativas de terapia se lleva a cabo aleatoriamente después de la línea de base y se compara en varias fases individuales o varios pacientes (ABA vs. ACA). Una gran ventaja de los estudios de casos únicos es que se acercan mucho a la práctica clínica y representan una especie de sistematización de los procedimientos que ocurren en el tratamiento de rutina de todos modos (¿ha habido algún cambio desde la medida X? ¿Se debe terminar X y llevar a cabo Y o Z?). La publicación de estudios de casos individuales en revistas especializadas todavía está subrepresentada [37]. Por lo tanto, este tipo de estudio debería recibir más atención. Sin embargo, los requisitos, fortalezas y debilidades deben discutirse más intensamente, especialmente cuando se piensa en el peso potencialmente alto en los criterios de la APA (n>9 experimentos individuales con un efecto positivo). Estudios clínicos aleatorizados con alta validez externa en el sentido de Los "grandes ensayos pragmáticos" [21] podrían entenderse mejor como estudios de fase IIIb. Por un lado, permiten contrastar hipótesis confirmatorias con alta validez interna y por lo tanto pueden ser adscritos a la fase III, pero por otro lado, también van más allá debido a su alta validez externa.

 Los estudios de fase III son decisivos para la cuestión del reconocimiento científico, que debe depender de la existencia de una prueba de eficacia satisfactoria.

 

Etapa IV

 En la fase IV, los métodos de psicoterapia se examinan después de su reconocimiento científico a través de los llamados estudios de eficacia. Los criterios de inclusión deben ampliarse y deben elegirse condiciones cada vez más naturalistas. Los estudios sobre el cumplimiento de pacientes y terapeutas también pertenecen a la fase IV. Los análisis de costo-beneficio pueden permitir que diferentes métodos de psicoterapia con la misma efectividad sean ponderados en la práctica asistencial y permitir que los criterios para una indicación diferencial incluyan, además de una atención de psicoterapia prospectiva y aleatoria. estudios, pueden ser útiles para examinar la eficacia de la psicoterapia en la atención diaria.

 

La investigación debe estar enfocada y coordinada

 

Los desarrollos en la terapia cognitiva para delirios y alucinaciones que han tenido lugar en el Reino Unido durante esta década son un buen ejemplo de un programa de investigación enfocado y sistemático (Tabla 5). Los conceptos, manuales y consideraciones teóricas se presentaron en publicaciones de libros [11, 27]. Luego hubo publicaciones sobre estudios sistemáticos pero aún no controlados [8, 9, 12]. Recientemente se han publicado estudios clínicos controlados [29, 45] y se están planificando estudios de aplicación y efectividad. En el futuro, surgirá la cuestión de la política de investigación sobre cómo se pueden concentrar y coordinar los esfuerzos de investigación de esta manera.

 

Las siguientes preguntas siguen sin respuesta:

  ¿Debería recomendarse prescindir de estudios de eficacia mientras no se disponga de estudios de eficacia?

¿Deberían financiarse los estudios de eficacia solo cuando ya se dispone de estudios no controlados?

¿Es posible saltarse una fase?

¿Bajo qué condiciones?

 

Estas preguntas solo pueden aclararse dentro de la ciencia. Desde el punto de vista de la economía de la salud, pero también debido a la "protección del consumidor", tiene sentido exigir, en analogía con las pruebas de farmacoterapia, que un procedimiento solo puede aprobarse después de estudios de fase III exitosos.

 

Conclusión

 Finalmente, cabe señalar una vez más la distinción entre fundamento científico y reconocimiento científico. La base científica es un proceso continuo de validación de conceptos y teorías de la terapia. Esto incluye la comprobación de la eficacia, pero también muchos otros aspectos, en particular el modo de acción de la terapia. Los criterios de evaluación son exclusivamente científicos. Sería útil si la base científica de los procedimientos de psicoterapia pudiera sistematizarse para trastornos específicos y planificarse mejor en términos de estrategia de investigación. Con este fin, podría ser útil un modelo por fases de desarrollo y revisión de la psicoterapia como el que hemos propuesto.

 El reconocimiento científico de los procedimientos de psicoterapia como procedimientos de curación incluye una dimensión político-sanitaria, siendo aquí la eficacia probada la dimensión más importante, que debe ser analizada de manera diferenciada. Pero el resumen del estado del conocimiento bajo el concepto de efectividad también es esencial para la seguridad en sí mismas de las ciencias involucradas, ya que una teoría terapéutica válida es difícilmente imaginable sin una verificación exitosa de la efectividad. En este sentido, los estudios de fase III son esenciales e indispensables para el reconocimiento científico. Sin embargo, deben basarse en investigaciones científicas previas y debe recordarse que aún no se ha demostrado la eficacia con el uso rutinario.

 

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